LOGAN — Las vidas de millones de inmigrantes han sido afectadas debido a una variedad de medidas anti-inmigrantes que algunos estados han adoptado. En Utah, la ley de reforma migratoria estatal SB 81 fue aprobada en la sesión pasada. Pero antes de que entre en vigor en julio del 2009, un Comité Interino de Inmigracion legislativo fue assignado con la tarea de estudiar el tema más a fondo. La ley requiere que las agencias o subdivisiones políticas del estado verifiquen la presencia legal en los Estados Unidos de cualquier individuo que haya aplicado para un beneficio público estatal o local. También requiere que el aplicante para un beneficio público estatal o local certifique su presencia legal en los Estados Unidos, y provee penalidades por hacer una declaración o representación falsa, ficticia, o fraudulenta en la certificación. La ley incluye otras provisiones, pero Dee Rowland, directora de relaciones gubernamentales de la Diócesis Católica de Salt Lake City, dijo que la provisión que más le preocupa es aquella que le permite al personal de ley estatal y local aplicar las leyes federales de inmigración y aduana. "Los llevaría a hacer suposiciones raciales. Todos aquellos con piel morena serían sospechosos, y haría que los indocumentados resistan el reportar crímenes que suceden en sus vecindarios, por ejemplo, la violencia doméstica, por miedo a ser deportados," dijo Rowland. Rowland, junto con el padre Clarence Sandoval, pastor de la parroquia de Santo Tomás de Aquino en Logan, abogó por los derechos humanos de los inmigrantes frente a los legisladores del estado durante aproximadamente una hora, el 19 de junio, en Logan. "Nos sentimos obligados a alzar nuestras voces por aquellos que son marginados y cuyos derechos dados por Dios, no son respetados", dijo Rowland. En la entrevista con el Intermountain Catholic, Rowland enfatizó la diferencia entre una ofensa criminal y una ofensa civil, la cual cometen las personas que cruzan la frontera sin documentos o se quedan mas tiempo que el que sus visas les permiten. "Una ofensa civil se compara al conducir sobrepasando el límite de velocidad", dijo. Y frente al comité argumentó que "Castigar a criminales es hacer justicia y está bien. Pero convertir en criminales a personas pobres que buscan una vida digna para sus familias, para poder castigarlos, no es justicia". Aún así, Rowland aclaró que "Los Obispos Católicos no condescienden la entrada ilegal ni la burla a las leyes migratorias de nuestra nación". "La economía de nuestra nación tiene una demanda por trabajo extranjero; sin embargo, no hay visas suficientes para satisfacer esta demanda. Familiares de ciudadanos estadounidenses y de residentes permanentes legales se enfrentan a separaciones interminables, algunas veces de 20 años o más debido al atraso del proceso de visas disponibles", dijo. Rowland tambien desmintió la creencia que los inmigrantes aumentan la tasa de crímen, que disminuyen las oportunidades de trabajo y que no pagan impuestos. "Los inmigrantes sí pagan impuestos", dijo. "Entre la mitad a tres cuartos de los inmigrantes pagan impuestos estatales y federales. Pagan impuestos de venta en donde se aplica y otros impuestos, ya sea directa o indirectamente". Mientras Rowland presentó su caso con números, el padre Sandoval dio un emotivo reporte de cómo la redada del 12 de diciembre del 2006 afectó a las familias de los arrestados por agentes de inmigración mientras trabajaban en la planta procesadora de carne Swift. "Fue devastador para nuestra comunidad", dijo el padre Sandoval. "Los mas afectados fueron los niños…que preguntaban ‘¿en dónde está mi mamá?’ o ‘¿en dónde están mi mamá y mi papá?’ A los dos se los llevaron". Igualmente, recontó la experiencia de un padre de familia que tenía miedo de salir siquiera a trabajar a pesar de que tenía papeles. Su esposa fue deportada y su hija no pudo dormir por días porque extrañaba a su mamá. "Los Obispos Católicos apoyan la legalización ganada para aquellos que se encuentran en este país sin autorización y que han acumulado equidades, y que serían de otra manera admitidos. Esto no es una amnistía", dijo Rowland. "Lo interesante es que cuando me siento y platico con estos individuos, dicen que quieren límites y que quieren leyes", dijo el padre Sandoval. "Pero ¿Cuáles son las leyes? Las han estado esperando. Quieren convertirse en ciudadanos de este país, quieren trabajar legalmente". Y añadió: "Pero lo más importante es que ustedes escuchen con compasión y con el corazón…porque si se pusieran en sus zapatos y escucharan sus aspiraciones, tendrían otra imagen de quiénes son".
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