Mensaje de gracias del Obispo J.Wester

Friday, Nov. 20, 2009
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By The Most Rev. John C. Wester
Bishop of Salt Lake City

Al reunirnos este año para celebrar el día de Acción de Gracias, nuestra nación dará gracias por todas las bendiciones que disfrutamos en nuestro país. Este acto de agradecimiento supone un camino de dos vías: un regalo recibido y los agradecimientos dados. Por lo tanto, nuestra atención está enfocada en el "quien" y en el "que", el que regala y el regalo. La acción de gracias, entonces, implica una relación. Y mientras que Dios es quien da todos los regalos buenos, nuestra gratitud está dirigida hacia Cristo, a través de quien y por quien todas las cosas existen y todos los regalos son dados.

Bajo este contexto, existen innumerables regalos por los cuales este año debemos agradecer a Dios. Pero de todos ellos, estoy más agradecido por el regalo del tiempo. He escuchado que el tiempo es el único regalo que es verdaderamente nuestro. Todo lo demás que "poseemos" es únicamente prestado por un tiempo. Un día, nuestras posesiones, nuestro dinero, nuestros talentos y habilidades dejarán de existir o irán a alguien más, con la excepción de nuestro tiempo – que es verdaderamente nuestro y es verdaderamente quienes somos. De hecho, podemos sustituir la palabra "vida" por la palabra "tiempo" y así comprender el misterio de esta realidad.

Sólo estoy destruyendo "vida"; estoy desperdiciando "vida": No tengo más "vida" para ti: estos son solo algunos ejemplos del vínculo entre el tiempo y vida. Dios nos ha dado a cada uno de nosotros el tiempo suficiente: no demasiado y no muy poco. Lo que hacemos con nuestro tiempo, nuestra vida, se convierte en la expresión viva de nuestro agradecimiento a Dios quien es el Señor de la vida. El día de Acción de Gracias es un momento en el tiempo en el que se hace una pausa para agradecer de una manera especial por este precioso regalo que es santo, único e irrepetible.

Este año, doy gracias de una manera muy especial por mi tiempo, por mi vida con todos ustedes, mis hermanos y hermanas en Cristo. ¡Estoy disfrutando mucho de mi tiempo aquí en Utah! Nuestra iglesia local es viva, vibrante y entusiasta. Es un gran regalo el haber sido llamado por Cristo para ser su pastor y estoy siempre muy agradecido con Dios por todos ustedes. También estoy muy agradecido por el regalo de su tiempo, de su vida, que dan tan abiertamente para construir y sostener nuestra comunión Eucarística. En mis viajes por toda la diócesis, no dejo de impresionarme con su generosidad y desprendimiento. Una y otra vez, los veo utilizar su tiempo, su vida, asistiendo a la liturgia, dirigiendo las actividades de las parroquias, visitando a los enfermos, enseñando catecismo, dándole la bienvenida al extranjero, cuidando a sus familias y compartiendo sus recursos con la diócesis y más allá. Soy verdaderamente afortunado por haber sido llamado a esta maravillosa diócesis y estoy profundamente agradecido por este tiempo en mi vida.

Mientras nos preparamos para reunirnos alrededor de esta "mesa festiva" el día de Acción de Gracias, rezo para que ustedes tengan la oportunidad de expresar su agradecimiento por todos aquellos que comparten su tiempo y sus vidas con ustedes. Por la familia, amigos, y demás amistades este es el tiempo para agradecer a todos aquellos que ustedes aman y con quienes comparten sus vidas. Con ese espíritu, quiero agradecer a nuestros sacerdotes en este año dedicado a todos aquellos hombres que dejaron todo para seguir a Cristo. Por favor tómense un tiempo para decirles lo agradecidos que están por su compromiso hacia ustedes, sus hermanos y hermanas. Háganles saber que aprecian las innumerables formas en que ellos están presentes para ustedes, compartiendo sus alegrías y sus penas, sus tiempos buenos y sus tiempos malos. Ellos son recuerdos vivos de Cristo, el gran sacerdote, quien dio su vida por nosotros, su tiempo, por quien podremos llegar a tener la vida eterna. ¡Eso es algo por lo que debemos estar agradecidos: el tiempo eterno, la vida eterna!

Cada vez que nos reunimos en la mesa del Señor en la Eucaristía, estamos tomando su cuerpo y su sangre y recibiendo los primeros pasos hacia el tiempo eterno. No hay duda del por qué llamamos a la Sagrada Liturgia Eucaristía: la palabra significa acción de gracias y cuando uno piensa en ella, esa es la única respuesta que le podemos dar a aquel que nos ha dado todo, incluyendo la vida eterna. ¡Que Dios los bendiga durante esta festividad venidera. Que disfruten de un buen "tiempo" este día de Acción de Gracias!

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