Traduccion: Laura Vallejo
SALT LAKE CITY — La oración es uno de los tres pilares de la Cuaresma. Mientras que la oración con palabras pareciese ser la más común, la Iglesia Católica también reconoce el valor de la meditación y de la contemplación.
Como con la oración con palabras, existen diferentes métodos de meditación y contemplación. Una forma de meditación es la Visio Divina (latín para vista divina), en la cual la persona utiliza una pintura religiosa para el enfoque de su oración. Esas imágenes son conocidas como íconos; el Catecismo de la Iglesia Católica dice que “La iconografía cristiana transcribe a través de la imágen el mensaje evangélico que la Sagrada Escritura transmite mediante la palabra.”
En el Siglo VIII, existió controversia sobre si los íconos representaban una forma de idolatría. En respuesta el Segundo Conciliode Nicea decidió que los iconos podían ser venerados y que las imágenes de Jesús, María, ángeles y santos enseñaban a las personas a que “a los iconos e imágenes se les venerará y no se les adorará….” Y a que ““el honor otorgado a la imágen se remonta al modelo original”.
Esta enseñanza ha sido repetida en varios documentos de la Iglesia, incluyendo en la carta apostólica de 1987 del Santo Papa Juan Pablo II Duodecimum Saeculum, la cual fue escrita en la conmemoración del 1200avo aniversario del Segundo Concilio de Nicea.
Un icono pintado “ permite a los que lo contemplan acceder, a través de la vista, a los misterios de la salvación,” escribió el Papa.
De hecho en el Siglo VI, San Gregorio Magno defendió las pinturas en las Iglesias como formas de apoyo para la enseñanza a las personas que no podían leer.
San Gregorio inclusive llegó a reprender al Obispo Sereno de Marsella por permitirle a su fraternidad romper iconos en las Iglesias.
Aquí San Gregorio hace la distinción de que la persona retratada en el icono no el icono como tal, será venerada, pero solo Dios es alabado. O como San Juan Pablo II dice en su carta Duodecimum Saeculum, “El arte puede representar, pues, la forma, la efigie del rostro humano de Dios y llevar al que lo contempla al inefable misterio de este Dios hecho hombre por nuestra salvación.”
Recientemente el Papa Francisco sugiere que “ante cada familia se presenta el icono de la familia de Nazaret,” porque “Necesitamos sumergirnos en el misterio del nacimiento de Jesús, en el sí de María al anuncio del ángel, cuando germinó la Palabra en su seno; también en el sí de José, que dio el nombre a Jesús y se hizo cargo de María,” escribió el Papa en su exhortación apostólica del 2016 Amoris Laetitia.
Varios aspectos de la Sagrada Familia pueden llamar su atención mientras contempla el icono. El Papa Francisco escribe que ,”en la fiesta de los pastores junto al pesebre, en la adoración de los Magos; en fuga a Egipto, en la que Jesús participa en el dolor de su pueblo exi-liado, perseguido y humillado; en la religiosa espera de Zacarías y en la alegría que acompaña el nacimiento de Juan el Bautista, en la promesa cumplida para Simeón y Ana en el templo, en la admiración de los doctores de la ley escuchando la sabiduría de Jesús adolescente.”
Para orar con la Visio Divina, escoja el icono con el que desea orar. Póngase en estado de oración, examinando cada detalle del icono elegido. Uno o más de los detalles mantendrán su atención.
Medite sobre esos detalles, preguntándose cual es el mensaje que Dios le envía a través de esos detalles. Después responda al mensaje de Dios con su oración. Finalmente descanse en la prescencia de Dios antes de terminar su meditación con una oración.
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