Diácono Mike Bulson
Si le preguntase a uno de los miembros de su parroquia ¿Qué es un catequista?
Sospecho que recibirá una respuesta satisfactoria. Algunos pueden decir “Un catequista Católico es alguien en la Iglesia que enseña acerca de la fe con palabras y con ejemplo.” Un feligrés poco más ambicioso podría encontrar la definición canónica “Para realizar la tarea misional se han de emplear catequistas, es decir, fieles laicos debidamente instruidos y que destaquen por su vida cristiana, los cuales, bajo la dirección de un mi-sionero, se dediquen a explicar la doctrina evangélica y a organizar los actos litúrgicos y las obras de caridad. (Ca-non 785). Muchos feligreses tendrán un entendimiento de un catequista de acuerdo con estas definiciones. Algunos pueden todavía usar el término tradicional de CCD o referirse a la educación religiosa.
Entonces, cuando si usted realizó la siguiente pregunta: “¿Quiénes son los catequistas en nuestra parroquia?. Sospecho que la mayoría mencionaría al director de Educación religiosa o a laos muchos fieles laicos quienes semana a semana enseñan y moldean las creencias católicas. Algunos más podrían identificar a los miembros del equipo de RICA quienes a lo largo del año ayudaron a que los catecúmenos entendieran las bases de la Fe católica. Pero, ¿será que alguien sugeriría la categoría de catequis-tas -padrinos?
Los padrinos como catequistas resulta un concepto novedoso, pero uno que el Nuevo Directorio para Catequistas pone de frente. Esto es lo que el documento dice en el Capítulo 3 N. 125, “En el proceso de iniciación a la vida cristiana, la Iglesia invita a repensar la identidad y la misión del padrino y de la madrina, como apoyo en el compromiso educativo de los padres,.” En otras pa-labras, los padrinos son catequistas. La noción de padrinos como catequistas es algo que no ha ocurrido en mi en los cuarenta y pico de años que llevo preparando a los padrinos en clases para el bautismo y para el RICA.
Mi experiencia es capturada en otra declaración en el Directorio: “Se tiene la conciencia de que a veces la elección de los padrinos no está motivada por la fe, sino por costumbres familiares o sociales: esto ha contribuido en gran parte a la degradación de estas figuras educativas.”
La palabra esencial de la cita del Directorio es la “reevaluación.” Nos llama a los ministros en la Iglesia a luchar con lo que solo puede llamarse como un cambio paradigmático. Nos llama a volver a imaginarnos el papel de los padrinos de alguien canónicamente calificado para servir a “algunos de ellos experimentan un despertar de su fe bautismal e inician un camino renovado de compromiso y testimonio,” y así capaces de ofrecer el mismo nivel que ellos catequistas y quienes sirven en ese ministerio.
Esto no es sencillo!, pero como el documento señala. “la comunidad cristiana debe presentar, con discernimiento y espíritu creativo, cursos de catequesis para los padrinos, eso les ayudará a redescubrir el don de la fe y su pertenencia eclesial.” Uno de esos caminos que he observado es en el contexto del proceso del RICA. Allí, he encontrado a personas que han experimentado un redescubrimiento del don de la fe y de la pertenencia al asistir a las sesiones, no como candidatos sino como adultos interesados en aprender más sobre su fe. En varias ocasiones me ha animado el escuchar a esos padrinos potenciales expresan su deleite al haber logrado un mejor entendimiento de lo que cada domingo profesan. Mi experiencia en esto esta capturada en la siguiente declaración en el Directorio: “ Aquellos que son indicados para este rol (padrinos), con frecuencia algunos de ellos experimentan un despertar de su fe bautismal e inician un camino renovado de compromiso y testimonio.” Tal vez el ejemplo del RICA es un camino posible para implementar la importancia de las directivas del Directorio. Esto podría desarrollarse en un ministerio para los padrinos potenciales.
Reevaluar la identidad y la misión de los padrinos es un reto para la Iglesia. Pero como lo dice un proverbio chino “Un camino de mil millas comienza con un paso.” Un primer paso puede ser el reconocer a los padrinos como a otros catequistas durante le Domingo catequético. Otro paso podría ser el realizar un taller en el siguiente Congreso Pastoral.. Cada paso puede convertirse en millas que nos lleven a un renovado y revigorizado papel de padrinos como catequistas.
Traducción: Laura Vallejo
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