Peregrinaje del Aņo de San José: Parroquia de San José (St. Joseph), Monticello

Friday, Mar. 19, 2021
Peregrinaje del Aņo de San José: Parroquia de San José (St. Joseph), Monticello
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(Nota editorial: Para el Año de San José, el Obispo Oscar A. Solis ha designado como sitios de peregrinaje, ha tres parroquias diocesanas que llevan el nombre del padre adoptivo de Jesús.

El  Intermountain Catholic estará escribiendo sobre estas parroquias. Esta semana exploraremos la parroquia de St. Joseph en  Monticello. La semana entrante visitaremos la historia de  la parroquia de St. Joseph the Worker en West Jordan.)

Por Michael Courtney

Archivista, Diócesis de Salt Lake City

Traducido por: Laura Vallejo

El miércoles 27 de septiembre del 2017 el Re-verendísimo Oscar A. Solis, decimo Obispo de  Salt Lake City, dedicó la nueva Iglesia para la parroquia de St. Joseph en Monticello. La Iglesia fue construida por un regalo del contratista Alan & Lund de Los Ángeles. Esta sacra estructura reemplazo la antigua Iglesia construida en 1935. La construcción de una Iglesia significa una fuerte presencia Católica en la comunidad. En Monticello, los Católicos han tenido una fuerte presencia. En el pasado, la geografía, clima y población dispersa hicieron que el realizar ministerio a los Católicos en Monticello fuera difícil. Pero el Catolicismo en esa época, floreció en Monticello a través de la catequesis organizada por las comunidades.

A principios del Siglo XX, Monticello era una misión de la parroquia de Notre Dame en Price. El territorio de Notre Dame incluía todo el sureste de Utah. Para los párrocos de Notre Dame, asistir a los Católicos en el área era un esfuerzo agotador. El padre Alfred Giovannoni (quien después fuese monseñor) párroco de la Iglesia de Notre Dame de 1917 a 1930, verbalizó esos retos ante el Reverendísimo Joseph S. Glass, C.M., segundo Obispo de Salt Lake. Escribió que el territorio de la parroquia estaba formado por cerca de 40,000 millas todas cubiertas por desiertos y cañones estrechos. Durante el invierno se tenía que preocupar por las avalanchas. Durante el verano se enfrentaba a las tormentas de arena. Una vez le tomó tres días el responder un llamado de un enfermo. Para otra llamada de otro enfermo, tuvo que manejar nueve horas para ir una milla y media tratando de evitar la tormenta de arena.

En 1921 otro sacerdote que visitó Monticello se enfrentó a problemas similares. En su reporte el padre Charles J. McCarthy, C.M. describió sus viajes a Monticello a través del Condado de San Juan:

“Cuando uno desea visitar Blanding, bluff (sic), Monticello, Moab, Thompson, Sego, y Green River, en el sureste de Utah, en una palabra sería mejor ir de Denver y Rio Grande afuera de Salt Lake City a Thompson, Utah y de ahí ir a Moab, Monticello, Blanding, y Bluff. Una parada puede ser realizada en Price en donde hay una Iglesia tomando el tren de las 4:45 P.M. saliendo de Salt Lake, pasando la noche en Price y saliendo al siguiente día a las 2 en punto hacia  Thompson. El terreno se encuentra con el tren en la milla 37 hacia Moab llegando a tiempo para la cena. La siguiente mañana a las 8 treinta otro tramo comienza de Monticello vía La Sal en donde se hace una transferencia hacia otro tramo, para el tramo final a Monticello algunas 70, millas de Moab… Ordinariamente uno llega a Monticello alrededor de las 2 de la tarde. Pero las condiciones del camino y el inclemente clima frecuentemente retrasan el viaje.”

Además del terreno y el clima, una pequeña     y escasa población agregó una capa de complejidad al cuidado pastoral de los Católicos en Monticello. El censo de los Estados Unidos reportó que la población del Condado de San Juan en 1920 era cerca de 3,379 personas. Para el censo de 1930 la población cambió un poco: 3,496 personas. La población Católica era aún más pequeña. En 1921 Monticello contaba con cerca de 17 familias Católicas Gallegos, Ysu, Vejil, Martinez, Velarde, Maestas, García, Enriques, Valdez, Chacon, Gonzales, Jaramillo, Duran y Trujillo; Moab tenía tres familias Católicas  Kelley, Strong y Gartz. La Sal tenía cinco familias Católicas, Lopez, Guamas,Sena, Abaldonado y Garcia. Green River tenía cerca de 11 fami-lias Católicas los Rileys, Kelleys, Macks, Purdys Dolans, Phelans, Marillas, Venturas, Spadafora y Politanos; y en Spring Creek había dos familias Católicas, los Trujildos y los Truillos.

A pesar de las dificultades, el clero que viajaba a Monticello se encontró con una comunidad Católica creciente predominantemente mexicana. En 1915, Eugenio Martínez organizó la primer Misa Católica desde su hogar en Monticello, celebrada por el padre  Rafael Ramos. Otro laico, J.B. Gonzales, ayudaba a los sacerdotes que llegaban de visita informándoles a los Católicos locales de la misma.

El trabajo de laicos como Martínez y González mantuvo fuerte la vida sacramental en Monticello. De acuerdo con uno de los recuerdos locales, el padre Ramos administró su primer Sacramento en Monticello: una boda entre Guillermo y Cleofas Archuleta Manazanares. Durante un viaje a la parroquia de Notre Dame el padre Toribio Galaviz reportó al Reve-rendísimo John J. Mitty, tercer Obispo de Salt Lake, que el llevo a cabo una misión en Monticello el 18 de septiembre de 1927. Por la mañana, tarde y noche ofrecía cursos de doctrina Cristiana; cerca de 30 personas asistían a las sesiones. También administro seis bautismos, 53 comuniones y escucho cerca de 35 confesiones.

El 14 de mayo de 1934, el Reverendísimo James E. Kearney, cuarto Obispo de Salt Lake, acompañado por el padre William Ruel, el padre Joseph Gosselin y el padre James Collins, viajó desde Price para administrar los Sacramentos a los Católicos del área. Algunos fueron registrados en el primer registro de sacramentos de St. Joseph. El 14 de mayo, Thedora Velasquez, Carlos Gonzales, Rebecca Manzanares, y Maria Virginia García fueron bautizados. Al siguiente día Roque García y Susano Manzanares recibieron su Primera Comunión.

El año siguiente, el miércoles 9 de octubre de 1935, el Obispo Kearney dedicó la Iglesia a San José. Cada mes un sacerdote de  la pa-rroquia de Notre Dame viajaba a  St. Joseph para celebrar Misa. Esta práctica continúo hasta 1938 cuando el Reverendísimo Duane G. Hunt, Quinto Obispo de Salt Lake, nombró al padre. John Sanders como el primer párroco de la Iglesia de St. Joseph. De acuerdo con el padre William Ruel, “las personas estaban muy felices y no tenían palabras para describir lo contentos que estaban de tener a un párroco permanente en la región.” El padre Sanders realizó ministerio con cerca de 21 familias Católicas.  

A comienzos del Siglo XX Monticello, era un lugar geográficamente de difícil acceso. Los sacerdotes de la parroquia de Notre Dame en Price y los misioneros viajaban allí para conferir Sa-cramentos. Las visitas de los sacerdotes eran una importante parte de la vida religiosa. Una parte aún más importante de la vida religiosa, fueron las acciones de los laicos Católicos quienes ayudaron con las Misas y trataron de mantener a la comunidad comprometida con su fe. Las acciones del laicado mantuvieron el Cato-licismo vivo e hicieron que fuera posible que la Iglesia creciera en Monticello, para que así la necesidad de un párroco permanente fuera una realidad.

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