Queridos graduados 2021,
¡Felicidades por su graduación!
Me uno con su familia, amigos, compañeros, facultad, personal escolar, y comunidad en la celebración de esta meta en sus vidas. Su graduación marca un logro más en su camino académico y es merecedor de alabanza y gratitud. Durante estos cuatro años, ustedes han navegado por varios retos académicos y, más recientemente, por la pandemia del coronavirus la cual impactó sus vidas sociales, atléticas, espirituales y emocionales.
Su último año en la historia de la educación Católica en Utah fue uno especial, ofreciéndoles oportunidades únicas. El año escolar 2020-2021 les presentó experiencias sin precedentes a las que se tuvieron que enfrentar. ¡Se les pidió mucho! Se encontraron con un mundo de incertidumbre, tratando de encontrar respuestas y sentido a los eventos. Trataron de ajustarse a una ‘nueva normalidad’ con aprendizaje remoto o virtual, palabras como COVID-19, confinamientos y distanciamiento social, desinfectantes y vacunas, eran lo primero en lugar de los apretones de mano o de los abrazos.
Con la pandemia gran parte de su vida diaria fue puesta de cabeza. Se establecieron ajustes y acuerdos. Todo esto se les pidió y les amplificó el sentido de resiliencia, una dosis más sólida de fortaleza, y una resolución a ser valientes. Necesitaron la creatividad e innovación en sus vidas diarias.
Ustedes han logrado salir de esos retos. Vencieron las probabilidades y han encontrado una manera de frustrar al virus que fallidamente intento sabotear el mejor año de sus vidas. Ustedes buscaron en su interior y encontraron el camino hacia la Gracia de Dios. Han vencido a la devastadora tormenta en sus vidas que conllevo a sentimientos encontrados de alegría, emoción, ansiedad, frustración, pero más que nada a un sabor agridulce conforme se preparaban para lo desconocido.
Ustedes han contado con los terrenos santos de su amada preparatoria, llévense consigo las mejores lecciones y experiencias. Oro para que en sus esfuerzos y empeños encuentren la fortaleza de la fe en Dios, la cual les permitirá vivir plenamente y lograr sus sueños. Mantengan viva la fe en los nuevos sueños que tendrán. Confíen en Dios y en Su propósito para sus vidas y sepan que sus dones pueden lograr la diferencia en la vida de otras personas, contrayendo así un mundo mejor para todos.
Que Dios, a través de la intersección de Nuestra Santa Madre, los bendiga y proteja siempre.
¡Felicidades, que Dios los acompañe siempre!.
Traducción: Laura Vallejo
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