Con el Adviento comienza un nuevo Año Litúrgico. El Año Litúrgico es la base de nuestras vidas como católicos, ya que nuestra habilidad para marcar un tiempo de alguna manera es parte del amor de Dios y es un regalo de Dios. Recuerdo que cuando era un joven seminario y asistí a ver el musical ‘Godspell’ me mermé con los maravillosos temas y con el maravilloso mensaje que fue puesto en una menar muy realística y moderna. Recuerdo el llamado de Juan el Bautista,’ Preparen el camino para el Señor’. Este es el mensaje de Adviento. Es un tiempo de preparación, un tiempo para preparar el camino para el Señor mientras aguardamos por el Señor. Un amigo muy querido el Padre Gene Konkel, SS, siempre preguntaba, ¿Quién espera a quién? Ciertamente estamos, en un nivel muy real, esperando al Señor en la Navidad, pero realmente es Dios quien nos está esperando. La manera de prepararnos son nuestras vidas. Queremos aceptar a Dios en nuestras vidas, así es que el Adviento es un tiempo de preparación, de preparar nuestras almas, nuestros corazones y nuestras vidas para recibirá Cristo en la Navidad. El Adviento es un tiempo para preguntarnos cuales son los caminos torcidos de nuestras vidas. Cada uno de nosotros nos podemos preguntar: ¿Cuáles son los caminos torcidos en los que a veces me pierdo, o por los que me desvió?, ¿Cuáles son los caminos torcidos por los que necesito enderezar mi vida?, ¿Cuáles son las montañas que están bloqueando mi camino espiritual?, ¿Cuáles son los obstáculos que me impiden encontrar a Cristo más plenamente en mi vida?, ¿Cuáles son los obstáculos que me impiden tener una vida más llena de fe, o de mayor confianza? El Adviento es un tiempo para que consideremos estas preguntas, a nuestra manera, para prepararnos para recibir a la Navidad. Así es que Si preparen el camino para el Señor. Estamos esperando a Cristo en la Navidad, y Él nos está esperando. Suyo en Cristo, + El Reverendísimo John C. Wester, obispo de Salt Lake City
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