El 1 de agosto, 13 sacerdotes de la Diócesis de Salt Lake City comenzarán sus funciones como párrocos o administradores de una nueva parroquia. Esta es la segunda serie para presentarles a sus nuevos feligreses. La primera parte de la serie se publicó en la edición del 4 de julio; la última parte se publicará en la edición del 1 de agosto.
El padre Marco Tulio López Perez nació el San Vicente, El Salvador. Realizó su formación sacerdotal en el Seminario Pío XII, El Salvador; y en el seminario de Nuestra Señora del Camino, Guatemala. Fue ordenado al sacerdocio el 20 de diciembre de 1997 por el Reve- rendísimo José Oscar Barahona, Obispo de la Diócesis de San Vicente. Ha servido como párroco asociado en su diócesis natal, así como en la Diócesis de Tyler, Texas. Llegó a Utah en el 2006 y su primera asignación en la Diócesis de Salt Lake City fue como vicario parroquial de la Iglesia de St. Mary of the Assumption en Park City para después ser asignado como administrador de la parroquia de San Felipe en Wendover seguida de seis años en esa misma posición en la parroquia de St. Andrew e Riverton.
En el 2022 fue incarnado en la diócesis, recibiendo la asignación como párroco de la Iglesia de Santa Brígida, que incluye las misiones de Nuestra Señora de la Luz, la Sagrada Familia, y la de San Juan Bosco. Además, es miembro del Equipo Eclesial de la Región XIV del Encuentro Matrimonial Mundial. El padre Marco, como prefiere ser llamado, posee una Maestría en Teología Pastoral y es Director del Instituto Teológico Virtual El Camino. El 1ero de agosto comenzará con su nueva asignación como párroco de la Iglesia de Notre Dame de Lourdes en Price.
Los 30 años que han pasado desde su ordenación el padre dijo que han sido una experiencia muy significativa.
“Quiero dar gracias a Dios por darme la oportunidad de servir por cinco años en la parroquia Santa Brígida, a inicios del 2020, después de seis años en Saint Andrew Parish, Riverton,” recordó el padre Marco diciendo que entonces le solicitó al Obispo [Oscar A.] Solis, ser enviado a un área rural como Filmore, “lo cual ha sido una experiencia tan interesante que los cinco años me parecen que son apenas seis meses,” dijo el padre.
Cuando el padre Marco no está sirviendo en la parroquia y en las misiones dijo que disfruta salir y disfrutar de actividades al aire libre.
“Mi menú diario usualmente incluye, además de las responsabilidades propias del ministerio, sea que esté o no en la parroquia: caminar, correr en bicicleta, leer, rezar. No me gusta ni sé cocinar, pero sí comer, especialmente los tacos de lengua,” dijo el padre.
El padre Marco desea que sus feligreses en Santa Brígida, San Juan Bosco, Sagrada Familia, Nuestra Señora de la Luz que juntos comenzaron el camino que hasta el mes de agosto habrán recorrido. “Comenzamos juntos este camino que hemos recorrido hasta hoy, cuando también iniciaba el Covid-19, sin embargo, eso no nos paralizó en nuestra misión como parroquia. Ustedes saben lo que hemos logrado durante estos cinco años, pero, ahora, es el momento de dar un paso más en este proceso.” dijo el padre agregando que ahora hay que “recibir con los brazos, el corazón, y la mente abiertos al padre Victor Alvarado, un sacerdote joven, alegre, inteligente, y con mucha creatividad pastoral. Continúen trabajando con su nuevo sacerdote como lo han hecho conmigo, y entre ustedes, dando siempre lo mejor en la construcción del Reino de Dios en esta excelente parroquia de Santa Brígida,” dijo el padre.
A sus nuevos feligreses en la parroquia de Notre Dame de Lourdes en Price el padre Marco dijo que desea que sepan que “los sacerdotes estamos de paso en todas las parroquias, y cada vez que hay cambio de pastor es una excelente oportunidad para evaluar nuestro camino de fe como comunidad cristiana: ¿qué hemos hecho? ¿qué estamos haciendo? ¿qué más queremos hacer? ¿cuál es mi compromiso personal para que suceda aquello que me gustaría ver en mi parroquia?,” dijo el padre.
Señalando que está muy feliz de suceder a Padre Arokia Dass David, “un sacerdote con mucha fe, pasión por el Reino de Dios y la Iglesia,” el padre Marco dijo que “con la ayuda de Dios y de toda la comunidad continuaremos con el camino de fe emprendido desde hace más de cien años en esta parroquia.”
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