Obispo Wester confirma adolescentes de Parroquia de San Olaf

Friday, Apr. 06, 2007
Obispo Wester confirma adolescentes de Parroquia de San Olaf + Enlarge
El Obispo John Wester (segundo de la derecha) confirma a Patrick Loveland mientras Monseņor Rudolph Daz (derecha), párroco de la Parroquia de San Olaf, recibe el nombre de confirmación de Loveland, y A. J. Loveland (izquierda), como padrino ofrece respaldo. Loveland dijo que él escogió a su hermano mayor como padrino porque él es un buen ejemplo a seguir.

BOUNTIFUL — «Les doy las gracias por haber tomado este paso tan importante y los recibo de lleno en la iglesia», les dijo en la Parroquia de San Olaf el 22 de marzo el Obispo John Wester de la Diócesis de Salt Lake City a estudiantes del octavo año.

«Ésta es mi primera confirmación en la diócesis por lo que los voy a recordar muy bien», dijo el Obispo Wester. «Recuerdo la primera confirmación que celebré en septiembre de 1998, por lo que ustedes van a ser muy importantes para mi.

«Normalmente, en este momento, yo les estaría dando la bienvenida a todos ustedes, pero como soy nuevo, son ustedes los que me la están dando», dijo el Obispo Wester. «Les agradezco esta cálida bienvenida.»

El Obispo Wester dijo que le gustaría ver a todos los confirmandos de la diócesis tomar de esta experiencia el significado real de que ahora están iniciados de lleno en la iglesia. Ellos ahora son miembros participantes activos y que con los dones del Espíritu Santo los pueden usar para servir a la iglesia y a la comunidad en general. Le gustaría verlos acercarse a Cristo y ser instrumentos de unidad en lo que puede ser un mundo muy fragmentado.

En su reunión con los confirmandos antes de la Misa, el Obispo Wester les dijo que la confirmación es un sacramento de iniciación a la edad adulta. Él dijo que el Espíritu Santo está constantemente manteniéndonos unidos.

«Cristo vino a enseñarnos a ser uno, y el Espíritu Santo nos permite hacerlo», él dijo. «El Espíritu Santo es un don.»

El Obispo Wester les hizo preguntas a los confirmandos sobre los siete dones del espíritu y les pidió que los nombraran. Uno por uno ellos dijeron sabiduría, entendimiento, consejo, ciencia, temor de Dios, piedad, y fortaleza. Él le dio a la clase un ejemplo de como él podía enojarse y amenazar con su puño a alguien que se le metiera por delante durante la hora de tráfico, lo cual podría conducir a una pelea, o en lugar de eso él podía usar el don del entendimiento del Espíritu, y dejar que la situación terminara pacíficamente.

Durante su homilía, el Obispo Wester les preguntó a los confirmantes como alguien de su edad podía usar uno de los dones del Espirítu Santo para lograr mayor unidad en sus vidas ya fuera en sus hogares, en la escuela, o en sus parroquias.

Él mencionó el ejemplo de como los confirmandos reaccionarían si un amigo fuera criticado. Sara Calicchia dijo que se necesitaría fortaleza para dar la cara por el amigo.

Después el Obispo Wester les pidió que nombraran algunos de los temores que pudieran tener. Cuando nadie contestó, él dijo que hablar en público parecía ser uno de ellos. Dijo que el miedo a la muerte y el miedo a fracasar son algunos ejemplos.

«El hilo común en todos nuestros temores es el estar aislado, estar solo, o ser olvidado», dijo el Obispo Wester. «En la muerte nos separamos de nuestros seres queridos y quedamos abandonados. Cuando hablamos en público, nos señalan y en cierta forma estamos separados.«

«Nosotros los seres humanos tenemos un sentido muy profundo de que queremos estar unidos», dijo el Obispo Wester. «A su edad ustedes saben de la presión que ejercen sus amigos, y como se sentirían si se presentaran a una fiesta o a un evento vestidos completamente en forma inapropiada, y ser señalados».

El Obispo Wester dijo que somos creados en la imagen de Dios y que no podemos hablar acerca de eso sin hablar del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

«Cuando hablamos de la Trinidad, hablamos acerca de la unidad de las personas», dijo el Obispo Wester. «Dios por naturaleza propia es unidad. Tres personas, pero un Dios. Jesús vino hacia nosotros para que pudiéramos ser de nuevo uno con Dios. Perdimos esa unión a través del pecado original, y por eso Jesús vino a restablecer la unión que perdimos. Al final Jesús murió en la cruz para que pudiéramos ser uno con Dios para siempre. Jesús conquistó el pecado y la muerte. Ni el pecado, ni la muerte, ni cualquier otro temor puede separarnos del amor de Dios.»

Alexandra Welninski dijo que el ser confirmada era una gran experiencia y que le gustaba aprender sobre los siete dones del Espíritu Santo.

Ian Laverty dijo que ahora que ha sido confirmado se siente más cerca de Dios.

Sara Calicchia dijo que siendo confirmada significa que el Espíritu Santo estará con ella por el resto de su vida para guiarla.

For questions, comments or to report inaccuracies on the website, please CLICK HERE.
© Copyright 2025 The Diocese of Salt Lake City. All rights reserved.