La Diocesis recibe fondos que le permiten cubrir gastos

Diócesis Católica de Salt Lake City

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Traducido por: Laura Vallejo

SALT LAKE CITY — El Obispo Oscar A. Solis dijo que la diócesis Católica de Salt Lake City se siente bendecida y agradecida en medio de estos tiempos de retos, ya que la Iglesia local ha recibido fondos limitados a través del CARES Act, ayuda federal para el coronavirus, el cual provee asistencia económica a los trabajadores de pequeñas organizaciones. Actualmente de las 42 solicitudes de la diócesis  para el programa, 12 han recibido fondos, pero esas 12 forman el 58.7 por ciento de la cantidad solicitada.

La diócesis recibió fondos a penas suficientes para cubrir 10 semanas de gastos por salarios del Centro Pastoral, así como de unas cuantas parroquias y escuelas Católicas de Utah. De acuerdo con los requisitos el CARES Act, los fondos recibidos son considerados como un préstamo durante 8 semanas, entonces se requiere de un reporte. Si el reporte cumple con ciertas estipulaciones, un perdón parcial o total puede ser otorgado.

“Estas son noticias maravillosas,” dijo el Obispo Solis. “Cuando el gobierno local pidió la suspensión de la alabanza pública así como el cierre de las escuelas, perdimos la fuente principal de fondos para nuestros varios ministerios – las colectas del fin de semana. También nos enfrentamos con el reto de retener a nuestros empleados y trabajadores y les pudimos apoyar en estos tiempos de necesidad. Todos realizan ministerio con salarios mínimos. Aún cuando las escuelas están cerradas, los maestros continúan impartiendo clases en línea a sus estudiantes. Otros empleados han mantenido las operaciones esenciales del día a día de nuestra Iglesia y de nuestras entidades, muchos desde sus hogares.

Por consiguiente, el ‘préstamo’ nos ha permitido no dejar sin empleos a nuestro personal. Estamos muy agradecidos.”

Aunque las necesidades inmediatas de salarios están aseguradas. La diócesis parroquias y otras entidades diocesanas necesitan donaciones para asegurar que quienes llegan a la Iglesia por ayuda puedan seguir siendo servidos. Estas entidades incluyen Catholic Community Services de Utah, cuyas operaciones incluyen el comedor de  St. Vincent de Paul y el centro de recursos para indigentes Weigand en Salt Lake City, y el banco de alimentos  Joyce Hansen Hall en Ogden. CCS también opera el centro de recursos Gail Miller en Salt Lake City, el cual da albergue a 200 hombres y mujeres indigentes.

La diócesis sigue fiel y continua la misión de Cristo en Utah a través de su alcance ministerial, incluyendo la educación continua de 10 seminaristas, los cuales están de camino hacia el sacerdocio; los muchos servicios en las misiones Rurales, y los programas de formación de fe para niños y para adultos.

Además de las operaciones diocesanas cada parroquia se encarga de tareas cumpliendo con las necesidades espirituales de la comunidad, y continua cumpliendo con sus obligaciones financieras, tales como hipotécas y el pago de la luz, agua, etc.

“Sabemos que muchos feligreses están batallando económicamente en estos tiempos debido a los impactos de la pandemia,” dijo el Obispo Solis.

 “A algunos se les ha recortado su salario, o inclusive se han quedado sin empleos. Ellos necesitan toda la ayuda que se les pueda dar, así es que les pido a todos y cada uno que por favor consideren realizar donaciones en sus parroquias o en el Diocesan Development Drive. No piensen en que si donación es muy pequeña – piensen en cuánto podremos ayudar si cada Católico de la diócesis dona 10 dólares! Por supuesto no todos podrán ni siquiera donar esa cantidad, mientras que otros más afortunados pueden apoyar con una cantidad mayor. Les pido a todos que por favor consideren hacer una donación sea la cantidad que sea para así poder continuar con la misión de nuestra Iglesia local en Utah durante estos tiempos. Dios ha estado junto a nosotros en nuestra camino de vida, fiel en su amor y compasión por nosotros. Démonos cuenta de estas bendiciones, seamos agradecidos y compartamos con los demás. Después de todo Dios ama a un donador alegre y nunca será superado en generosidad.”