Reflexión por el Año de la Misericordia

Friday, Nov. 04, 2016

Los católicos frecuentemente revisan los trabajos corporales y espirituales de la Misericordia buscando maneras en como donar. Esos maravillosos y concisos mapas son guías para tratar a los demás tal como Cristo nos dice que lo hagamos:… “sea lo que sea que hagas por tus hermanos y hermanas, me lo habrás hecho a mí.”

Todos los actos espirituales (los actos más importantes) y algunos de los corporales pueden ser vistos primariamente como acciones uno a uno; algunos son mejor realizados en la intimidad. Cuando contemplamos en alimentar al hambriento, albergar al indigente, dar vestido al desnudo, las cosas no son tan claras. ¿Será que buscas a alguien que está desnudo y lo llevas a comprar ropa?, ¿Cómo albergamos al indigente no tenemos habitaciones extras?, lo que compras para comer ¿será apropiado para quien tiene hambre?

Uno puede fácilmente llenar una tarjeta de bingo con los trabajos corporales de la misericordia si es que se une a un equipo. Grupos como los Caballeros de Colón y CCW así como entidades como CCS y otras más te pueden ayudar utilizando tu tiempo y tus recursos para los demás, dándoles vestimenta, camas, y comida adecuada y distribuida equitativamente.

Trata de participar en la distribución de los que hayas ayudado a acumular. Jesús no nos dijo que le dieras tu dinero a otra persona para que ellos se lo den a alguien más ayudando a los necesitados. El estar cara a cara con quienes se benefician de tu generosidad es una forma de encender el fuego para ayudarlos una y otra vez. La Misericordia es una de las mejores adicciones. Ser parte de un grupo organizado también puede ayudarte, teniendo actividades regulares para colectar recursos y la experiencia de conexión continuara proveyendo en años venideros.

Aprender de quienes llegaron antes que tú y enseñar a quienes vendrán después de ti, siendo asi una pieza en una cadena, llevando y anchando la Misericordia de Cristo a quienes más lo necesitan.