Seminaristas Diocesanos: Jaime Zuazo "Sin impotar los retos que la vida tenga... cuando Dios te llama uno tiene que responder"

Friday, Jul. 02, 2021
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Jaime Zuazo
By Laura Vallejo
Intermountain Catholic

TOOELE — Jaime Zuazo siempre ha tenido a Dios presente en su corazón. En 1992 llegó a Utah procedente de La Huerta en Jalisco,  México , con tan solo 12 años de edad.

El sabia que quería servir a Dios y a su Pueblo, pero aun no sabía cómo.

Desde muy joven Zuazo se involucró en el ministerio Hispano; también participó y se certificó en EMAUS, el programa de formación para ministros eclesiales laicos.

No fue sino hasta el 2009 después de haber asistido a un retiro de renovacion carismatica que su vocación al sacerdocio se hizo evidente.

  “Mi respuesta fue un poco reservada, pero me impulsó a involucrarme en el servicio a la Iglesia,” dijo Zuazo.

Graduado con honor de la preparatoria y con dos títulos del Colegio Comunitario, el llamado al sacerdocio cada día se volvía más fuerte en la vida de Zuazo.

En el 2017 Zuazo estuvo muy activo con el ministerio diocesano para jóvenes y jóvenes adultos en donde participo con la producción, edición y grabación de un video clip para el V Encuentro junto a los jóvenes de la parroquia de San Pedro y San Pablo, así como liderando al grupo parroquial en diferentes retiros y eventos.

Zuazo también presentó varias reflexiones en diferentes retiros para jóvenes a lo largo y ancho de la Diócesis Católica de Salt Lake City.

“También decidí tocar la puerta de la oficina de vocaciones,” dijo Zuazo.

Hijo de  Arturo Zuazo y Reyna Alcaraz, es el menor de nueve hijos, 7 hermanas y un hermano.

Al compartir su vocación al sacerdocio con su familia, Zuazo dijo que ellos se sorprendieron, pero lo apoyaron.

“Gracias al buen ejemplo de mis papás y hermanos yo tuve la oportunidad de conocer el Gran Amor de Dios y gracias a ellos he aprendido a servir a Dios. Siempre me han apoyado, y respetado, aunque con un poco de nervios y de preocupación por mis deseos,” dijo Zuazo.

 A pesar de esto toda su familia ha estado a su lado en su camino hacia el sacerdocio.

Su aceptación en el seminario fue uno de los retos a los que Zuazo también tuvo que enfrentarse, pero con paciencia y amor a Dios y a Su pueblo, esto fue una lección más de vida para el.

“Ha sido un camino lleno de retos, de tocar puertas, de esperar, de prepararme, de vencer miedos y estructuras de políticas migratorias,” dijo Zuazo.

Esa espera le enseñó perseverancia y a seguir preparándose para cuando el momento indicado llegase.

“Los retos que tuve me han enseñado a valorar mi familia y a disfrutar mi vida con ellos para no tener remordimientos cuando sea el tiempo de entregarme a Dios por completo. La fuerza de Dios y las personas que ha puesto alrededor mío me han mantenido a seguir el rumbo,” dijo Zuazo quien ahora ha terminado su segundo año de Teología en el seminario Mount Angel.

“Ahora que ya he completado mi segundo año en el seminario, me siento tranquilo y alegre de ir caminando hacia mi sueño de ser sacerdote,” dijo Zuazo.

Cada verano los seminaristas diocesanos son asignados a servir en las diferentes parroquias y misiones de la diócesis pro todo Utah.

Este año Zuazo ha sido asignado a la parroquia de St. Marguerite en Tooele en donde, “puedo aprender a vivir en compañía de una familia más grande, a servirle y a descubrir el rostro de Cristo en mi prójimo,” dijo Zuazo.

Diciendo que las palabras no son suficientes para expresar el agradecimiento que siente por todos aquellos que lo han acompañado y apoyado es este largo camino hacia el sacerdocio, Zuazo anima a que todas las personas que disciernen una vocación a la vida religiosa, nunca se rindan a pesar de los retos con los que se puedan llegar a enfrentar.

“De corazón les aconsejo que no se rindan, que no se queden quietos, que aprovechen el tiempo para servir a Dios en la situación que se encuentren, y que sigan preparándose y estudiando,” dijo Zuazo, agradeciendo las oraciones por él y por los seminaristas y agradeciendo a Dios por lo bueno y por lo no tan bueno.

“Humildemente les pido sus oraciones por nosotros [los seminaristas], sepan que nosotros estamos orando por ustedes.”

Viendo con esperanza el día de su ordenación, Zuazo dijo que espera ansioso el poder seguir sirviendo al Pueblo de Dios en Utah.

“Deseo de corazón el poder servir al pueblo Santo de Utah, con ternura, sencillez y de una manera digna y res-petuosa, la cual se merece nuestra gente,” dijo Zuazo.

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