Traducción: Laura Vallejo
SALT LAKE CITY — El Obispo Oscar A. Solis confirió el Sacramento de las Santas Ordenes al diácono Kenneth Parsad durante el Rito de la Ordenación al Sacerdocio celebrado el 13 de junio en la Catedral de la Magdalena.
La Misa fue concelebrada por el Reverendísimo Severo C. Caermare, Obispo de Dipolog, en las Filipinas; por el padre John Evans, vicario general de la Diócesis de Salt Lake City; por el padre Martin Diaz, rector de la Catedral; por el padre Kenneth Vialpando, vicario para clero; por el padre Dominic Sternhagen, director de vocaciones; por el padre Stephen Clovis, representante del Seminario Mount Angel; Monseñor Colin F. Bircumshaw, vicario general emérito; así como numerosos sacerdotes tanto diocesanos como invitados.
Los diáconos para la Misa fueron el diácono John Kranz y el diácono Guillermo Mendez. Varios diáconos y seminaristas estuvieron presentes.
Al comienzo de la Misa el Obispo Solis dio la bienvenida a los asistentes,
“Hoy nos reunimos para celebrar el Sacramento de las Santas Ordenes conforme la Iglesia recibe al diácono Kenneth, su hijo, como sacerdote,” dijo el obispo.
El Obispo dijo que durante el Sacramento de las Santas Ordenes presbiteriales son ordenados a la imágen de Cristo, el sacerdote mayor eterno. Para predicar el Evangelio, pastorear a los fieles y para celebrar la divina alabanza como sacerdotes verdaderos del Nuevo Testamento.
Después de la Liturgia de la Palabra el diácono Parsad fue llamado al frente para la Elección del Electo, en la cual fue proclamado merecedor de la oficina.
En su homilía, el Obispo Solis reflexionó sobre la vocación del sacerdocio como un papel de sacerdote como mensajero del Evangelio.
“Que grandiosa bendición el reunirnos hoy aquí para celebrar el nacimiento de un sacerdote para la Diócesis de Salt Lake City y para la Iglesia Universal,” dijo el obispo Solis.
De muchas maneras el llamado a la vocación del sacerdocio es un misterio. “Es Dios quien llma y elije,” dijo el Obispo.
En el sacerdocio Cristo se presenta como testimonio del amor y gracia de Dios, “in sacramento de su salvadora y duradera presencia en el mundo,” dijo el obispo. “El sacerdote es enviado por Dios para el servicio de nuestra Iglesia, para ser el mensajero del Evangelio y el corresponsal de las gracias de Dios. A través de la imposición de las manos y del santo crisma, el recibe el poder del Espíritu Santo, consagrado por la gracia de Dios. Es considerado para ser un altar de Cristo, un Cristo en nuestro mundo. Como el Cardenal [Robert] Sarah dijo ‘el ser sacerdote llega con un privilegio único. Su identidad y dignidad se basan en la unión con Cristo. Es confiado con la dignidad para compartir y con la autoridad y ministerio del sacerdocio de Cristo mismo. Así es que se pone de pie ante el Pueblo de Dios en nombre de Cristo para hacer presente la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Además, se convierte en un conducto de la presencia de Dios y puente entre el cielo y la tierra.”
El Obispo Solis animó al diácono Parsad a emular a Cristo y a permanecer fiel a sus votos.
“Kenneth conforme ofreces tu vida a Dios en amor y sacrificio, te conviertes en un instrumento de la salvación de Dios para seguir manifestando su presencia en el mundo, así como para reunir al Pueblo de Dios en el mundo.”
Después de la homilía el diácono Parsad fue llamado para realizar las promesas de su ordenación sacerdotal, durante las cueles declaró ante Dios y ante las personas su resolución a tomar la oficina para la cual estaba siendo ordenado. Luego se postró enfrente del altar mientras que los presentes entonaron la Letanía de los Santos.
Después el diácono Parsad fue ordenado como sacerdote. El Obispo Solis y todos los sacerdotes presentes participaron en la Unión de las Manos. El Obispo ofreció la Oración de la Ordenación al Sacerdocio y el padre Parsad fue envestido con su alba y estola por el padre Christopher Gray, párroco de la Iglesia de Our Lady of the Assumption en Park City, y por el padre Rodelio Ignacio, administrador de la parroquia Blessed Sacrament en Sandy.
Después el Obispo Solis ungió las manos del padre Parsad y le dio el pan y el vino.
El padre Parsad también recibió un cáliz que había sido del fallecido monseñor Michael Winterer, quien dejó ese legado al primer sacerdote que fuese ordenado después de su muerte.
El padre Parsad concelebró la Liturgia de la Eucaristía. Después bendijo al Obispo Solis, y a su mamá y otros familiares.
Al término de la Misa el padre Parsad ofreció sus primeras bendiciones a quienes las desease y una recepción fue celebrada en la plaza de la Catedral.
Más adelante en una reflexión el padre Parsad le dijo al Intermountain Catholic que se sintió muy conmovido por la Letanía de los Santos y las bendiciones fraternales de sus hermanos sacerdotes. Aunque se sintió un poco nervioso al comienzo de la Misa el padre Parsad expresó un sentimiento de alegría por su vocación.
“Estoy Feliz y esta es una vida muy significativa; existe una gran alegría en ella,” dijo el padre.
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