Traducción: Laura Vallejo
SANDY — El 9 de julio los fieles católicos de Utah abarrotaron las instalaciones del Centro Expositor Mountain América, llegando de todos los rincones del estado para asistir al Rally Eucarístico Diocesano y Misa. Aproximadamente 10 mil personas asistieron a la Misa presidida pro el Obispo Oscar A. Solis.
El Rally sucedió como respuesta al Avivamiento Eucarístico de tres años solicitado por la Conferencia de Obispos católicos de los Estados Unidos “para restaurar le entendimiento a la devoción de este gran misterio aquí en los Estados Unidos ayudándonos a renovar nuestra alabanza a Jesucristo en la Eucaristía,” esto de acuerdo con el sitio en línea eucharisticrevival.org
La Misa del 9 de julio comenzó con cerca de una hora de alabanzas musicales de un coro, una banda y una orquesta.
Llegando de todas partes del estado los católicos se reunieron en la Misa para celebrar “el don más precioso del mundo: El Cuerpo y la Sangre de Jesucristo y la fe, esperanza y amor que vienen de Él,” dijo el muy reverendo padre Christopher Gray, persona encargada del Avivamiento Eucarístico diocesano en un video mensaje antes de que la Misa comenzara.
A nombre del Obispo Solis, el padre Gray agradeció a los presentes “por ser parte de esta extraordinaria ce-lebración, que une a toda la Iglesia de Utah por primera vez en décadas.”
Durante sus comentarios de bienvenida a la Misa el Obispo extendió “una muy calurosa bienvenida, llena de alegría y de las bendiciones de Dios.”
Al ver los pasillos llenos de fieles y del clero Diocesano el Obispo agregó, “lo único que puedo decir es ‘Wow’. Ya era tiempo de que la comunidad Católica en el estado de Utah y en la Diócesis de Salt Lake City se sintiese viva y mostrara que los Católicos están vivos en el estado de Utah.”
Sus palabras arrojaron aplausos y ovaciones.
“Mis hermanos y hermanas, La Eucaristía es el gran don que Dios nos ha dado,” dijo el Obispo. “Esta nos une con el mundo, con la comunión de los Santos en el cielo y con Cristo mismo. Nuestro amor y devoción a la Eucaristía nos fortalece y motiva a reunirnos para adorar a Cristo y para alabarlo en el más Santísimo Sacramento. Si queremos que el mundo conozca y ame a Jesús, pri-mero debemos reconocerlo y presentarlo al mundo de la misma forma en que Él se nos presenta.”
Las lecturas del día fueron Éxodo 24:3-8, 1 Corintios 11:23-26 y Juan 6:51-58.
La Misa fue recitada en inglés y en español. También se ofreció interpretación en lenguaje de signos, así como aparatos auditivos para las personas que lo necesitasen; también se ofrecieron hostias libres de gluten.
Durante su Homilía el Obispo dijo que “es una gran bendición para nosotros estar aquí en esta Santa Misa, como una sola comunidad de fe para profesar y celebrar el mayor misterio de nuestra fe- la Presencia Real de nuestro Señor en la Eucaristía. Este es un momento lleno de gracia para que nuestra Diócesis vea la unidad en la diversidad alrededor del altar del sacrificio mientras expresamos nuestra identidad como comunidad eucarística.”
Haciendo notar que “desafortunadamente, demasiados Católicos ya no practican su fe,” el Obispo agregó que “Dios nos bendice de muchas maneras sorprendentes y misteriosas. Él nos da la ocasión hoy de expresar nuestra gratitud por su amor y misericordia. Venimos como miembros individuales de nuestras parroquias, pero unidos como una comunidad de la Diócesis de Salt Lake City y miembros de la Iglesia universal, para dar gracias por el Sagrado don de la Sagrada Eucaristía y para renovar nuestra fe, amor y devoción en este gran Sacramento de salvación.”
Después comentando sobre la segunda lectura, el Obispo dijo que Cristo “instituyó la Sagrada Eucaris-tía antes de morir para nuestro alimento, y como una ofrenda sacrificial para el perdón de nuestros pecados… Participamos en la Eucaristía no solo individualmente, pero como una familia de fe. Nos convertimos en uno con Él, y también estamos unidos unos con otros porque compartimos el Único Cuerpo de Cristo.”
Durante la Misa, “ a través del poder del Espíritu Santo y el sacerdote actuando en el nombre de Jesús, el pan y el vino se transforman sustancialmente en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, donde encontramos su incomparable alimento vivificante para el perdón de nuestros pecados para que podamos ser uno con Él,” dijo el Obispo.
Cada celebración de la Misa, “hase que el sacrificio de Jesús en la cruz esté realmente presente para nosotros y su poder reconciliador y salvífico se hace accesible,” dijo el Obispo. “Cristo dijo: ’Yo soy el pan que ha bajado del cielo; el pan que daré es mi carne para la vida del mundo. No recibimos pan y vino ordinarios, sino Su verdadera Carne y Sangre para que podamos vivir eternamente.”
El Avivamiento Eucarístico Diocesano, “nos recuer-da que tan bendecidos y afortunados somos de tener un Dios amoroso y misericordioso que nos da a Cristo nuestro salvador en la Sagrada Eucaristía,” el Obispo dijo.
La palabra Eucaristía “significa Acción de Gracias,” señaló el Obispo, agregando que “es la forma más elevada de oración que ofrecemos a Dios y la fuente y cumbre de nuestra vida cristiana. Sin embrago, demasiados permanecen indiferentes, no tienen fe en la presencia Real de Cristo en la Eucaristía o aprecian esta bendición. Por lo tanto, al lanzar hoy la segunda etapa del Avivamiento Eucarístico Nacional, los animo a llevar la experiencia gozosa de este asombroso encuentro con nuestro Señor en la Eucaristía a sus respectivas parroquias o misiones.”
Debido a esto la diócesis ha lanzado la segunda etapa del Avivamiento Eucarístico Nacional.
“Inspirados por el amor de Dios por nosotros, renovemos nuestro esfuerzo para aprender mas sobre la importancia de la Santa Misa en nuestras vidas, renovemos nuestra fe en la presencia Real de Cristo en la Eucaristía y recuperemos nuestro sentido de reve-rencia y devoción por este Gran Misterio,” urgió el Obispo. “Vayan a la Santa Misa todos los domingos y tan a menudo como puedan; inviten a otros a unirse a nuestra comunidad de fe, a participar activa y significativamente en nuestra Celebración Eucarística para que podamos recibir dignamente a Jesús nuestro Señor.”
Al concluir su Homilía el Obispo señaló que al final de cada Misa se les recuerda a los católicos sobre su res-ponsabilidad de ser lo que han recibido y de compartir el amor de Cristo con los demás, “especialmente con los enfermos y los necesitados, con los hambrientos de justicia y paz, y con los que tienen hambre de Dios en sus vidas para que puedan experimentar y saborear la bondad del Señor. Pidamos a nuestro Señor que nos fortalezca, inspire y capacite para profesar y vivir nuestra fe con convicción, alegría y entusiasmo. Que Dios, que continuamente sigue amándonos, nos acerque más a Él y a los demás, nos llene de alegría y paz al encontrar a muestro Señor en la Sagrada Eucaristía.”
Antes de finalizar el servicio se realizó una procesión Eucarística guiada por personas cargando estandartes con los nombres de las diferentes parroquias y misiones que conforman la Diócesis de Salt Lake City.
La Misa del Rally Eucarístico Diocesano puede verse en: https://www.youtube.com/watch?v=Pr9-bm-PP5E.
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