Traducción: Laura Vallejo
Durante la Cuaresma, los Católicos están llamados a dar limosna. El dar limosna “es un acto de penitencia o de caridad fraternal,” es junto a la oración y ayuno, “tradicionalmente recomendado para albergar el estado interior de la penitencia,” dice el Catecismo.
Mientras que el diccionario define la limosna como el donar dinero o comida a los pobres, la Iglesia Católica expande esa definición para incluir el dar no solo bienes materiales sino también para realizar actos de caridad.
“ Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales,” Catecismo 2447.
“Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras espirituales de misericordia, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos (cf Mt 25,31-46). Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres (cf Tb 4, 5-11; Si 17, 22) es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios
La Caridad es “la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios,” dice el Catecismo 1822, agregando que “El Señor nos pide que amemos como Él hasta a nuestros enemigos , que nos hagamos prójimos del más lejano , que amemos a los niños y a los pobres como a Él mismo.” (#1825).
Tal vez la mejor definición de caridad nos la ha dado San Pablo en su primer carta a los Corintios, “ La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad, todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”
La caridad es la primera de las virtudes teologales la cual “ fundan, animan y caracterizan el obrar moral del cristiano,” Catecismo #1813.
La caridad anima e inspira la práctica de todas las virtudes; también “asegura y purifica nuestra facultad humana de amar. La eleva a la perfección sobrenatural del amor divino,” dice el Catecismo (#1827).
Los Papas frecuentemente han escrito sobre la importancia de la limosna.
El Papa Benedicto XVI dedicó su encíclica “Caritas in Veritate” a la caridad. En esta el Papa dice que:” La caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia. Todas las responsabilidades y compromisos trazados por esta doctrina provienen de la caridad que, según la enseñanza de Jesús, es la síntesis de toda la Ley (cf. Mt 22,36-40).”
Los Santos también han hablado abundantemente sobre la caridad. En el Siglo X San Gregorio de Narek escribió un poema que decía:
“Porque ordenaste que hiciéramos el bien, desde el amanecer hasta el anochecer, el mismo día, nueve veces cincuenta, más tres, más cuatro veces diez. Siempre atento, perdonando con un corazón sin restricciones, algo más que la expectativa de las oraciones de los hombres..”
Mas recientemente la madre Teresa de Calcuta dijo, “ El dinero solo puede comprar cosas materiales, como alimentos, ropas y vivienda. Pero se necesita algo más. Hay males que no se pueden curar con dinero, sino solo con amor.”
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