El 28 de julio 10 sacerdotes de la Diócesis Católica de Salt Lake City asumirán sus nuevas asignaciones como párrocos , administradores o capellanes, en las parroquias designadas. Aquí una breve presentación de cinco de ellos y de sus vidas; los cinco restantes serán publicados en la edición del 23 de julio del Intermountain Catholic.
Padre Eleazar Silva-Galván
El padre Eleazar Silva-Galván nació en la Ciudad de México en donde asistió a la escuela antes e ingresar al seminario Mount Angel en Oregon. Después regresó a la ciudad de México en donde asistió a la Universidad de La Salle, para después realizar un trabajo post graduado en el Regina Apostolorum en Rome antes de su ordenación para la diócesis de Papantla por el Obispo Lorenzo Cárdenas Aregullín el 7 de abril del 2001.
Después de varias asignaciones para la Diócesis de Papantla, entre ellas la de servir como director espiritual, profesor de teología en el seminario diocesano, así como decano sacristán de la Catedral, el padre llegó a la Diócesis de Salt Lake City en el 2006. Su primer asignación fue como vicario parroquial de la Iglesia de St. George. El padre también ha servido en las parroquias de St. Francis Xavier, en la Catedral de la Magdalena, en la parroquia del Sagrado Corazón, en San Pedro y San Pablo y en St. James the Just.
El 28 de julio asumirá su asignación como párroco de la Iglesia de San Francisco de Asís en Orem.
¿Qué le gustaría que sus nuevos feligreses supieran de usted?
Mis nuevos feligreses deben de saber que amo nuestra fe Católica y todas sus expresiones, especialmente la Misa, los Sacramentos y la Liturgia en general. Me gusta mucho el arte, y soy un gran fan de la música. Mi vida se basa en el año litúrgico y no hay nada más importante para mí que ofrecer alabanza a Dios.
¿Qué espera de esta nueva asignación?
Llego a San Francisco de Asís sin ninguna expectativa. Durante mis 23 años de ministerio diaconal y sacerdotal me he dado cuenta que sin importar a donde me envié la Divina Providencia, siempre me encuentro con el rostro de Dios. En cada parroquia, prisión y escuela que he realizado ministerio, he hecho buenos amigos, me he enfrentado con retos y he predicado el Evangelio. Ahora será lo mismo en Orem.
Como sacerdote, ¿cuál ha sido su mayor reto?
Muchas personas pueden llegar a pensar que mi ma-yor reto como sacerdote es que casi no veo. Pero en realidad, el ser casi ciego es mi ‘normalidad ‘y nunca me ha impedido alcanzar alguna meta. El Buen Dios siempre ha sido muy bueno conmigo. Como sacerdote estoy consagrada a Dios y al servicio de Su Iglesia y en El confió totalmente.
Como sacerdote ¿Cuál ha sido su experiencia más satisfactoria?
La Misa y los Sacramentos son la fuente de mi alegria. Cuando presidó la Eucaristía, escucho confesiones, especialmente en la cárcel, o cuando bautizo a un pequeño, encuentro esa alegría que solo viene de Dios, la cual no se puede describir con palabras. He podido sobrellevar el aislamiento de la pandemia, ofreciendo Misa a diario para los fieles que no podían asistir.
Aunque no los podía ver, estaban en mi corazón y siempre me acompañan en el Santo altar.
Traducido por: Laura Vallejo
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