Mensaje del Obispo Solis para el ciclo escolar 2022-2023

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el Reverendísimo Oscar A. Solis Obispo de Salt Lake City

Saludos en la paz de Cristo y una calurosa bienvenida a todos nuestros estudiantes, administradores, maestros y personal escolar, en este inicio del nuevo ciclo escolar 2022-2023. Oro por que hayan pasado un maravilloso verano con sus familias y amigos, y oro por ustedes mientras se preparan para enfrentarse a los nuevos retos y nuevas experiancias de aprendizaje, así como la alegría de regresar a sus comunidades escolares.

Nuestro amoroso Dios continúa empapándonos con sus bendiciones. En nuestras escuelas, este ano, con casi ninguna restricción por la pandemia, nos encontramos con un ambiente más amigable. Aunque hemos logrado más libertad de movimiento y para realizar reuniones, no debemos de bajar la guardia. La posibilidad de una infección aún está vigente, así es que debemos de ser cuidadosos, pensar con el corazón por la salud y seguridad de todos.

Nuestras escuelas Católicas permanecen fieles con su compromiso de servicio a la comunidad, brindando educación de calidad, basados en la fe y en la moral, para el desarrollo holístico de los niños.  

Su marca distintiva es la excelencia académica fundada en los valores del Evangelio y las enseñanzas de Cristo en un ambiente seguro, no solo para formar las mentes, sino para moldear los corazones de los estudiantes.  Es así como el Espíritu Santo, la Santa Eucaristía, la oración y la caridad son fuertes pilares de aprendizaje y formación.

Gracias a nuestros administradores, facultad y personal por su compromiso como socios en nuestra mi-sión de la educación Católica. También agradezco a los padres de familia por confiarnos la educación de sus hijos  y por su gran apoyo, especialmente durante la pandemia.

Como Santa Teresa de Calcuta dijo, “Yo puedo hacer cosas que tú no puedes, tú puedes hacer cosas que yo no puedo; juntos podemos hacer grandes cosas.”

Con Dios con nosotros, tenemos mucho por delante. Comenzemos este nuevo ciclo escolar con oración y confianza, de que a través de la interseción de la Santísima Virgen María, Nuestra Señora de Guadalupe, recibiremos nuevamente las bendiciones del Señor.