SALT LAKE CITY — El jueves 30 de marzo la Catedral de la Magdalena dio la bienvenida a los sacerdotes diocesanos, diáconos y sus esposas, hombres y mujeres religiosas asi como a los laicos de toda la Diócesis de Salt Lake City, a la Misa Crismal anual.
Conforme las personas llegaban a la celebración inun-dando la Catedral, el Obispo Oscar A. Solis les dio la bienvenida.
“Queridos hermanos y hermanas, bienvenidos a nuestra celebración de la Misa Crismal. Estamos unidos aquí con los sacerdotes, religiosos y laicos de la Diócesis de Salt Lake City, manifestando nuestra unión y comunión en Cristo,” el Obispo Solis dijo.
En esta celebración se bendicen los Santos Óleos de los Enfermos, y de los Catecúmenos así como del Santo Crisma.
“Estos serán distribuidos y usados en los Sacramentos en todas parroquias para construir, sanar y fortalecer la Iglesia de Cristo,” dijo el Obispo.
Durante su Homilía el Obispo Solis dijo que la unción es la marca de nuestra identidad como misionero di-scípulos de Cristo.
“Las lecturas nos recuerdan que estamos ungidos como sacerdotes y enviados para traer la Buena Nueva del amor, sanación, alegría y libertad en el mundo. Cristo nos ha hecho un reino de sacerdotes por la Gloria de Dios. Y en el Evangelio, Cristo dijo cumplimiento de la promesa de salvación de Dios en su ministerio de amor, sanación y servicio,” dijo el Obispo.
Refiriéndose al hecho de que los sacerdotes son hombres ordinarios como los laicos, pero ungidos con el Santo Crisma por amor a Dios y al servicio de su pueblo, el Obispo dijo que, “su vocación es una gracia de Dios y un privilegio Sagrado.”
“No está definido por el cuello blanco ni la sotana, que llevamos sino nuestro ministerio de sacerdote, profeta y servidor para manifestar en el nombre de Cristo. Estamos en constante misión de amor y obediencia, siempre en deferencia a las necesidades de nuestra Iglesia más que a las nuestro mismo,” djo el Obispo agregando que en sus 44 años como sacerdote entiende claramente las muchas pruebas y dificultades que los sacerdotes experimentan.
“Por eso, agradezco a todos y cada uno de ustedes por tu fidelidad y dedicación, así como tu obediencia al aceptar sus responsabilidades dondequiera que ustedes están llamados y enviado,” dijo el Obispo Solis.
Durante la celebración los sacerdotes de la Diócesis renovaron los votos de su ordenación como signo de unidad con el Obispo, con la Iglesia de la Diócesis y con la Iglesia Universal.
Los bautizados renovaron sus promesas para ayudar con la construcción del el Reino de Dios.
“Estamos llamados a renovar el Espíritu en nosotros por nuestra santificación para que podamos ser como Cristo: mensajeros de la alegría del Evangelio… oremos por la gracia de Dios que nos ayude a permanecer fieles a nuestra sagrada vocación, como ministros de unidad en una sociedad polarizada, de sanación en medio de los sufrimientos e instrumentos de paz en un mundo acosado por la guerra, la violencia y desgracias,” dijo el Obispo
En sus comentarios finales el Obispo Solis les agradeció a todos por su presencia y les y pidió por la, “la intercesión de nuestra Santísima Madre, Nuestra Señora de Guadalupe y Santa María Magdalena, se cumpla la promesa del favor de Dios en nuestra vida y en el mundo.”
En la diócesis de Salt Lake City debido a las distancias que los sacerdotes tienen que recorrer para poder participar en la Misa Crismal, está es celebrada antes de la Semana Santa, permitiendo así a los sacerdotes celebrar la Misa de la Cena del Señor en sus parroquia.
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