Por el padre José Barrera- Hernandez
Especial para el Intermountain Catholic
La Vida espiritual es el arte de conducirse impulsado por la fuerza del Espíritu Santo. Una persona puede ser muy religiosa y a la vez, ser poco espiritual. Cada semana asistimos a muchas celebraciones litúrgicas y otros actos devocionales. Sin embargo, a veces sentimos poca profundidad en nuestra vida interior; nos sentimos vacíos por dentro. Es como si nuestra vida estuviera rota por dentro. La salud de vida espiritual se refleja en la profundidad y la alegría, de cómo vive la persona cada momento. Vida espiritual es transformación interior y es un estilo de vida, conforme a los dones del Espíritu Santo. En nuestros días, muchas personas están pasando por una aridez espiritual. A pesar que están asistiendo a muchas celebraciones religiosas, no reflejan paz es su corazón. Con frecuencia se sienten irritados y lejos de un Dios misericordioso. La ruptura de la vida espiritual puede tener varias causas, por ejemplo: escasa formación de la fe, el estrés de la vida diaria y la poca experiencia en el manejo de conflictos familiares. Para restablecer la conexión con Dios o reparar la vida espiritual, debemos trabajar mucho en curar las 5 heridas del alma, las cuales son: el rechazo, el abandono, la humillación, la traición y la injusticia. La curación de una herida comienza por la aceptación de Dios en nuestro corazón. Es muy importante soltarse en las manos de Dios. De nuestra salud espiritual depende en gran parte la salvacion de nuestra alma y el bienestar de nuestra familia. Tener miedo o mucho desánimo de acercarse a Dios, es ya un síntoma grave de que necesitamos mucha sanación interior. El primer paso para reconstruir el mundo es reparando nuestra vida espiritual.
Si Usted está pasando por alguna de estas situaciones, el Tiempo de Cuaresma es propicio para reconstruir su vida espiritual.
Asistir a un retiro será de gran beneficio para su vida espiritual y para disfrutar mejor su relación con Dios. Dé un paso hacia adelante y asista a los retiros que la Diócesis de Salt Lake City está preparando para Usted y su familia.
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