Traducción: Laura Vallejo
SALT LAKE CITY — Alberto Carrillo, de 26años de edad, estudiante del seminario Mount Angel en Bend, Oregón., ha sido llamado al ministerio del sacerdocio para la Diócesis Católica de Salt Lake City.
Su camino ha sido de alegría, pero lleno de retos.
Carrillo nació en la ciudad de México. Sus papás y hermanas se mudaron a Utah cuando él tenía 8 años de edad; en Utah se reunieron con otros familiares ya establecidos en el estado.
Aunque criado Católico y su familia asistía a Misa, conforme pasaron los años dejaron de hacerlo.
A los 18 años de edad Carillo pasó por un tiempo complicado y se fue a México a visitar a su abuela. Ella lo invitó a Misa. Carrillo fue simplemente por ir con ella, pero allí se le pidió cubrir a un lector ya que este estaba sufriendo los estragos de la artritis. Esto resultó ser una profunda experiencia para él.
“Sentí una gran nostalgia de Cristo; sentí que quería llorar,” recuerda el seminarista.
Cuando compartió la experiencia con su abuela, ella le dijo que Cristo estaba triste pues él ya no frecuentaba la Iglesia.
Al regresar a su hogar en Utah, Carrillo comenzó el camino en busca de Dios y de la Iglesia. Comenzó a asistir a Misa en su parroquia St. Francis Xavier, para orar y participar continuamente en los Sacramentos.
“Mi párroco, el padre Eugenio Yarce me dijo ‘No dejes que la Confesión te aleje de la Eucaristía’”, recuerda el seminarista. Así comenzó a participar en el Sacramento de la Reconciliación y recibió la Eucaristía por primera vez. “Fue un tiempo glorioso para mí.” Recuerda Carrillo.
Aunque el camino lo comenzó solo, hoy toda su familia asiste a Misa con regularidad.
Carillo fue lector y líder del ministerio de jóvenes de su parroquia. Cuando el padre Yarce le preguntó que sí quería ser sacerdote, al principio dijo no estar interesado, pero su corazón se fue transformando conforme oraba más y más.
Al estar estudiando para obtener un título de ciencias de la información y sistemas en la Universidad de Utah, Carrillo comenzó a asistir al centro Newman de St. Catherine de Siena. Allí guió retiros para jóvenes y los esfuerzos de alcance de enseñanzas sociales Católicas, y por un año vivió en el centro en donde formalmente comenzó a discernir su vocación al sacerdocio.
“Fue una experiencia totalmente diferente ya que estaba buscando una relación más íntima con Cristo,” dijo Carrrillo. Así comenzó a sentir como se llenaba del deseo de servir al Pueblo de Dios. A su regreso a la parroquia de St. Francis Xavier, por dos años sirvió como director de educación religiosa mientras terminaba sus estudios de educación superior.
Hace dos años fue aceptado como seminarista diocesano, y ahora estudia en el seminario Mount Angel. Este verano ha sido asignado a la parroquia de St. Thomas Aquinas en Logan en donde trabaja en la oficina, enseña educación religiosa, y ayuda en las Misas, bodas, bautismos y quinceañeras. También está ayudando a la formación de un ministerio para jóvenes
“Estoy muy agradecido con Dios por las oportunidades que me ha dado y por todas las bendiciones,” dijo Carrillo. “Ha sido una experiencia de aprendizaje con retos. Pero Dios siempre ha estado junto a mí, enseñándome cómo responder a su llamado con generosidad.”
En su ministerio Carrillo ha encontrado inspiración en las palabras del Papa Juan Pablo VI “El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los maestros o si escucha a los maestros es porque son testigos” (Carta Encíclica ECCLESIAM SUAM del sumo Pontífice Pablo VI.)
“Si estamos dispuestos a cambiar estamos dispuestos a enfrentarnos a los retos, entonces seremos capaces de representar a nuestra comunidad,” dijo Carrillo.
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