Reverendo Martin Diaz
Nuestra enseñanza de que la vida comienza en la concepción es una verdad que se basa en la fe. La vida comienza cuando Dios da un alma. En el Génesis Dios nos creó desde el barro. El alma humana fue creada por primera vez. Nuestra enseñanza tiene sus bases en la Anunciación, cuando el Angel Gabriel anunció la venida de Jesús; y el dogma de la Inmaculada Concepción, cuando María fue concebida en el vientre de su madre. Aunque nosotros creemos que la vida humana es sacra, algunas personas que comparten nuestra fe, dudan mucho al compartir nuestras creencias con los demás. Todas las personas consideran la vida humana como sacra. Nuestra fe nos dice que una vida nueva es la que está en el vientre.
Ahora que la corte anuló el Roe V Wade, ¿será que la necesidad de una sociedad pro vida termina?
¿A dónde nos llevará esta lucha? Los críticos del mo-vimiento conocido como pro vida dicen que una vez que los bebés nacen las personas pro vida no se preocupan por este niño. Los Católicos pro vida necesitan enfrentarse con el reto. Inmediatamente me vienen a la mente programas para la asistencia de las madres con recién nacidos que necesitan ayuda para poder tener pañales, cunas, y cosas por el estilo. El dar luz a un bebé en este mundo es algo muy costoso.
Yo me he acostumbrado a ver a los seminaristas, sa-cerdotes, y mujeres religiosas marchando en Washington. La Marcha en ese lugar para los Católicos, necesitará ser para un más amplio alcance a las necesidades de las madres y padres que crían a los niños en nuestra sociedad. La lista de cambios ‘del vientre a la tumba’ comienza con la vivienda accesible y los cuidados de salud universales. El tiempo pagado para la paternidad y para la maternidad así como la seguridad del empleo al término de este período debe de estar como prioridad en la lista. Las guarderías con educación temprana y kindergarten le siguen. La educación en escuelas públicas que limitan el número de estudiantes por clase es un comienzo.Las enfermeras y consejeros escolares con niveles razonables de servicio también son una ayuda. Todo para criar a los jóvenes a una sociedad saludable, física, emocional y moralmente.
Aun se necesitan más cambios. Utah, Texas y algunos estados más así como el programa federal arrebatan las vidas a través de la pena de muerte. La Iglesia Católica nos enseña que la pena de muerte viola la protección de la vida humana desde el vientre a la tumba. ¿Será este el siguiente paso a tomar para el movimiento pro vida Católico? ¿Seremos capaces de trabajar arduamente por aquellos que sabemos que son culpables o asesinos?
Los padres fundadores de los Estados Unidos probablemente no eran Cristianos. Ellos fueron deístas. Para ellos estaba al arte de la creación viendo como esta se desarrollaba. Puede que sea de los deístas el intenso individualismo que los Estados Unidos tiene. Pero los Católicos no son deístas. Dios no está separado. El Dios de los Católicos mezcla el individualismo con el bien común; el bien común es más grande que el individua-lismo. ¿Será que los políticos de hoy en día puedan tomar la causa provida?. ¿Será que el bien común preva-lecerá sobre el individualismo?
La tarea es clara. El camino es difícil. A menos que los Católicos y otras personas se pongan de pie para ser totalmente provida siempre habrá una enmienda constitucional a favor del aborto. El triunfo de los derechos individuales suena tan bien y con tanta verdad. El bien común es costoso e incómodo. No cabe duda de que por eso Jesús es su mejor defensor.
El padre Martin Diaz es el rector de la Catedral de la Magdalena.
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