Jaime Zuazo
Han pasado 4 años y medio desde que empecé mi camino de formación en el seminario. Este camino ha sido verde y lluvioso como el Estado de Oregón; con poco sol a veces, pero con el apoyo de las oraciones de los monjes benedictinos, con las enseñanzas de los maestros, guías espirituales, formadores y psicólogos. He tenido la compañía de jóvenes y adultos que siguen el mismo camino que yo, de los cuales he aprendido y me han apoyado. Este camino también ha tenido paradas que me han permitido disfrutar, del mar, la nieve, mi familia y mi Diócesis.
He conocido diferentes comunidades; gente buena que me ha permitido ser parte de su vida de fe: Santos Pedro y Pablo en West Valley, Sagrado Corazón en Salt Lake City, Santa Margarita en Tooele, Santa Teresita del Nino Jesús en Midvale, y Christ the King en Cedar City.
Todo lo que he encontrado en este camino me ha enriquecido. El estudio, las relaciones, la distancia, y el silencio me han permitido conocer más a Jesús. Las diferentes paradas de este camino me han permitido conocerme más a mí mismo y a valorar a mi familia y a mi Diócesis.
Sigo siendo el mismo Jaime, nervioso, distraído, intenso, terco y soñador que confía más en el Amor de Dios y en la riqueza de nuestra Iglesia católica.
Gracias familia, amigos, pueblo de Utah por su apoyo, por sus oraciones y por permitirme ser parte de sus vidas. Que Dios los Bendiga y Nuestra Madre Maria los proteja.
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