Reflexión por el Aņo de la Misericordia
Friday, Nov. 18, 2016
Nuestra editora, Marie Mischel, me pidió, a mí quien tengo el privilegio de ser el administrador diocesano, que escribiera la última reflexión semanal del ‘Año ee la Misericordia’ , conforme este Año Jubilar Extraordinario concluye.
Cada semana he esperado y disfrutado la publicación de esta reflexión semanal. Por mi parte, me gustaría llamar la atención a las tres maravillosas reflexiones que el Papa Francisco brindó en vivo el 2 de junio del 2016 en Roma ante aproximadamente 6,000 sacerdotes de todo el mundo. (yo no estuve allí, pero leí las traducciones al inglés en línea).
De todos los libros y artículos sobre la misericordia de Dios que he leído durante este Jubileo, estas meditaciones de tres horas de duración, han sido las que más me han beneficiado e inspirado. Estas son lo mejor del Papa Francisco, e invito a que cada uno se tome un tiempo para disfrutarles. Estas están disponibles en línea en: http://w2.vatican.va/content/francesco/en/speeches/2016/june.index.2.html
El Papa Francisco brindó su primera meditación en la Basílica de San Juan Letrán, la segunda en Santa Maria la Mayor y la tercera y final en San Pablo Extramuros, todo el mismo día. Eso para mí fue una gran hazaña.
En su primera meditación, el Papa Francisco reflexionó en como “Nada une más con Dios que un acto de misericordia”, urgiendo a los sacerdotes a tratar la misericordia como “un verbo” recibiéndola y compartiéndola. Ofreció una extraordinaria reflexión sobre la parábola del Hijo Pródigo subra-yando en como el hijo pródigo que regresó es un modelo para nosotros de “la dignidad perdida” que es la condición cristiana como pecadores reconciliados.
En su segunda meditación el Papa Francisco habló sobre como Dios transforma nuestros pecados en “odres” en los cuales el “vino nuevo” de su amor misericordioso derrama actos de misericordia hacia los demás. Dios busca cambiar nuestros corazones reconciliados de “cisternas rotas” a “bebederos de misericordia”.
En su meditación final, el Papa Francisco reflexionó en como los sacerdotes deben crear una “cultura de misericordia” con el ministerio de Reconciliación. Dió a los sacerdotes consejos muy prácticos de qué hacer y cómo hacerlo en el confesionario – como NO preguntar muchas preguntas embarazosas. Al final, el Santo Padre reconoció cariñosamente que él ha escuchado a sacerdotes quien le dijeron que él frecuentemente los reprende – con lo que concordó, pero insistió que estos regaños ocasionales, estas correcciones fraternales, tienen la intención de ‘actos de misericordia’ para ayudarlos a hacer los mejores sacerdotes que puedan ser.
Al leer las reflexiones del Santo Padre, resultarán más productivas que cualquier sumario que hubiera podido encontrar aquí. Creo que las palabras del Papa Francisco a los sacerdotes se pueden traducir a los padres de fami-lia, a los maestros y a los discípulos del Señor Jesús quienes tienen hambre por crecer en compasión y bondad. Él quien es la misericordia encarnada, Jesús nuestro hermano, nos ha hecho ricos en misericordia como su Padre. Que este Año de la Misericordia no solo sea un año más, Sino uno siempre.
Monseñor Colin F. Bircumshaw
Administrador Diocesano
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