Mensaje del Obispo: Pentecostés 2021

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Este domingo la Iglesia celebra la Fiesta de Pentecostés, la culminación de la temporada de Cuaresma y la culminación de la promesa de salvación de Dios. Recordamos este evento el cual ocurrió en Jerusalén, en donde los Apóstoles se reunieron y en donde el Espíritu Santo los llenó, lo cual les había prometido Jesús.

El Espíritu Santo les cambió totalmente sus vidas. Salieron llenos con el poder transformador de la gracia de Dios, profesando su fe en el Señor Resucitado y predicando a todo el pueblo la Buena Nueva de la salvación, que conduce a la conversión de muchos, inclusive en medio de a la persecución y de la muerte.

El Espíritu Santo inspiró a los seguidores de Jesús, quienes obtuvieron un sentido de comunidad de fe.  El Espíritu les dio el conocimiento y la dirección para seguir el camino enfrente a ellos. Y el coraje para predicar las palabras y obras de Jesús. Fue entonces que la Iglesia nació. Compartieron una fe en común, un propósito y una misión, y se unieron como hermanos en camarería y en oración. Predicar el Evangelio a todo el mundo dando testimonio con sus vidas no fue fácil. Se enfrentaron con muchos retos y dificultades incluyendo la encarcelación,

Destrucción, golpes y persecuciones, Pero todos estaban juntos con su fe en Dios.

La vida y misión de los primeros Cristianos nos dieron un sentido de esperanza, una fuente de confort y de inspiración para nuestros días. Estamos viviendo un tiempo análogo a estos primeros días de la Iglesia. Estamos experimentando persecuciones religiosas severas por parte de la cultura secular, y la libertad de alabanza es atacada por una sociedad sin Dios. También existe   una polari-zación de nuestra nación, sociedad y aun entre las comunidades de fe.

La Fiesta de Pentecostés es una manifestación del cumplimiento de la promesa de Dios de su Presencia perdurable y de la inspiración del Espíritu Santo en nuestras vidas y en el mundo. Esto es muy importante para nosotros, no solo hemos pasado pro tremendos sufrimientos debidos a la pandemia del coronavirus, pero para muchas personas quienes han perdido la fe y esperanza en Dios y en la bondad de la humanidad. Aún más importante es que el Espíritu Santo es esencial en nuestro continuo seguimiento de la renovación espiritual para poder ser creyentes fieles y discípulos misioneros de Cristo, listos para proclamar el Evangelio.

Pentecostés nos brinda la maravillosa bendición de la presencia infinita de Dios en nuestras vidas tanto perso-nalmente como en comunidad. Tenemos la oportunidad de no solo recordar esto, sino de celebrar su impacto en nuestra vida- el nacimiento de una nueva Iglesia, de nuevos creyentes, de discípulos ardiente s de Cristo. Así es que abramos nuestros corazones para que sean morada del Espíritu Santo y para que éste llene nuestros corazones, inspirándonos, fortaleciéndonos y permitiéndonos renovar nuestra fe, el mundo y el rostro de la tierra.

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