Susan Northway
“… La ancianidad contiene una gracia y una misión, una verdadera vocación del Señor. La ancianidad es una vocación. Pueden abrir nuestra mirada y corazón. Su sabiduría y experiencia son de un gran aporte.”- Papa Francisco
El Papa Francisco nos recuerda que la edad adulta mayor ofrece nuevas oportunidades para el Pueblo de Dios. Hablando en la Plaza de San Pedro el 11 de marzo del 2015 el Papa Francisco exaltó que los ancianos, especialmente los abuelos, necesitan darse cuenta que su testimonio ofreceré esperanza a los jóvenes de hoy en día.
Los tiempos en este mundo post pandémico llaman a una renovación de la esperanza.
La Escritura nos da muchos ejemplos poderosos para nuestra contemplación. El Papa Francisco se enfocó en Timoteo 1:5, apuntando la influencia de la fe de la abuela en su nieto, quien era un amigo y compañero de trabajo de San Pablo. Saludando a su compañero, Pablo le escribió a Timoteo: “…Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual animó primero a tu abuela Loida y a tu madre Eunice, y ahora te anima a ti. De eso estoy convencido.”
Reflexionando en la historia de San Lucas de Simeón y de Ana, el Papa Francisco nos recuerda de los papeles únicos que estos ancianos tuvieron en el antiguo Templo de Jerusalén.
Simón y Ana estaban “durante años, todos los días esperaban con gran confianza la llegada de Dios.” Ellos se abrazaron a la esperanza y ofrecieron sus años finales en constante oración al Señor. En un día inolvidable, el Espíritu Santo los llevó a reconocer a María y a José quienes presentaron a Jesús en el templo.
El Papa Francisco comentó: los ancianos “reconocieron al niño, y descubrieron una nueva fuerza, para una nueva tarea: dar gracias y dar testimonio por este Signo de Dios.” El Papa se refiere a Ana como “ la pri-mera predicadora de Jesús. De ese día en el templo. La predicación de Ana alcanzó a grandes grupos de personas quienes se reunían con la esperanza de la redención de Jerusalén en Jesús.
En su visón profética del 2015, el Papa Francisco animó a los fieles ancianos.
“Necesitamos ante todo ancianos que recen, porque la vejez se nos dio precisamente para esto. La oración de los ancianos es algo hermoso.”
Los jóvenes de hoy en día están viviendo tiempos que alteran su práctica de la fe. La oración de un anciano de gratitud puede ofrecer un fuerte testimonio en contra de las descaradas actitudes de quienes se sienten con derechos, de los egoístas y de los cínicos cuyas palabras y acciones roban la alegría de los jóvenes socavando sus valores de generosidad y amor. El Papa Francisco llama a que los ancianos sean ‘poetas de oración’ y señala que sus oraciones siguen siendo “un gran don para la Iglesia.”
Como abuela, me he dado cuenta que la pandemia ha traído tiempos de ansiedad y de miedo a nuestros nietos. A comienzos del verano, la familia de nuestra hija salió de su albergue domiciliario y manejó fuera de la ciudad para asistir a una reunión familiar.
Realizaron una parada en Lexington, Nebraska para una rápida visita al museo militar en donde descubrieron una exhibición para niños. Revivieron textos e imágenes de nuestros nietos subiendo a tanques de la II guerra mundial, viendo uniformes históricos y revisando varios artefactos de guerra.
Después de explorar el museo, los niños platicaron acerca de su bisabuelo Charles un hombre que a los 19 años de edad sirvió como artillero en la Batalla de Bulge
Cuando regresaron fue una oportunidad maravillosa para compartir historias familiares. Los niños apren-dieron del valor, fe y esperanza que su ancestro tuvo en combate.
Mi esposo les platicó acerca de las heridas casi fatales que Charles sufrió en la Víspera de Navidad y compartió la maravillosa historia de esperanza , rescate y regreso a los Estados Unidos.
El Papa Francisco describe a los abuelos como “grandes coros” donde las canciones e intenciones especiales “forman un coro duradero de una santidad espiritual.”
El Papa ofrece palabras y oraciones de esperanza, “¡Cuánto quisiera una Iglesia que desafía la cultura del descarte con la alegría desbordante de un nuevo abrazo entre los jóvenes y los ancianos! Y esto es lo que hoy pido al Señor, este abrazo.”
Recientemente el Papa Francisco anunció que el último domingo de julio está designado como la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, haciendo de esto un tempo maravilloso para compartir historias de estos valiosos miembros de nuestras familias.
Susan Northway es la directora de la Oficina de Formación de Fe de la Diócesis Católica de Salt Lake City.
Traducido por: Laura Vallejo
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