LAGO ITASCA, Minnesota — Un pequeño arroyo, de apenas 4,5 metros de ancho, brota del lago Itasca, formando el inicio del serpenteante curso del río Mississippi, que recorre 3.000 kilómetros hasta el Golfo de México.
En este mismo punto, entre los pinos del norte de Minnesota, el obispo Andrew H. Cozzens alzó una custodia dorada en la tarde del 19 de mayo, trazando la señal de la cruz sobre las aguas y la gente reunida -- un gesto humilde suplicando que fluyera un poderoso río de gracia para el Avivamiento Eucarístico Nacional.
Aquí, en el comienzo de las aguas que una vez fueron bendecidas y bautizadas por los primeros misioneros católicos como el “Río de la Inmaculada Concepción”, el obispo de Crookston, Minnesota, llevando a Jesús en la Eucaristía, se adentró por un sendero en los bosques del Parque Estatal de Itasca, seguido por peregrinos cuyos himnos y salmos eran interrumpidos por largos períodos de silencio meditativo y breves ráfagas de lluvia que caían del cielo gris nublado.
Por fin había comenzado la Ruta Mariana de la Pere-grinación Eucarística Nacional.
La bendición de la cabecera del río Mississippi, el 19 de mayo, marcó el inicio de la ruta norte de la Peregrinación Eucarística Nacional, un viaje de ocho semanas con la Eucaristía desde cuatro puntos cardinales de Estados Unidos. Todas las rutas comenzaron sus caminatas el 18 y 19 de mayo, fin de semana de Pentecostés, con las otras tres rutas partiendo de Brownsville, Texas; New Haven, Connecticut; y San Francisco, California.
La peregrinación forma parte del Avivamiento Eucarístico Nacional, una iniciativa de tres años lanzada en 2022 por los obispos estadounidenses para inspirar un amor y una reverencia más profundos por Jesús Eucaris-tía, después de que una encuesta del Pew Research Center revelara que sólo un tercio de los católicos estadou-nidenses creía en la enseñanza de la Iglesia de que Jesús está realmente presente en la Eucaristía.
Desde estas cuatro direcciones, las rutas de peregrinación trazan lo que los organizadores llaman “un signo de la cruz sobre la nación”, mientras los peregrinos recorren un total de 6.500 millas a través de 27 estados y 65 diócesis, a través de pequeños pueblos, grandes ciudades y zonas rurales -- a menudo a pie, siempre con el Santísimo Sacramento -- hasta que convergen en India-nápolis para el Congreso Eucarístico Nacional del 17 al 21 de julio.
“Hermanos y hermanas, el renacimiento tiene que comenzar con ustedes y conmigo, y tiene que comenzar con nuestro arrepentimiento, humillándonos, volviéndonos de nuestro pecado”, dijo el obispo Cozzens, que preside la junta del Congreso Eucarístico Nacional, responsable de supervisar el congreso en Indianápolis, a unas 2.500 personas reunidas para la Misa de Pentecostés al aire libre celebrada en un campo cerca de la entrada del parque estatal justo antes de la bendición de la cabecera.
Mientras los peregrinos caminaban con la Eucaristía por el boscoso parque estatal, ciclistas y excursionistas se detenían respetuosamente y esperaban el paso de la procesión. Algunos, como Tom y Jeanne Young, se arro-dillaron.
“Reconocemos que Jesús está realmente presente, y está aquí con nosotros”, dijo Jeanne Young.
-- Ruta de Juan Diego: ‘El Espíritu Santo nos mueve a unirnos a Cristo’ --
En contraste con los cielos grises y las temperaturas frescas del norte de Minnesota, los peregrinos y fieles reunidos para el lanzamiento de la Ruta de San Juan Diego tenían cielos azules brillantes y el calor de Texas para el inicio de su viaje en el extremo sur de los Estados Unidos.
“El Espíritu Santo nos mueve a unirnos a Cristo en su sacrificio y en glorificar al Padre, y nos movemos con Cristo porque el Espíritu nos mueve”, dijo el obispo de Brownsville, Daniel E. Flores, a los cientos de católicos que llenaron a rebosar la Catedral de la Inmaculada Concepción de Brownsville, Texas, el 19 de mayo para la Misa solemne de Pentecostés.
La Misa, celebrada en inglés y español, marcó el inicio de la ruta de peregrinación del sur que lleva el nombre de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, el visionario indígena católico que vio a Nuestra Señora de Guadalupe y cuya profunda devoción por la Eucaristía lo impulsaba a caminar 15 millas para asistir a Misa todos los días.
Jaime Reyna, parte del equipo del Congreso Eucarístico Nacional, vino desde Corpus Christi, Texas, para unirse al lanzamiento de la ruta del sur el 19 de mayo. Explicó que, en algunos momentos de la procesión eucarística en Brownsville, el Santísimo Sacramento era transportado en un remolque abierto decorado con flores blancas tirado por un camión blanco, mientras cientos de personas lo seguían. Añadió que la gente en sus coches, o a un lado de la carretera, hacía la señal de la cruz al ver pasar a Jesús Eucaristía a su lado.
Reyna dijo que los organizadores no esperaban “tener
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