Obispo habla sobre las últimas directrices diocesanas sobre el COVID 19

Intermountain Catholic

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El 26 de mayo el Obispo Oscar A. Solis envío un memorándum dirigido a los sacerdotes, diáconos, religiosas, seminaristas, directores de escuelas y directores de formación religiosa y personal del Centro Pastoral en el que quita la dispensa de la Misa Dominical, para la mayor parte de las personas en la diócesis.

La dispensa de la Misa Dominical y de los días de precepto se levanta a partir del fin de semana del 5 y 6 de junio de 2021, Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, para quienes lo puedan hacer.

“Aunque estamos conscientes de que la pandemia no ha terminado en absoluto, es importante reavivar nuestra fe en Dios, para volver a celebrar la Santa Misa, los demás sacramentos y los servicios litúrgicos de forma razonable y segura,” escribió el Obispo Solis.

Sin embargo, “la dispensa sigue siendo válida para los enfermos, los ancianos, los confinados en casa, los que tienen grandes dificultades u otros riesgos/preocupaciones graves para acudir a la Iglesia. La dispensa no exime a los fieles de su deber sagrado de santificar el sábado, por lo que se anima a todos a dedicar tiempo a la oración, la acción de gracias y el descanso en el Día del Señor.”

El Obispo Solis recomendó a las personas “enfermas, vulnerables o que cuidan de otras con problemas de salud crónicos subyacentes, así como a las que no se sienten bien”, a que se abstengan de ir a la Iglesia y se queden en casa. Se les exhorta a ver y participar en la Misa transmitida en directo o por televisión.

El memorándum también señala que las reuniones de los fieles en las parroquias “pueden reanudarse sin límite de tamaño si la parroquia aminora el riesgo de exposición con el distanciamiento físico, el uso de mascarilla o cobertura facial y la higiene/lavado de manos”

Cada párroco puede optar basándose en las necesidades particulares de sus parroquias “pueden optar por prescindir o hacer opcional el uso mascarillas o cubre bocas en la Iglesia, dadas las circunstancias de sus comunidades locales y el número de fieles que acudan.” Agregando que “se recomienda un distanciamiento físico razonable para sentarse en la Iglesia durante la Misa y otras reuniones entre grupos no relacionados o que no pertenecen al mismo hogar.”

 El memorándum fue publicado después de que el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y le gobernador de Utah Spencer Cox, publicarán las nuevas directrices quitando restricciones del uso de las mascarillas y del distanciamiento social para las personas totalmente vacunadas.

 Siguiendo con estas directrices las prácticas litúrgicas suspendidas durante los últimos meses pueden ser restablecidas tales como:

1. La Procesión de Entrada del Celebrante Principal y los ministros - Servidores y Lectores

2. El Ofertorio se restablece. Los ujieres pueden pasar la cesta de la colecta si estas tienen un mango o asti largo.

3. La Señal de la Paz mediante un gesto de inclinación de cabeza, una reverencia o un simple gesto de saludo con la mano.

Aunque estas prácticas pueden ser restablecidas, “Los sacerdotes y ministros deben cubrirse la cara y desinfectar sus manos antes y después de la distribución de la Sagrada Comunión. ,” y “Los párrocos pueden usar su criterio con prudencia para distribuir la Sagrada Comunión en la lengua a discreción del comulgante. Los ministros de la Sagrada Comunión deben tener cuidado de higienizar sus manos en caso de que hayan tocado la lengua o la saliva del comulgante.”

También se puede designar un lugar para aquellos que desean recibir en la lengua después de distribuir la Santa Comunión en la mano. “Se recomienda higienizar después de cada comunión en la lengua, a discreción del párroco. La distribución de la Preciosa Sangre aun continúa suspendida durante el tiempo de la pandemia,” se lee en el memorándum.

Los coros y monaguillos,  pueden ser reincorporados, “pero de una manera que minimice el riesgo de propagando del virus .”

Además el memorándum señala que :

“El agua bendita puede ser restaurada en las fuentes más pequeñas en las puertas, pero debe ser cambiada diariamente. Desinfecte con frecuencia la zona que rodea a las fuentes que tocan los feligreses.”

El boletín parroquial, los misales, los himnos y otros materiales que se encuentren en los bancos pueden po-nerse a disposición del público según un criterio de precaución basado en la información científica de que la transmisión de la infección se produce por el contacto con las gotitas 0 secreciones de la nariz y la boca, y no tanto por el contacto con la superficie.

Las parroquias deben proporcionar estaciones o puestos de desinfección en las zonas públicas y poner a disposición mascarillas para ayudar a una buena higiene y protección.

 Otros sacramentos, como la Reconciliación/Confesión y el Bautismo, deben continuar como de costumbre, utilizando un criterio razonable o con prudencia en cuanto a las precauciones de seguridad.

Se debe hacer todo lo posible para visitar y ungir a los enfermos en el hogar o en el hospital de una manera que sea segura para el visitante, el enfermo y los demás miembros del hogar/personal.

Es importante responder con prontitud a las llamadas de emergencia, visitando a los enfermos y moribundos como un acto corporal u obra de misericordia.

Las visitas de comunión a los confinados en casa por parte de los ministros laicos o del clero pueden reanudarse utilizando el juicio prudencial y las medidas ade-cuadas.

 Estas Directrices se modificarán según el criterio pastoral de cada párroco, según sea necesario, y según cambien las circunstancias en el futuro.

Agradeciendo a sus hermanos sacerdotes, así como a los demás ministros parroquiales por su disposición al servicio del Pueblo de Dios, el Obispo escribió que “su capacidad de adaptarse y acomodarse en estos tiempos difíciles ha demostrado a los fieles su profundo deseo de ayudarles a encontrar al Señor Resucitado en sus vidas. Mientras continuamos nuestro camino espiritual y llevamos a cabo nuestra misión, que el Señor Eucarístico nos proporcione la gracia, la fuerza y la perseverancia para poder compartir el Evangelio del amor de Dios con todos los pueblos y hasta los confines de la tierra.”