SALT LAKE CITY - Para cuando usted lea esto, un escuadrón de fusilamiento muy probablemente habrá disparado para matar a Ronnie Lee Gardner a nombre del Estado de Utah. Al sr. Gardner se le dio la pena de muerte por la muerte del abogado Michael Burdell el 2 de abril de 1985, una terrible tragedia que agravó el hecho de que en 1984 asesinó a Melvyn John Otterstrom durante un robo. El viernes 18 de junio, las apelaciones del sr. Gardner sin duda se habrán terminado y el habrá sido ejecutado. Pero mientras los estados tienen el derecho y la responsabilidad de proteger a sus residentes, para Utah quitar una vida en nuestro nombre nos reduce a todos, ya que nuestra sociedad claramente puede llenar esas obligaciones sin tener que recurrir a la pena de muerte. Desde un punto de vista netamente económico, es menos costoso encarcelar de por vida a un asesino que ejecutarlo. Para aquellos que dicen que el costo se debe a todas las apelaciones, yo les respondería, "si van a quitar una vida ustedes quieren agregar las apelaciones, no restarlas, debido a la gravedad de la pena de muerte. Y aún así, a pesar de toda la tecnología, apelaciones y cuidados dados, el estado corre el riesgo de quitar una vida inocente, como se ha visto en aquellos que han sido exonerados estando en la fila de la muerte."
Desde 1973 ha habido 139 exoneraciones de reos en espera de su muerte en los Estados Unidos. Como cristianos, el pensamiento de un inocente cuya vida va a ser quitada en nuestro nombre debería de ser particularmente repugnante ya que Nuestro Señor fue un hombre inocente condenado a morir en una ejecución. Pero todo esto pierde el punto: el estado no debería involucrarse primeramente en la ejecución de prisioneros ya que esto viola la santidad de la vida humana y asume prerrogativas que solo le pertenecen a Dios. El catecismo de la Iglesia Católica es muy claro en este punto (párrafos 2267 y 2306). Si alguien toma la vida de otra persona,esta no se puede regresar- solo Dios puede dar la vida.
Al mismo tiempo, me simpatizo con los familiares de las víctimas del sr. Gardner. Mientras yo me encontraba en California me asocié muy cercanamente a grupos que defienden la justicia de familias de víctimas de asesinatos. Vi de primera mano la terrible tragedia y el duelo que conlleva un hecho tan violento como el asesinato. Pero por más que sienta por esas personas, creo que la mejor manera de apoyarlos es dar testimonio de lo precioso y sagrado que es la vida. Dios nos ama a todos, y ese amor no tiene excepciones. Nuestra fe Católica nos ensena que la vida es un regalo precioso de Dios que debemos respetar y proteger> Condenamos y detestamos los actos de ciertos individuos, pero siempre tenemos el llamado de amar y perdonarlos como personas. Nosotros como cristianos le pedimos al estado el no poner un punto en donde Dios ha puesto una coma, sino mejor permitir al perpetrador tiempo para arrepentirse y buscar el perdón de Dios así como el perdón de los familiares de sus víctimas. Se cree que en el perdón es en donde encontramos la verdadera sanación. Desde mi punto de vista el concepto de que la pena de muerte da la tranquilidad es un mito. Nunca vamos a encontrar la verdadera tranquilidad en esta vida pero nos acercaremos más a ella con el perdón. Hasta que haya perdonado a aquellos que me han ofendido, el dolor será un lastre que será muy pesado para mi alma. Nuestro Señor nos dio el ejemplo más grande cuando perdono a sus ejecutores mientras fue crucificado.
La moralidad de la pena de muerte también es cuestionable cuando uno examina lo dispareja que es aplicada. Un número desproporcionado de personas que esperan la pena de muerte son personas pobres o de color. También mientras que en 35 estados de los Estados Unidos existe la pena de muerte en 15 no existe. Además, 65 por ciento de las ejecuciones se realizan solo en 5 estados.
Como persuación la pena de muerte también falla. Es mi impresión que la mayoría de la gente asesina a otra bajo tres circunstancias: en un arranque de pasión, mientras se encuentran bajo la influencia del alcohol o drogas, o cuando planean un asesinato tan bien que piensan que no serán atrapados. En cualquiera de estos tres casos no consideran que podrían estar incurriendo en la pena de muerte por sus acciones. De hecho, no solo la pena de muerte falla en disuadir crímenes capitales, me parece que perpetra una atmosfera de violencia y muerte. Como Jesús nos dijo "Aquellos que viven bajo la espada mueren en sus manos." Esa espada corta para los dos lados! Fíjense como en aquellos países que no cuentan con la pena de muerte tienen un bajo índice de crímenes en comparación con los países que si la tienen.
En la publicación de 1999 "El viernes Santo solicita el fin de la pena de muerte," la conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos dice que "No podemos reducir el crimen, simplemente ejecutando a los criminales, ni podemos restituir las vidas de los inocentes acabando con las vidas de aquellos que los asesinaron. La pena de muerte ofrece una ilusión trágica de que pueden defender la vida quitando la vida." Todos lloramos la perdida de víctimas inocentes atrapadas en las miras de los asesinatos. Pero por el motivo mencionado, Oro por que nuestra sociedad pueda ir mas allá de un sistema de justicia que viola las muy acertadas creencias religiosas de muchas personas, que corre el riesgo de ejecutar a inocentes, que falla en disuadir y es aplicada de modo disparejo. Todos somos hermanos y hermanas con Dios como nuestro Padre, en Cristo y con el Espíritu Santo. Creo que el poeta John Donne estaba en lo correcto cuando en su famoso poema "Por quien suenan las campanas," compartió el interior en el que la muerte nos reduce a todos precisamente porque todos somos uno en Dios y en nuestra compartida humanidad. Si la ejecución de Ronnie Lee Gardner es realizada el viernes 18 de junio no tendremos que preguntarnos "por quien suenan las campanas: pues ya lo sabremos, y nuestra sociedad será reducida una vez más.
Queridos Miembros del Board of Pardons del Estado de Utah,
Estoy escribiéndoles para implorarles que conmuten la sentencia de muerte de Ronnie Lee Gardner. Dios es el único autor de la vida. Nosotros, como Católicos, sostenemos que la vida es sagrada desde la concepción hasta la muerte natural.
Nos encontramos consternados y muy tristes por el hecho de que el Sr. Gardner no respetó las vidas sagradas de sus víctimas y lloramos su pérdida y ofrecemos nuestras condolencias a sus familiares. A pesar de lo atroz que fueron sus crímenes, no creemos que estos dan al Estado el derecho de quitarle la vida ahora que existe la alternativa de una vida en prisión sin libertad condicional.
La habilidad del Sr. Gardner de tomar decisiones morales fue aparentemente muy dañada debido al extensivo abuso físico y emocional que recibió de niño así como por el uso de medicamentos inapropiados a la tierna edad de 5 ó 6 años.
No hay duda de que nuestra sociedad sufre de violencia y pérdida del respeto por la vida humana. Un sin número de personas en nuestra sociedad llevan las cicatrices de violencia física, sexual, emocional y psicológica.Todos debemos trabajar unidos para encontrar el camino hacia el respeto mutuo, la tolerancia y el perdón. Es mi firme creencia que el uso intencional de la muerte solo conduce a la violencia que nos disminuye a todos como seres humanos.
Los Obispos Católicos de los Estados Unidos en un documento del año 2000 dicen "La Responsabilidad, La Rehabilitación y La Restauración - Una perspectiva Católica sobre crímenes y Justicia Criminal," subraya la responsabilidad de los perpetradores de responsabilizarse de sus acciones. El sistema de justicia ha determinado que el Sr. Gardner es culpable. Una sentencia de prisión de por vida sin derecho a libertad condicional le daría la oportunidad de reconciliarse con Dios y con los demás seres humanos, además de permitirle una oportunidad de aceptar o adoptar la salvación eterna.
Como personas de fe, creemos que nunca se debe poner un punto en donde Dios ha puesto una coma. Es de hecho trágico, que las vidas como la del Sr. Ottestrom y el Sr. Burdell fueran apagadas. Oro para que el Estado no continúe con este trágico ciclo de violencia quitando otra vida. Con la muerte patrocinada por el Estado del Sr. Gardner, estamos subestimando la gracia de Dios y la habilidad de lograr un cambio en el corazón que llevaría a que el Sr. Gradner pida perdón y su salvación eterna. Por favor permitan esta posibilidad.
Sinceramente
El Reverendísimo Obispo John C. Wester, Obispo de Salt Lake City
Stay Connected With Us