(Nota editorial: Este artículo es la segunda parte de una serie de dos sobre una de las partes del Peregrinaje Eucarístico Nacional, el cual pasó por la Diócesis de Salt Lake City de; 31 de mayo al 5 de junio, La primera parte fue publicada en la edición del 14 de junio del Intermountain Catholic
Traducción: Laura Vallejo
SALT LAKE CITY — El Peregrinaje Eucarístico Nacional, el cual comenzó el 17 de mayo, llegó a Utah el 31 de mayo por Idaho para inmediatamente embarcarse en una procesión de dos millas a través de Hyde Park. La procesión culminó en la parroquia de Saint Thomas Aquinas, la cual realizó una Adoración nocturna del Santísimo Sacramento (vea esta historia en la publicación el 14 de junio).
El peregrinaje es uno de los eventos finales de los tres años del Avivamiento Eucarístico Nacional que comenzó en el 2022. La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos llamó al peregrinaje “para inspirar y preparar al Pueblo de Dios para ser formado, sanado, convertido, unido y enviado al mundo hambriento a través de un encuentro renovado con Jesús en la Eucaristía- fuente y cumbre de nuestra fe Católica,” esto de acuerdo con eucharisticrevival.org.
El peregrinaje nacional salió de cuatro puntos, cada uno en las direcciones cardinales de los Estados Unidos. La ruta de San Junípero Serra, la cual pasó por Utah, comenzó en San Francisco California.
Después de la parada en el área de Logan, el peregrinaje nacional viajo al condado Summit en donde cami-naron en procesión por las vías del ferrocarril. Al entrar a Park City, se dirigieron hacia la Antigua Capilla, em la cual se ofreció una hora de Adoración al Santísimo Sacramento. Entonces cientos de Católicos de varias parroquias de Utah u de otros estados participaron en la procesión de Corpus Chisti de cuatro millas hasta la parroquia de Saint Mary of the Assumption.
Ese fue el evento más grande del Peregrinaje Eucarístico Nacional en Utah, la procesión de Park City fue guiada por personas de la Primera Comunión las cuales iban arrojando pétalos de rosa, otras personas más car-gaban estandartes de parroquias locales, por una guardia de los Caballeros de Colón y por personas de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén.
El Reverendísimo Gregory W. Gordon, STL, Obispo Auxiliar de Las Vegas, estuvo entre quienes se unieron a la procesión por el condado Summit ayudando a cargar la custodia en el peregrinaje más largo.
“Creo que todas las personas quisieron ser parte de un segmento [del Peregrinaje Eucarístico Nacional], aun si este no pasa por sus diócesis,” dijo el Obispo Gordon. “Espero que todas las personas que están en la procesión con nosotros experimenten un amor renovado por Jesús en el don de su Cuerpo y Sangre que nos da a todos; y que ellos fortalezca para todo lo que El tiene preparado como sus misioneros discípulos.”
Para él, la Esperanza del peregrinaje es que este lo lleve a “enamorarme más profundamente del Señor,” dijo.
Lydia Thenayan de Dallas, Texas fue otra de las personas que llegó al estado para participar en la procesión. Ella dijo que lo hizo pues es algo importante.
El Obispo Oscar A. Solis recibió a la procesión conforme esta ingresaba a la Iglesia, después presidió la Misa.
¡Que hermosa vista! - las personas en procesión, siguiendo al guía, y ¿quién mejor que ese guía? Jesucristo presente en el Sagrado Sacramento,” dijo el Obispo en su homilía.
Muchas cosas desalentadoras están sucediendo en el mundo, pero “cuando vemos a Cristo en la Eucaristía, este levanta nuestros corazones, levanta al mundo, y nos da las respuestas a los problemas que asolan nuestras vidas, especialmente de quienes no creen en Dios,” dijo el Obispo urgiendo a los presentes reflexionar sobre la importancia de la Eucaristía.
El 3 de junio la procesión Eucarística en conjunción con el peregrinaje nacional partieron de la Catedral de la Magdalena hacia el Centro Newman de St. Catherine., en donde se realizó una Adoración con Vísperas, para entonces celebrar la Misa. Esto fue seguido por una presentación sobre la doctrina Eucarística de Santo Tomas de Aquinas.
Al siguiente día el Peregrinaje Eucarístico Nacional se reunió en la Plaza de la Tribu Ute, una parada en las reservas Uinta y Ouary, en donde Jerry C. Tapoof les dio la bienvenida a nombre de la tribu.
“Esto es un honor,” dijo Tapoof, quien es el líder espiritual de la tribu Ute.
Tapoof bendijo a los peregrinos, primero en Ute y lue-go en inglés. “Bendícelos, para que tengan algo bueno; para que cuando duerman por la noche, tengan algo bueno para soñar; ayúdalos en sus retos diarios, sean los que sean,” dijo.
Después de la oración, Tapoof encendió una cadena de hierbas dulces y camino entre los peregrinos, bendiciéndolos con el humo, el cual es una bendición tradicional India. Posteriormente pasó la hierba fulve a Madison Michel uno de los peregrinos.
“Les doy esto, para su travesía,” dijo.
Al recibir la hierba dulce Mischel dijo “realmente me emocionó el gesto tan gentil, especialmente… al ser extraños en sus vidas, en su comunidad.” Ella vio el gesto como un símbolo de unidad, dijo agregando que la gene-rosidad radical ofrecida a los peregrinos la conmovió mucho.
Entonces los peregrinos se dirigieron por cerca de 8 décimos de milla al Centro Comunitario de Fort Duchesne en donde el Obispo Solis celebró la Misa. Concele-brando estuvieron el padre John Paul, los dos Frailes Franciscanos de la Renovación quienes acompañaron al peregrinaje durante esa semana.
“Lo que hoy celebramos en medio de este peregrinaje Eucarístico es una Misa votiva para bendecir al Santo Sacramento,” el padre Francis Mary dijo en su homilía, urgiendo a los presentes a abrirse ante los dones que Dios les ha dado.
Entre esos dones están la Eucaristía la belleza de la creación y de la Palabra de Dios, a través de la cual “Él se revela ante cada uno, mis hermanos y hermanas, ustedes son sus hijos queridos; y aunque se sientan olvidados o quebrados en sus vidas, El no los olvida; El nos cuida con su amor y cariño.”
Jesús entiende los sufrimientos de cada persona por su propia crucifixión y “cuando lo recibimos en la Eucaristía, esta es una oportunidad para invitarlo u decirle ‘Jesús quiero que vengas al lugar en donde no me siento entendido pro nadie más.”
Durante sus comentarios finales en la Misa el Obispo Solis dijo que “estamos aquí porque ‘Dios nos llama; esta es la hermosa invitación que recibimos cada vez que venimos a celebrar la Santa Eucaristía,” la cual es “el don mas grande que hemos podido recibir: A Jesús mismo.”
El Obispo agradeció a los peregrinos “por acompañarnos en este maravilloso camino espiritual para así recapturar nuestra creencia en la presencia Real de Dios para así volver a sentir asombro, maravilla y reverencia ante este grandioso Sacramento.”
El evento en el centro comunitario culmino con una presentación sobre la historia de la tribu Ute por Shaun Chapoose, consejero de la tribu. Los peregrinos entonces se dirigieron hacia la Iglesia de St, Helen en Roosvelt para un almuerzo, en donde los feligreses hispanos ofrecieron el entretenimiento.
Patricia Musich, presidenta del Consejo de Mujeres Católicas de St. Helen, dijo que se sentía abrumada por la participación en el evento nacional. “Estamos agradecidos y honrados y finalmente sentimos que somos parte de algo más grande del avivamiento Eucarístico [nacional] en nuestra pequeña parroquia y en nuestras misiones. Es algo increíble,” dijo mientras su voz se quebraba por la emoción.
Durante el almuerzo, Betty Luna, feligrés de la parroquia de St. James the Greater dijo que agradecida el haber sido parte del evento. “Jesús está aquí con nosotros,” dijo. “Esto lo podemos hacer por El.”
De St. Helen el peregrinaje se dirigió hacia Vernal., en donde por la tarde bajo el sol, caminaron dos millas desde la Universidad Utah State a la parroquia de Saint James the Greater. Cerca de 50 personas de todas las edades se unieron a la procesión del martes por la tarde la cual comenzó con la canción ‘Amazing Grace’.
Entre los participantes estuvieron Richard Beal de Rock Springs, Wyoming, quien fue específicamente para participar en la procesión. “Es un gran testimonio publico de la fe,” dijo agregando que se sintió muy emocionado al participar, pero no podía expresarlo con palabras. “Es algo supernatural, pero en una manera muy especial,” dijo. “Estoy contento por haberlo hecho.”
Así mismo la feligrés de St. James María Elena Peña dijo que “me sentí buen,” al unirme a la procesión , pensé “Esto es algo inexplicable.”
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