Mensaje de Pascua del Obispo Solis

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¡Cristo es el Señor! ¡Él ha muerto y resucitado! ¡Aleluya! ¡Aleluya!

Este es un alegre saludo de Pascua con el que celebramos la gloriosa resurrección de Cristo. Los 40 días de Cuaresma hemos ayunado, orado, y dado caridad  con nuestra mirada siempre hacia el misterio Pascual de Cristo- Su pasión, muerte y resurrección- para así prepararnos para celebrar este día santo. Buscamos arrepentirnos de nuestros pecados así como la conversión de nuestros corazones para que así estemos más cerca de la voluntad de Dios. Morimos en el pecado y nos reconciliamos con Dios para que en la Pascua podamos una vez más tener una vida nueva en Cristo.

Como las estaciones, nuestro camino Cuaresmal es un ciclo. Cada año identificamos áreas de nuestras vidas que están muertas ante la voluntad de Dios. Abrimos nuestros corazones ante el amor infinito de Dios para tratar de preparar un terreno más fértil para que las semillas de Su Palabra crezcan. Entonces, en la Pascua, nos alegramos ya que hemos dado un paso hacia una vida nueva más santa con Dios. El próximo año, llenos de esperanza, una vez más examinarémos nuestras vidas para ver qué más podemos hacer.

La Pascua es un tiempo de gran celebración. La luz de Cristo nos brinda esperanza en medio de la guerra y de los sufrimientos humanos. La piedra se ha movido de la tumba y Cristo ha resucitado. Él ha vencido las sombras; el amor de Dios ha conquistado al odio, y Él ha comprobado que la vida es más poderosa que la muerte. Así es que levantemos nuestros corazones y agradezcámosle al Señor y cantemos ¡Aleluya! ante la Buena Nueva. Cristo nos da la vida nueva tanto a nosotros como al mundo.

Durante los próximos 50 días- desde la Pascua hasta Pentecostés- celebraremos la Resurrección de nuestro Señor. Durante la Pascua, la Iglesia tiene varias ocasiones especiales para reforzar el infinito amor de Dios por nosotros. En la Vigilia Pascual, dimos la bienvenida a los nuevos bautizados, quienes también recibieron el Sacramento de la Confirmación y la Santa Eucaristía por primera vez. Después viene el Domingo de Misericordia, la Fiesta de la Ascensión y la Fiesta de Pentecostés, todas celebrando los dones bondadosos del Espíritu Santo.

Nuestra Diócesis también se une con la Iglesia de los Estamos Unidos en la celebración del Avivamiento Eucarístico, una iniciativa de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos para “restaurar el entendimiento y la devoción,” ante rl gran misterio de la Eucaristía, la cual es el Cuerpo y Sangre de Jesucristo realmente presente en la Comunión.

“Este es el día que el Señor ha hecho, celebremos y alegrémonos,” y proclamemos el mensaje de Pascua de que la luz del Señor Resucitado llene al mundo y a nuestros corazones con Sus bendiciones de alegría y paz.

¡Felices Pacuas!         

Traducción: Laura Vallejo