Ponentes y homilista insitan a católicos en el congreso eucarístico a salir y proclamar que ‘Cristo está vivo’

Friday, Aug. 02, 2024
By OSV News

Maria-Pia Negro Chin

INDIANÁPOLIS  -- Al reconocer a Jesús en la “fracción del pan”, como lo hicieron los discípulos de Emaús, los corazones se encienden y llevan a pedirle a Dios la valentía “para que podamos proclamar con alegría y con audacia el misterio de su amor”, dijo el arzobispo de Los Ángeles, Mons. José H. Gomez, durante la última Misa en español del 10º Congreso Eucarístico Nacional en Indianápolis.

“Jesús cuenta con nosotros contigo para ayudar a que más personas vengan a la celebración de la Santa Misa y a que crezcan en su devoción Eucarística”, dijo el arzobispo el 20 de julio, enfatizando como Jesús, en la Eucaristía, viene al Encuentro de las personas, así como se acercó a Zaqueo, a la mujer junto al pozo, y a los discípulos mientras pescaba.

“Necesitamos ayudar a los demás a que se den cuenta que el amor que están buscando es algo verdadero y real y que ya está aquí y que tiene un nombre: Jesucristo”, dijo.

El congreso -- que empezó la noche del 17 de julio y concluyó con una Misa matutina en Lucas Oil Stadium con más de 50.000 católicos -- incluyó Misas en español del 18 al 20 de julio, así como sesiones de impacto y sesiones de trabajo, además de una multitudinaria procesión. El sábado, el mismo día de la procesión, una gran cantidad de católicos hispanos participaron de la Misa en español, que fue concelebrada por alrededor de 27 obispos y docenas de sacerdotes.

En su homilía, el arzobispo invitó a los más de 2.000 católicos presentes a contemplar a la Virgen María y encomendarle “el futuro de esta renovación Eucarística Nacional”. El congreso en Indianápolis fue parte del Avivamiento Eucarístico Nacional, una iniciativa lanzada en 2022 para aumentar la comprensión y el amor por Jesús en la Eucaristía.

“María Santísima es también una mujer de la Eucaristía. Como lo dijo en una ocasión el Papa San Juan Pablo II, Jesús se hizo carne en el seno de María para ofrecer en la cruz su cuerpo y su sangre para la vida del mundo y de cada persona”, dijo el arzobispo Gomez. “Todavía Jesús nos da su cuerpo y su sangre en la Eucaristía para que sea un alimento para nosotros para nutrirnos y fortalecernos a lo largo de nuestro recorrido por este mundo”.

Durante estos tres años del Avivamiento Eucarístico, expresó el arzobispo, los católicos “hemos renovado nuestra admiración Eucarística; la admiración y la adoración que experimentamos al estar en la presencia de este gran sacramento del amor de Dios”.

“Ahora vamos a seguir adelante buscando compartir esta admiración y este asombro con todas las personas a nuestro alrededor empezamos un nuevo tiempo de evangelización Eucarística”, aseguró.

La clausura del congreso de cinco días tenía programado lanzar el Año de la Mi-sión, durante el cual los obispos están animando a los católicos a “caminar con uno” compartiendo su fe y acompañando a otra persona a conocer mejor a Jesús y su amor.

Ese 21 de julio, el obispo Andrew H. Cozzens, presidente de la junta del Congreso Eucarístico Nacional, Inc., anunció que -- además de los recursos para invitar a la gente de regreso a la Eucaristía -- se está planeando una peregrinación eucarística de Indianápolis a Los Ángeles para la primavera de 2025. Antes del congreso, 30 jóvenes adultos hicieron una peregrinación hacia Indianápolis, viajando con la Eucaristía a lo largo de cuatro rutas -- comenzando en California, Connecticut, Minnesota y Texas -- que recorrieron una distancia combinada de 6.500 millas y encontrándose con feligreses que compartían su amor por la eucaristía en 27 estados y 65 diócesis.

“A través de la Eucaristía Jesús quiere hacer presente en este mundo su amor y quiere llevar al mundo a su gloria”, expresó el arzobispo Gomez en su homilía del sábado 20 de julio. “Jesús cuenta con cada uno de nosotros con todos y cada uno de nosotros ahora que seamos sus testigos sus colaboradores para que proclamemos el gran misterio de la fe hasta que él vuelva”.

Sus palabras hicieron eco en las reflexiones y exhortaciones de los ponentes de la sesión “Encuentro”, en donde -- siguiendo el formato de días pasados -- un obispo y una experta laica hablaron de la Eucaristía.

Esta sesión de impacto comenzó con alabanza y adoración e invocaciones de estilo carismático al Espíritu Santo. Muchos católicos expresaron una gran emoción al orar a Dios antes de oír cómo ese encuentro con Jesús lleva a la gente a ser discípulos mi-sioneros de la Eucaristía.

A continuación, el obispo auxiliar de Nueva York, Joseph A. Espaillat, exhortó a los asistentes a aclamar a Cristo resucitado y a no dejar pasar este momento. “Nosotros estamos aquí para encender un fuego, ¿Amén?”, dijo. “Para no regresar igual a nuestros hogares”.

Con un estilo enérgico, el obispo exhortó e interpeló a la audiencia. A lo largo de la charla, el público, siguiendo las indicaciones del obispo, gritaba “Amén” cuando estaban de acuerdo y “ouch” cuando algo les incomodaba.

“Tenemos que vivir de una manera diferente, una manera radical, acogiendo al prójimo como es, sintiendo su necesidad y acompañándolos cuando no sea convenien-te y cuando surja la necesidad”, dijo el obispo Espaillat.

Sobre todo, él habló de cómo llegar a ser discípulos misioneros acompañando, escuchando, enseñando y enviando. Y es que la misión no es organizar programas y eventos, enfatizó, ya que “nuestra misión es el pueblo”.

El obispo auxiliar subrayó la importancia de escuchar, especialmente a los padres presentes, que deben aprender a hablar con sus hijos; de lo contrario, “seguiremos perdiéndolos”. Tratando de resumir el nuevo esquema de la conferencia episcopal para los jóvenes y jóvenes adultos aprobado en junio, él dijo que es importante hacer preguntas y, de verdad, escuchar las respuestas.

También llamó a los católicos latinos a no quedarse callados y a predicar la enseñanza de la Iglesia y la palabra de Dios. El kerigma, dijo, no son fórmulas de oración -- u opiniones -- sino “es un proceso por el cual, por experiencia y explicación, se puede comprender el amor que Dios nos ha mostrado por medio de su Hijo Jesucristo”.

Él dijo que el amor de Cristo Eucaristía no solo acerca a la gente a Dios, sino también nos acerca al prójimo. Por último, instó a la gente a ir en salida porque “cuando tú te encuentras con Cristo Resucitado, cuando tú lo recibes en la Eucaristía, tú no le puedes quedar igual. Y por eso los discípulos salieron a proclamar que Cristo está vivo”.

Tras la estimulante -- y a veces exigente -- presentación, la teóloga Dora Tobar Mensbrugghe hizo una exposición sobre la vida del discípulo y cómo un discípulo eucarístico es un misionero.

“Ser discípulo no es ser ‘conocedores’ o ‘repetidores’ de sus enseñanzas, por lindas que sean”, dijo. “No se trata de ser meros admiradores de la persona de Cristo”.

Más bien, dijo, Jesús quiere que sus discípulos sean transformados y “seamos criaturas de amor y para el amor -- como Dios quiso que fuéramos, al crearnos a su imagen y semejanza”.

La Eucaristía consiste en estar en unión con Cristo, dijo. Al volver a la Eucaristía, “se repite el misterio de tu redención”, dijo, y añadió que esto es necesario al menos una vez a la semana porque el mundo que nos rodea puede separarnos de nuestra unión con Cristo.

Recordó a la gente que, al recibir la Eucaristía, ellos mismos son sagrarios y se convierten en un Cristo para los demás. Al igual que el obispo Espaillat y el arzobispo Gomez, Tobar animó al grupo a salir y proclamar la Buena Nueva del amor de Dios.

“Quiera Dios que cada uno de nosotros salga hoy de aquí a proclamar esta gran verdad”, dijo. “Que ninguna gota de sangre de Cristo derramada por ti ni por mí se pierda. Que ninguna migaja de pan convertida en carne de amor se desperdicie”.

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