Seminaristas diocesanos ajustan sus vidas durante la pandemia

Friday, May. 15, 2020
Seminaristas diocesanos ajustan sus vidas durante la pandemia
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Tristan Dillon
By Linda Petersen
Intermountain Catholic

Traducido por: Laura Vallejo

SALT LAKE CITY — Como todas las personas, la vida de los 10 seminaristas de la Diócesis de Salt Lake City ha cambiado dramáticamente en los últimos meses. Cada uno ha encontrado formas de recentrarse y de encontrar paz durante la pandemia.

Oscar Marquina estaba estudiando en el Colegio Pontifício de Norteamérica en Roma cuando el COVID-19 estalló en Italia. Después de consultar con el Obispo Oscar A. Solis a principios del mes de marzo regresó a Utah. Ya que sus padres son personas de la tercera edad y están considerados en el grupo de alto riesgo, Marquina se puso en cuarentena en un departamento en Salt Lake City por 14 días antes de ir con su familia quien vive en Logan, en donde pasó 5 semanas. Para sustentarse espiritualmente, ha estado recitando la Liturgia de las Horas. En Logan vio las transmisiones en vivo de las Misas y rezó la Coronilla de la Divina Misericordia y el Rosario con su mamá.

El cambio fue difícil. “El estar alejado de los Sacramentos y de  la estructura del seminario fue como si alguien jalara una alfombra por debajo de mis pies. Fue un cambio muy grade y drástico; no es lo ideal que un seminarista esté alejado de ese ambiente.”

“Lo que me ha ayudado es el estar involucrado con la comunidad en la extensión posible. Tan solo tener una vida comunitaria es bueno; mantener una rutina diaria, tener disciplina y repetir día a día.”

Dese el 30 de abril, Marquina ha estado viviendo en la rectoría de la Catedral de la Magdalena, en donde ha sido asignado a trabajar durante el verano. Él está terminado sus estudios en línea, y planea regresar a Roma en el otoño si las restricciones son levantadas. Mientras tanto, él está ayudando al personal de la Catedral en su tiempo libre. Sirve en las Misas dominicales, ayuda a la transmisión diaria en vivo y apoya traduciendo los documentos de inglés a español.

“Son buenas noticias,” dijo al escuchar que el gobernador de Utah, Gary Herbert, disminuyó las restricciones que permiten que las personas se reúnan en una Iglesia para Misa. “Esto traerá alegría y paz a muchos feligreses y Católicos en todo Utah. Espero conocer e interactuar con más personas.”

Cuando las restricciones por el COVID-19 fueron impuestas, Andre Sicar se encontraba en vacaciones de Semana Santa de la Universidad de América y vivía en el Colegio Teológico en Washington D.C. Cuando la universidad cerró, Sicard regresó al seminario por una solicitud de la administración quien inicialmente esperaba que los seminaristas pudieran permanecer allí tomando clases en línea. Sin embrago conforme la situación deterioró, se decidió cerrar el seminario así es que Sicard regresó a casa.

“Ha sido un poco difícil el no estar en la escuela y en el seminario concluyendo el semestre con todos, pero creo que la transición ha sido fácil,” dijo Sicard.

Como muchos Católicos, Sicard no ha podido asistir a Misa ni participar en oraciones públicas. Para seguir con su horario de oración, él ha estado rezando el Rosario y la Coronilla de la Divina Misericordia y participando en Misas en línea. También, dijo que ha estado tratando de leer más lecturas espirituales.

“Aunque no tengo acceso regular a los Sacramentos, me he mantenido fuerte en la vida de oración,” dijo Sicard.

Durante el Tridium, Sicar pudo servir en su parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús en Midvale. Durante este tiempo también ha estado apoyando con los medios sociales de la parroquia.

Mientras la pandemia ha disminuido la vida de muchos, Sicard ha observado como algunas personas se han mantenido muy ocupadas.

“Deténganse y solo vivan el presente, especialmente en oración, tan solo estar en presencia de Dios y ver a donde te lleva esto; apóyense en esas emociones, ofrézcanlas y pídanle a Cristo que los ayude,” sugirió Sicard. “No ignoren esas emociones; llévenlas a la oración especialmente a la oración en silencio. Estén presentes para Cristo y vean como Cristo se hace presente en varias formas que uno nunca hubiera esperado.”

 A pesar del cierre, Sicard todavía tiene planeado tomar un curso intensivo en línea durante el verano, y espera regresar al Colegio Teológico en  Washington, D.C. para el otoño.

Sicard alabó a la diócesis, el Intermountain Catholic y a las parroquias por sus esfuerzos en el ministerio al Pueblo de Dios durante estos tiempos difíciles.

“Con lo rápido que todo  sucedió, esto es un indicador de como el cuidado pastoral y el amor está trabajando en las personas y a veces esto se olvida y se da por hecho. Eso habla muy bien de lo mucho que los sacerdotes, la diócesis y el Intermountain Catholic están realmente haciendo ministerio con los Católicos en Utah.”  

El seminarista Tristan Dillon, quien está a la mitad de su año pastoral, ha estado asistiendo al padre Javier Virgen en la parroquia de  St. Joseph the Worker. Desde el comienzo de la pandemia, la mayor parte de su tiempo lo ha pasado dando confort por teléfono a los feligreses.

“Ha sido difícil y triste,” dijo Dillon. “Mi parte favorita este año ha sido el trabajar con las personas. Ahora es trabajar sin tenerlos ellos allí.”

Además de ayudar con la transmisión del Rosario en vivo a través de la página de Facebook, él y el padre Virgen han estado creando ideas y otras cosas para ayudar a servir a los feligreses. Esta semana Dillon fue transferido a la parroquia de St. John the Baptist. Espera que allí con la disminución de las restricciones, podrá servir a los feligreses más personalmente de lo que pudo en los meses en St. Joseph the Worker.

Viendo que en la historia, este año no es la primera vez que la Iglesia se ha enfrentado a una plaga, ha ayudado a Dilllon a ver el coronavirus con perspectiva.

“Viendo que tenemos 2,000 años de historia- y que sobrevivimos la plaga negra- esto es nada si lo comparamos. Puede ser por el bien, si puede que sean tiempos difíciles, pero algo bueno saldrá de todo esto. Si las cosas parecen duras, si uno se preocupa por cómo se verá la Iglesia después de todo esto, Cristo está con nosotros. Cristo murió y nos salvó y no nos abandonará.”

Los demás seminaristas son estudiantes del Seminario Mount Angel en Saint Benedict, Oregon. Anthony Shumway, Alberto Carrillo, Jaime Zuazo, y José Luis Gómez regresaron a Utah y aquí están terminando sus exámenes de primer año, mientras que Michael Thomas escogió quedarse en el seminario a terminar allí el semestre.

El diácono Dominic Sternhagen, quien tiene programada su ordenación sacerdotal en agosto de este año, está terminando sus estudios  en el Seminario Mount Angel remotamente desde Idaho.

El padre Joseph Delka, director de la oficina diocesana de vocaciones, dijo que sus asignaciones de verano todavía son inciertas.

“Una gran parte del plan original era tener a los seminaristas por toda la diócesis visitando las parroquias, conociendo a los feligreses quienes tan generosamente apoyan su educación, y animando a los jóvenes a considerar el llamado al sacerdocio,” dijo el padre Delka. “Eso no va a ser posible en este momento. Estoy hablando con unos cuantos párrocos y trabajando en otras maneras en que los seminaristas puedan estar involucrados con el ministerio.”

El padre Delka le pidió a los feligreses orar por los seminaristas.

“Esta situación con la pandemia ha sido difícil y muy extraña para ellos, así como lo ha sido para todos nosotros. Aún así, siguen trabajando y orando para ser más y mejor formados a imágen del Sagrado Corazón de Jesús. Siguen ansiosos por servir.”

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