SALT LAKE CITY — Los Católicos locales fueron un aparte muy importante en la convención anual nacional del Consejo de Mujeres Católicas realizada del 23 al 26 de agosto en el Hotel Hyatt Regency en Salt Lake City. Desde la presidenta saliente Patricia Voorhes, feligrés de la parroquia de St. Vincent de Paul hasta la nueva presidenta electa Amy Kennedy, feligrés de la Catedral de la Magdalena, los ponentes y panelistas, así como más de 50 voluntarios se aseguraron de que los asistentes a la convención tuvieran una gran experiencia. Las mujeres católicas se reunieron demostrando así sus fortalezas.
Este año el tema de la convención fue ‘ Un camino para un nuevo encuentro “A Path of Renewed Encounter,” mensaje que los ponentes y presentadores tomaron como base durante los cuatro días del evento. El 23 de agosto durante el almuerzo de premiación anual de la organización, Doonna Stoering compartió sus talentos presentando “Prayer as Music, Music as Prayer: Living a Eucharistic Life in Today’s World.” Hasta hace tres meses Stoering fue feligrés de la parroquia de Blessed Sacrament en Sandy, pero recientemente se mudó a otro estado. A través de sus palabras canciones y recital de piano, ella compartió el mensaje del poder curativo de la música.
Al siguiente día un panel de mujeres católicas locales hablaron sobre el tema “Un encuentro con Jesús en la Eucaristía.” Julie Boerio-Goates, feligrés de la parroquia de San Francisco de Asís en Orem, compartió su aprendizaje a través de los 46 años de su vida matrimonial y su interacción con su esposo Steve, quien es miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días. Profesora retirada de química de la Universidad Brigham Young, Boerio-Goates vio un crecimiento y refinación en su propia fe al paso de esos años, particularmente durante la pandemia.
“Comencé a ver al mundo desde un lugar en donde Dios puede ser encontrado, en donde Jesús puede ser encontrado,” dijo. “Pero como adulto, esposa, mama, científica, ministra laica, nunca conscientemente me di cuenta de esto hasta la pandemia. Durante la misma, cuando perdimos tanto la Santa Comunión como la adoración eucarística, y la comunidad parroquial esa perspectiva sacramental me llegó como una especia de gracia para así mantener mi fe viva mediante caminatas en silencio, y paseando en el kayak con mi esposo y con mi hijo. El estudio de Biblia con mis amigos de todo el país, las misas dominicales, todo esto posible a través de Zoom. Desde esa belleza natural hasta la interacción a través de los medios electrónicos, encontré a Jesús.”
Susan Northway, directora de la Oficina Diocesana de Formación Religiosa, habló sobre la importancia de recordar.
“La memoria es un don de Dios que restructura y ayuda a explicar la historia de la salvación,” dijo. “En el Antiguo Testamento y en las escrituras hebreas, la memoria se refiere al amor dadivoso de Dios y a la atención a toda la creación… Podemos decir que la memoria es la vida que el Señor nos otorga a través del recuerdo de Dios.”
Northway dijo que la memoria les permite a los fieles construir relaciones personales con Cristo a través de la Eucaristía.”
“Al llevar el sacrificio al altar, creamos una memoria de todos, nos identificamos con el Cristo vivo, uniéndonos entre nosotros y uniéndonos en El.”
Kimberly Tosti, quien ha sido parte del ministerio parroquial por muchos años, compartió como la pandemia la dejó con un sentido de a la deriva de las cosas que centraban su fe.
“Mi paradigma de fe fue puesto en duda,” dijo. “Me pregunté: ¿cuál es la base de mi fe que solo descansa en los hombros de un ritual o ministerio? ¿Realmente encontraba a Dios en las largas horas de coordinación en las juntas de ministerio? ¿Fui tan egoísta que no pude tener le sin la necesidad de sentirme necesitada?... ¿me encontré extrañando esa relación.”
Tosti encontró su camino a través de los retos de la pandemia y como muchos Católicos, se alegró mucho con la oportunidad de renovar su fe durante el Rally Eucarístico celebrado el 9 de julio, el cual ella ayudó a organizar. “Todos [los asistentes] sintieron como su fe se renovó,” dijo. “Fue una hermosa ilustración de lo importante que es el Cuerpo de Cristo en brindar el camino a la sanación en el desarrollo de la relación con Dios.”
Durante la sesión el sábado, “Encontrando Perdón: Sanando y Restaurando a las Victimas de Crímenes,” Jean Hill, feligrés de la parroquia de St. Vincent de Paul, examinó los mitos que ponen barreras entre los indigentes y la comunidad en general. Gill es la directora de la Oficina de iniciativas del Sistema Criminal para el Condado de Salt Lake City y es la antigua directora de la Oficina diocesana de Vida, paz y Justicia.
“La enseñanza Católica es acerca del pobre, de reco-nocer que cada vida humana tiene el mismo valor,” dijo. “En una nación tan rica como los Estados Unidos nadie debería de dormir en las calles. Creemos en la dignidad y santidad de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, y lo que pasa entre esto importa.”
Además de las presentaciones de participantes locales, la oradora principal fue Krisanne Vaillancourt Murphy, directora ejecutiva de ‘ Catholic Mobilizing Network’, quien compartió la misión de la organización “desde las heridas hasta la sanación: Un alcance restaurador hacia el daño.”
Durante la convención el reverendísimo Oscar A. Solis, Obispo de Salt Lake City celebró la Misa de bien-venida. En esta dio la bienvenida a las mujeres a Salt Lake City y recordó cuando realizó una visita durante la convención nacional de Mujeres católicas celebrada en Albany Nueva York. Más adelante el Obispo Solis concelebró la Misa de clausura junto al Rev. Timothy Broglio, arzobispo de los Servicios Militares y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos; el reverendísimo Edgar M. da Cunha, Obispo de Fall River, Massachusets.; el reverendísimo William A. Wack, CSC, Obispo de Pensacola-Tallahassee y enlace episcopal de la NCCW con la USCCB; así como varios sacerdotes que fungen como directores espirituales de los consejos del NCCW .
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