Mensaje del Obispo Solis a los padres de familia de los estudiantes de las escuelas Católicas de Utah

Friday, Apr. 24, 2020
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Obispo Oscar A. Solis

El Reverendísimo Oscar A. Solis
Obispo de Salt Lake City
¡Feliz Pascua!
Espero y pido en mis oraciones para que se encuentren seguros y bien en sus casas.
Me gustaría dirigirme especialmente a ustedes, los padres de familia de nuestros amados estudiantes. La pandemia del coronavirus ha interrumpido nuestras vidas. Algunos puede que hayan perdido sus empleos, hayan sido despedidos temporalmente, o se les haya pedido que trabajen desde sus hogares. A muchos se nos ha interrumpido nuestras fuentes de ingresos. Todos están preocupados por las cargas y preocupaciones que se han agregado a nuestras vidas, preocupados acerca de cómo hacer rendir el dinero.
Debe de ser difícil mantener un sentido de normalidad en medio de un mundo muy anormal. Nunca en nuestras vidas se nos había pedido suspender nuestras rutinas diarias, enclaustrarnos en nuestros hogares, protegernos de los demás, donar máscaras, guantes y permanecer distanciados por lo menos a 6 pies. Nos encontramos sin poder estrechar manos, dar abrazos y cualquier signo físico de afecto los cuales generosamente ofrecemos y necesitamos.
Y aún más, ustedes se preocupan pos sus hijos. Por ¿cómo darles un sentido de normalidad cuando sus vidas han cambiado tan rápido y tan radicalmente,  cuando sus vidas en las escuelas, deportes, clubs y compromisos sociales y como voluntarios han sido suspendidas o alteradas en una manera tan rápida y significativa?
Su educación ahora se realiza en línea. Han perdido la conversación inmediata con sus maestros, mentores o entrenadores. Han perdido la habilidad de pasar el tiempo con sus amigos, de realizar servicio en su comunidad y hasta de extender un caluroso abrazo a otro ser humano. 
Sé que aquellos más afectados son sus hijos quienes actualmente cursan el Octavo grado o que están en el último año de su preparatoria. 
La primavera tradicionalmente es un tiempo de alegría y celebraciones para ustedes y para sus hijos. Es un tiempo para reconocer el crecimiento y logros de sus hijos- un tiempo para que ustedes vean a sus hijos desde otra perspectiva, donde los ven madurar y completar una significativa transición en sus vidas. El pasar a la preparatoria o ingresar a la universidad es un paso mayor que presenciamos en las vidas de sus hijos. Como padres de familia, ustedes han sacrificado y ofrecido paciencia y amor incondicional para que sus hijos lleguen a este punto.
En este momento, todavía estamos atrapados en la telaraña de la incertidumbre conforme aprendemos de los cambios en las medidas de salud y seguridad que nuestro gobierno nos pide mantener. Yo no soy padre de familia, no puedo pretender entender la experiencia desgarradora de no ver a sus hijos caminar por los pasillos de la Catedral de la Magdalena durante la Misa de Bachillerato. 
No me puedo imaginar el sentimiento de pérdida que sienten al no poder tener ese momento de orgullo cuando escuchan los nombres de sus hijos durante la graduación conforme pasan a recibir sus diplomas. Esos son momentos que sé que ustedes han soñado, que esperaban y para los que habían realizado planes entusiasmados y con mucha alegría.
Sin embargo, lo que si les puedo ofrecer es mi plegaria, para que cada uno de nuestros estudiantes graduados hagan todo lo posible para hacer realidad sus sueños. También puedo poner lo mejor de mí para asegurarles que haremos todo lo posible para reconocer y honrar a sus hijos conforme se gradúan. 
Muchos están pacientemente esperando respuestas, fechas y detalles, los cuales son difíciles de darles en este momento. Les pido por su continua paciencia durante estos tiempos extraordinarios mientras trabajamos diligentemente para encontrar alternativas y soluciones. 
A los padres de familia con hijos en las escuelas Católicas preparatorias de Juan Diego, Judge Memorial y St. Joseph por favor sepan que estoy trabajando muy de cerca con los directores de sus escuelas para encontrar maneras de mantener sus apreciadas tradiciones y celebraciones. 
Tengo a todos y cada uno presentes en mis oraciones. Nuestra fe nos mantendrá en estos tiempos difíciles. Nos encontramos siendo expuestos a nuevas e inusuales maneras. 
Sin embargo, sabemos que caminamos por la fe y no por la vista. Sabemos que siempre estamos en la presencia de nuestro Señor Jesucristo, y que Él camina junto a nosotros por este camino. Yo he encontrado en mi propia vida que es a través de tiempos como éstos que mi fe y confianza en Jesucristo florece. 
Busquemos las bendiciones de Dios y oremos ante Nuestra Señora de Guadalupe para que nos brinde su protección, guía y fortaleza durante estos tiempos difíciles.
Dios los bendiga a todos.

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