Mensaje de Cuaresma del Obispo Solis

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¡Saludos en la paz y amor de Cristo! El tiempo de Cuaresma este año comienza el 5 de marzo, Miércoles de Ceniza y concluye el 17 de abril (Jueves Santo). Los 40 días de Cuaresma representan el tiempo que Jesús pasó en oración, ayuno y venciendo las tentaciones del diablo. La Iglesia nos invita a reflexionar y orar para profundizar nuestra fe y cambiar nuestros corazones en preparación para la celebración de la muerte y resurrección de Cristo en la Pascua.

La celebración de la Cuaresma en este Año Jubilar nos ayuda a renovar nuestra esperanza en el infinito amor y misericordia de Dios. Entre todas las dificultades e incertidumbres del mundo de hoy, resulta fácil distraerse y perder el enfoque en Dios, El Papa Francisco en su Bula de Convocación del Jubileo Ordinario del Año 2025  Spes Non Confundit, – “La Esperanza no defrauda” , nos recuerda que “La esperanza efectivamente nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz.”

Estas palabras de la Carta de San Pablo a los Romanos nos da la luz para el camino al que estamos llamados a seguir. Nuestro Santo Padre nos exhorta a que se debe hacer todo esfuerzo para permitir al Pueblo de Dios participar completamente en esta proclamación de esperanza en la gracia de Dios. Es así, que en el espíritu de esperanza tomamos nuestras disciplinas de Cuaresma, no como castigos sino como una preparación de nuestros corazones para celebrar con esperanza el don de salvación de Dios en la muerte y resurre-cción de Cristo.

Los pilares de la Cuaresma nos ayudan a enfocar nuestra atención en Dios: el aumentar la oración significa más oportunidades de comunión con nuestro Señor; la abstinencia y ayuno nos fortalecen y liberan de los placeres materiales, así como de otras esclavitudes materiales permitiéndonos hacer espacio para que Cristo llene nuestros corazones; la caridad y buenas obras ponen nuestra atención en lugar de en nosotros mismos en Dios y nuestros semejantes, especialmente en los más necesitados. San Pedro es su primera carta nos dice que: “la caridad cubre multitud de pecados,” agregando que “cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido y de este modo serán buenos administradores de los diversos dones de Dios.”

Durante este tiempo de Cuaresma, responsamos al llamado del Papa Francisco siendo Peregrinos de la Esperanza. Entre las dificultades a las que nos enfrentamos en el mundo de hoy en día, es nuestra esperanza que la luz de Cristo ilumine el camino al que estamos llamados. Llenos de esperanza, embarquémonos en nuestro camino spiritual de arrepentimiento y transformación -volcando nuestros corazones a Dios- de la obscuridad del Viernes Santo a la luz y alegría de la Pascua que llega con la resurrección de Cristo.

Traducción: Laura Vallejo