Sacerdotes, Hermanas y diáconos comparten sus historias de vocación
Traducción: Laura Vallejo
WEST HAVEN — Cada persona tiene una historia personal sobre su vocación, “y creo que es hermoso el poder escucharlas ya que es el cómo Dios nos habla y se hace presente en nuestras vidas y cómo El nos llama ha hacer su voluntad.”
Esas fueron las palabras del padre Joseph Delka director diocesano de vocaciones las cuales pusieron el tono durante la noche de vocaciones realizada el 22 de noviembre en la parroquia de St. Mary en West Haven, a la cual asistieron alumnos de educación religiosa del área, así como personas quienes pueden estar discerniendo una vocación al sacerdocio o a la vida religiosa.
Durante la noche, tres Hermanas de diferentes ordenes religiosas, tres sacerdotes, un diácono y un candidato al diaconado compartieron sus historias. Una presentación escrita por las monjas Carmelitas también fue leída.
La historia del padre Delka ejemplifica las maneras misteriosas de Dios. El padre Delka dijo que él creció en una familia evangélica cristiana; no fue sino hasta que cumplió 18 años de edad que conoció lo que un sacerdote Católico era.
Después de entrar en la Universidad Utah State, el ahora padre comenzó a explorar sus creencias religiosas y ‘descubrió’ la Iglesia Católica. Sintiendo una atracción hacia el catolicismo, comenzó a hacer investigaciones sobre el mismo y fue a hablar con el párroco de la Iglesia de St. Thomas Aquinas en Logan. De ahí participó en el Rito de Iniciación Cristiana para adultos y fue bienvenido en la Iglesia. Un mes después el mismo párroco le dijo que sentía que él tenía un llamado hacia el sacerdocio.
El padre Delka le agradeció el mensaje, poniendo la idea de lado, pero esa noche simplemente no pudo dormir.
Al paso de algunos años, el padre Delka dijo que tuvo discusiones con Dios acerca de ese llamado, pero eventualmente acudió a un retiro en donde discernió ese camino. Ingresó al seminario y en el 2015 fue ordenado como sacerdote.
“Sea lo que sea a lo que Dios te llama, sea lo que sea a lo que te llama a hacer, eso es lo bueno, ya que El sabe lo que es bueno para ti,” les dijo el padre Delka a los asistentes a la noche vocacional, animándolos a responder su llamado individual.
En contraste, “la vida religiosa no es algo que fuera desconocido para mí,” dijo la Hermana de la Santa Cruz, Verónica Fajardo. Nacida y criada en Nicaragua, ella creció en Los Angeles. A sus ocho años de edad le dijo a su mamá que iba a ser o una maestra o una Hermana religiosa.
Varios miembros de su familia pertenecen a órdenes religiosas y la Hna. Fajardo tiene un primo sacerdote. “Así es que la vida religiosa no era algo desconocido para mí,” dijo la Hna., siendo la fe siempre algo muy importante en su familia.
Durante la universidad la Hna. pensó en casarse, pero prefirió explorar las órdenes religiosas. Su sacerdote le dijo “si sientes un llamado, Dios te dará las pistas… y se sentirás ‘eso es para mí’ o ‘eso no es para mío,” comentó
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