Mensaje de Obispo en 1947 sobre la esperanza resuena hoy en día

Friday, Jan. 24, 2025
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En el mes de octubre de 1929 el entonces Monseņor Duane G. Hunt ofrece su homilía ante los radio escuchas de la estación radial KSL Radio. El 28 de octubre de 1937 Monseņor fue consagrado como el quinto Obispo de Salt Lake.
By Special to the Intermountain Catholic

Michael Courtney

Archivista de la Diócesis de Salt Lake City

Traducción: Laura Vallejo

Nota Editorial: Este artículo es el primero de una serie en celebración del Año Jubilar de la Esperanza; explora los aspectos históricos del tema del jubileo ‘Peregrinos de Esperanza’.

El primer grupo de peregrinos realizando el peregrinaje son periodistas, blogeros, DJ, radio locutores así como otros especialistas de medios; miembros de  este grupo se reunirán del 24 al 26 de febrero en Roma, para el Jubileo Mundial de Comunicaciones.

En este terreno, el de las comunicaciones, la Diócesis de Salt Lake City tiene un papel importante en el desarrollo del radio como un instrumento de evangelización. En 1926 el entonces  Monseñor (quien fuese Obispo en 1937) Duane G. Hunt, vicario general de la Diócesis comenzó un experimento al leer sus homilías por la Radio de KSL. Estas homilías fueron transmitidas semanalmente de 1927 a 1949, excepto en 1942.

Tres años después de comenzar las transmisiones, 5 millones de radio escuchas sintonizaban las transmisiones de Monseñor Hunt por todas partes del oeste de los Estados Unidos, haciéndolo uno de los primeros sacerdotes Americanos en exitosamente utilizar la radio como un medio evangelizador.

Los temas de sus homilías incluyeron la necesidad de la religión, el pecado original, la primicia del Papa, la devoción a Maria, la unidad de la Iglesia y la Iglesia y las ciencias.

En una de sus homilías, la de Pascua del Domingo 6 de abril de 1947, habló del tema de la esperanza. Igual que hoy en día, el mundo en 1947 necesitaba de la esperanza. La Segunda Guerra Mundial había terminado dos años antes y la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética estaba comenzando.   En su homilía, monseñor Hunt decía que los individuos pueden, tal como el Señor lo hizo, desde el Viernes Santo hasta la Pascua, hacer sacrificios para el bien común.

El Amanecer de la Esperanza

El siguiente sermón titulado ‘El amanecer de la esperanza’ fue ofrecido el domingo de Pascua, 6 de abril de 1947:

“No tengan miedo: Ya que se que buscan a Jesús crucificado. Él no está allí, ya que Él ha resucitado.” Estas palabras del ángel fueron dichas a la primera persona que llegó a la tumba de nuestro Señor la mañana de Pascua. Y deben de servir como mi texto para esta velada.

El Viernes Santo por la tarde, nuestro Señor fue vergonzosamente derrotado. El domingo de Pascua por la mañana fue gloriosamente victorioso. El Viernes fue ejecutado por sus enemigos. El domingo se le dio la bienvenida por sus amigos. El Viernes el espíritu de sus seguidores fue aplastado, sus corazones rotos. El Domingo fueron alzados a nuevas altitudes de alegría y felicidad. El viernes el aire estaba lleno de ruidosas maldiciones y llantos brutales por su muerte. El Domingo el silencio se rompió con la voz del ángel anunciando que vivía. El Viernes fue un día de violencia y odio. El Domingo fue un día de paz y de amor. Desde la obscuridad de la decepción a un brillante amanecer de esperanza; ese fue el cambio de Dios del Viernes al Domingo.

Un evento extraordinario había ocurrido, un milagro del cielo, el más importante y necesario milagro de todas las relaciones de Dios con su familia humana. No fue tanto la conversión de la muerte a la vida. Nuestro Señor ha realizado el milagro en varias ocasiones durante su ministerio. Fue más que la Resurrección em la Pascua fue la confirmación de todo lo que había predicado y de todo lo que había dicho sobre él. Él había predicho a sus seguidores que seria crucificado y que resucitaría de su tumba el tercer día. El cumplimiento de esta predicción puso el sello de la aprobación de Dios en El. Fue Dios diciendo ‘Este es mi hijo querido; escuchando.” Más que ningún otro hecho es el testimonio de la divinidad de nuestro Señor, además de establecer las bases sólidas de nuestra fe cristiana. Es la base de la esperanza, sin embargo, más que a la fe, que ahora llamo la atención hacia el significado de la Pascua.

La esperanza es la fuente de la vida. Es el poder motivacional por el que recibimos un empuje. Podemos pasar por problemas, desastres y penas, tan solo como podemos esperar por algo mejor. Podemos ver el mal que se nos acerca y permanecer con calma, paciencia y valentía, si tan solo podemos ver el amanecer de un día más brillante. Sin la esperanza, seríamos aplastados por el mal y no sabríamos que hacer; seriamos arrojados a las profundidades de la desesperanza e impotencia. Sin esperanza no tendríamos por qué vivir; sin esperanza a nadie le importaría vivir.

Muerte no Fin

Para las personas de fe Cristiana la Pascua llega con esta bendecida Esperanza. Nos dice que sin importar lo negro de la noche, sin importar lo formidable de las fuerzas del mal, Dios está en el cielo y el milagro de la salvación está por llegar, La Pascua nos da la promesa de que las fuerzas del mal no nos pueden destruir. La Pascua nos da la promesa de que las fuerzas del mal no nos pueden destruir. Nos dice que la muerte no es el fin, pero que nuestras almas vivirán y podrán disfrutar de la presencia de Dios. Nos dice que, así como nuestro Señor resucitó de la muerte con gloria y triunfo, para que nosotros también resucitemos de la muerte, en cuerpo y alma una vez más unidos.

Sin embargo, más que esto, la Pascua es la garantía de que los sacrificios por una causa buena y santa no están perdidos. A través de su devoción inflexible a la verdad y al deber, a través de su sacrificio por la humanidad, nuestro Señor trae al mundo la más grande bendición, la gracia santificadora. Imitando Su ejemplo, nosotros, también, en nuestras muy limitadas esferas y dentro de nuestras capacidades humanas, podemos realizar sacrificios desinteresados. También nosotros podemos servir a Dios y a nuestros compañeros. La Pascua nos dice que nuestros esfuerzos nunca son en vano. Nada bueno se pierde totalmente. Nosotros el día de hoy heredamos bendiciones de todas las generaciones de nuestros padres cristianos; quienes nos siguen recibirán nuestras bendiciones por el heroísmo presente.

Amenaza Ateista

Con el problema de la guerra en nuestras espaldas, ahora nos enfrentamos con los problemas de paz. Estos son diferentes en forma, esto sin lugar a duda. Pero no son menos serios ni formidables. Hoy el mal que nos amenaza a todos es el ateísmo, el militante y agresivo ateísmo. Este llega al mundo con un vigor renovado, apoyado por el gigante poder físico de Rusia y que llega con el fanatismo de una cruzada de conquista. Este a agobiado a países enteros. Se ha insinuado a si mismo en los países, buscando desestimarlos y prepararlos para la revolución, Ese es el plan para derrocar nuestro gobierno por la violencia y fuerza abiertamente y arrogantemente proclamada.

El comunismo ateo está creando problemas en todos los rincones del mundo. Se aprovecha de toda condición de angustia fomentando protestas y disturbios. En este momento sucediendo en Inglaterra, en Francia en Italia, en Grecia y en otros países. En Corea y en China, bloqueando cada movimiento de otras naciones para crear una hermandad internacional. Sola previene in programa de armonía y buena voluntad.

Civilización Crucificada

Los tiempos presentes son un Viernes Santo trágico para toda la Europa del este. La Libertad humana, la Libertad general y la democracia están siendo azotadas en sus bases. La verdad, el honor la justicia y la caridad están siendo coronadas con espinas. La civilización misma está siendo crucificada. Está siendo colocada en un sepulcro fuertemente custodiada y escondida detrás de una cortina de hierro y de una misteriosa intriga. Pero sabemos que, nosotros personas de fe, y los tiranos ateos también deben de saber que este no es el fin. Algún día el ángel del Dios alzará esa cortina y la luz del cielo volverá a brillar. El Viernes Santo será seguido de una nueva Pascua.

Para nadie más en el mundo la Pascua significa tanto como el sufrimiento infligido en las personas de los países en persecución. Hoy acuden a sus Iglesias, que no están cerradas, se hincan ante los altares, aquellos que aun no han sido destruidos, y lloran  oran al Salvador resucitado y piden nuevos milagros. Inclusive los cristianos que están llamados a trabajar en campos de concentración, y aquellos exiliados y encarcelados, han visto los rostros de sus captores asegurándose que la justicia algún día regresara a vengarlos.

¿Y nosotros?. Aquí estamos más o menos en la circunferencia del mal. Para ser más certeros está se acerca, pero por el momento podemos actuar con libertad. Todavía tenemos la libertad de hablar, y de asociación; no tenemos miedo físico. No estamos obstruidos por la policía secreta; no estamos siendo arrestados  o recibiendo cargos por deslealtad no nos están echando a prisión por criticar a los comunistas. Por estas ventajes tenemos una maravilloso oportunidad. Podemos gritarle al mundo nuestra devoción a los principios de la democracia, justicia y hermandad. Podemos hablar elocuentemente y todos nos escucharán. Es nuestro deber.  

Peligro de Guerra

Debemos tener presente que nos enfrentamos a un problema muy difícil y desconcertante, nosotros y otros cristianos. Así mismo deseamos preservar los ideales de la democracia y de las libertades tradicionales por las que frecuentemente hemos luchado. Deseamos preservar la armonía y paz. La pregunta es ¿cómo lo hacemos?. Si empezamos deteniendo el comunismo y protegiendo los derechos humanos en donde están asilados, ¿corremos el riesgo de una guerra? Y si por el bien de la paz, ponemos de lado la constante demanda a gobiernos atestas, ¿no comprometeríamos la seguridad y bendición de la libertad?. Raramente si es que alguna vez los cristianos han sido con frontados con una elección tan difícil.

Hoy la Pascua de 1947. Pongo delante de ustedes la esperanza. Ya que es un día de esperanza. Es la esperanza de que los problemas serán resueltos de forma cristiana. Debe de a ver una forma cristiana debemos de encontrarla. De esa manera la forma cristiana de cada bendición es una de devoción religiosa, o de sacrificio por el bien del principio, y de las oraciones al Todo poderoso Dios por su ayuda. Es para intimidar el ejemplo del Maestro, quien vivió y murió por la humanidad.  

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Los Estados Unidos deben de ser guías

Para los Estados Unidos, quien por el momento debe de tomar el liderazgo. Nuestra parte comienza con nosotros como individuos. Esto es el librarnos de los terribles pecados los cuales ahora nos debilitan y nos impiden seguir adelante. Es para establecer una adecuada relación con Dios y para seguir lo que la conciencia dicta. Es para encontrar nuestro lugar en el gran esquema de Dios. Es para sacar de nuestros corazones todo egoísmo, debilidad y estrecheces. Es para promover un gran reavivamiento de la fe y humildemente regresar a la Cristiandad original. Es para dedicar nuestras vidas a la hermandad de y con todos. Es para sorprender al mundo con nuestra generosidad. En tal maravilloso camino, ¿dudan si otros los seguirán? Nuestro ejemplo será contagioso. Nuestras buenas acciones y la de nuestros vecinos. Nuestras oraciones y las suyas, seguramente traerán bendiciones. De manera inesperada Dios salvará al mundo. Él hará milagros si nosotros hacemos nuestra parte. Esta es nuestra única esperanza.

Esta homilía fue publicada el 13 de abril de 1947 en el Intermountain Catholic.

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