Traducción: Laura Vallejo
MIDWAY — Durante el retiro anual de sacerdotes rea-lizado del 4 al 6 de junio en Midway, los sacerdotes de la diócesis de Salt Lake City se tomaron un tiempo para honrar a monseñor Colin F. Bircumshaw el cual se jubilará el 31 de julio después de 49 años de sacerdocio, de los cuales los últimos 13 como vicario general diocesano, y los sacerdotes no dejaron pasar la ocasión sin llamar el sentido del humor de uno de sus más queridos líderes.
Guiados por el padre Kenneth Vialpando, Vicario Dio-cesano del clero, quien ha desarrollado la reputación del hombre a quien llamar cuando se trata de realizar un discurso de una persona a manera de broma. Como siempre el padre Vialpando no decepcionó, subrayando entre otros atributos el papel de monseñor como ‘responsable del cumplimiento de las directivas pastorales.
Sus comentarios desataron la risa de los presentes.
Monseñor Bircumshaw ha ‘puesto su firma en todo,” dijo el padre Vialpando conforme tomaba una copia de las directivas pastorales. “El ha puesto sus huellas dactilares, huellas de pies, en cada pagina desde el principio hasta el final’ él se sabe este libro en su totalidad. Si uno se pregunta que es lo que él hace por la noche: pues revisa este libro una y otra vez para así poder hacer cumplir la ley.”
Para deleite de monseñor y de los presentes el padre Vialpando recitó una versión modificada de ‘Santa Claus viene a la ciudad’ reflexionando sobre el papel de monseñor Bircumshaw.
Después de que hizo varias bromas el padre Vialpando se puso más serio al honrar al hombre a quien considera su mentor desde que hace cinco años asumió la posición de vicario de clero.
“Monseñor Bircumshaw usted ha sido el responsable del cumplimiento de las directivas, pero mas importantemente nos ha animado,” dijo el padre. “Usted nos ha animado; nos ha empoderado a ser los mejores sacerdotes que podemos ser. No puedo dejar de agradecerle por ser un gran líder, guía, guardián, protector, mentor, amigo y hermano. Usted ha hecho un excelente trabajo, usted nos ha dado el mejor ejemplo, usted ha puesto la vara muy alta. La preocupación de monseñor Bircumshaw no es exactamente el hacer cumplir la ley sino el darnos el espíritu de la misma; es saber cuando ser firme y cuando ser gentil. Todos hemos visto ambos lados y no podemos dejar de agradecerle; estaremos por siempre agradecidos.”
El Obispo Oscar A. Solis también expresó su alabanza por monseñor Bircumshaw.
“Le estamos profundamente agradecidos; usted es un maestro.” Dijo el Obispo al vicario general. “Contamos con un verdadero siervo de Dios quien ha dedicado toda su vida a Dios y a Su pueblo aquí en Utah. Valoro mucho su sabiduría, su entendimiento sobre la Iglesia el cual me ha ayudado a decidir la visión de nuestra Iglesia local aquí en Utah. Muchas gracias por su entendimiento y paciencia, pero mas que nada por su profundo sentido de obediencia, obediencia y simplicidad y por el amor radical a Dios, a Su pueblo que le ha permitido llevar su responsabilidad con una excepcional capacidad.”
El padre Martin Diaz, presidente del comité litúrgico quien planeó el retiro y quien también es el rector de la Catedral de la Magdalena, presentó varios regalos a monseñor Bircumshaw, entre los cuales estaba un cubo de ideas de como pasar su tiempo en su jubilación y un traje de baño para ayudar a que esto sea una realidad.
Como ha sido el caso muchas veces durante los últimos 13 años, monseñor Bircumshaw tuvo la última palabra.
“Algo por lo que estoy muy feliz es que he sobrevivido estos 13 años,” dijo. “Y que no tengo que hacer los 20 años que monseñor [J. Terrence] Fitzgerald sirvió como vicario general y como vicario de clero y moderador de curia. Esencialmente ha sido un gran privilegio. No es algo que pensé que haría; algo que si lo hubiese pensado lo hubiese temido. Pero ha sido una tremenda bendición que de muchas formas me ayudó a crecer como sacerdote.”
“Ha sido como ser un párroco de muchas maneras,” dijo. “Como párrocos podemos ver a las personas en sus momentos de fe más ricos. Realmente somos privilegiados al ver como Dios trabaja en las vidas de las personas. Como vicario general, he visto mucho de esto en los sa-cerdotes de la diócesis. Así es que les agradezco su apoyo durante estos años.”
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