'Seremos protegidos por Dios', Trump dice en discurso de juramentación

Friday, Jan. 27, 2017
By Catholic News Service

Por Mark Pattison
Catholic News Service
WASHINGTON (CNS) — El presidente Donald J. Trump le dijo a la nación, durante su discurso de juramentación, que no hay que temer por el futuro.
“No debe haber temor”, dijo Trump el 20 de enero. “Estamos protegidos y siempre estaremos protegidos. Estaremos protegidos por los grandes hombres y mujeres de nuestro ejército y de las agencias del orden público y, más importante, estaremos protegidos por Dios”.
Dando señales de una nueva era para Estados Unidos, Trump dijo durante su discurso de 15 minutos: “En la base de nuestras políticas seremos totalmente leales a los Estados Unidos de América y a través de nuestra lealtad a nuestro país, redescubriremos nuestra lealtad con los demás”. “Cuando uno abre su corazón al patriotismo, no hay espacio para el prejuicio. La Biblia nos dice cuán bueno y placentero es cuando el pueblo de Dios vive en unidad. Tenemos que expresar abiertamente lo que pensamos, debatir nuestros desacuerdos honestamente, pero siempre buscar la solidaridad. Cuando Estados Unidos está unido es totalmente imparable”.
Él dijo que los estadounidenses de todas las tendencias políticas albergan esperanzas y sueños en común.
“Todos disfrutamos las mismas libertades gloriosas --dijo Trump -- y todos saludamos la misma gran bandera estadounidense. Y ya sea que un niño nazca en la expansión urbana de Detroit o en las planicies barridas por el viento de Nebraska, miran el mismo cielo nocturno, llenan sus corazones con los mismos sueños y son impregnados con el aliento de la vida por el mismo creador todopoderoso”.
Gran parte del resto del discurso inaugural de Trump reafirmó los temas que él usó durante su campaña presidencial, insistiendo en que la nación y sus ciudadanos serían su más alta prioridad como presidente.
“Hoy no estamos solamente transfiriendo el poder de un gobierno a otro o de un partido a otro”, dijo Trump frente al capitolio, “sino que estamos transfiriendo el poder de Washington, D.C. para devolvérselo a ustedes, el pueblo”.
Él añadió: “Este momento es su momento. Le pertenece a ustedes. Le pertenece a todos los reunidos aquí hoy y a todos los que observan en todo el país. Este es su día, esta es su celebración y este, los Estados Unidos de América, es su país”.
Trump condensó los males que ve en Estados Unidos: “Madres y niños atrapados en la pobreza en nuestros centros urbanos, fábricas oxidadas dispersas como lápidas por todo el paisaje de nuestra nación. Un sistema educativo lleno de dinero, pero que deja a nuestros jóvenes y hermosos estudiantes privados de todo conocimiento. Y el crimen, las pandillas y las drogas que han robado demasiadas vidas y le han arrebatado a nuestro país un gran potencial. Esta matanza estadounidense termina aquí y termina ahora mismo”.
El 45º presidente, quien es presbiteriano, dijo: “De ahora en adelante solamente Estados Unidos será pri-mero, Estados Unidos primero. Cada decisión sobre comercio, impuestos, inmigración y en asuntos exteriores se tomará para beneficiar a los trabajadores y familias estadounidenses. Tenemos que proteger nuestras fronteras de las devastaciones de otros países que hacen nuestros productos, robando nuestras compañías y destruyendo nuestros empleos. La protección llevará a gran prosperidad y fortaleza”.
Trump habló brevemente sobre el rol de Estados Unidos en el mundo. “Buscaremos amistad y buena voluntad con las naciones del mundo, pero lo hacemos con el entendimiento de que todas las naciones tienen el derecho de poner sus propios intereses primero”, dijo. “No buscamos imponerle a nadie nuestra manera de vivir, sino dejar que esta brille como un ejemplo. Brillaremos para que todos nos sigan. Reforzaremos viejas alianzas y formaremos nuevas y uniremos el mundo civilizado contra el terrorismo islámico radical, el cual erradicaremos completamente de la faz de la Tierra”.
Él le prometió a los estadounidenses: “Nunca serán ignorados otra vez. Su voz, sus esperanzas y sus sueños definirán nuestro destino estadounidense. Y su valentía, bondad y amor nos guiarán para siempre a lo largo del camino. Juntos haremos fuerte a Estados Unidos otra vez. Haremos a Estados Unidos rico otra vez. Haremos a Estados Unidos orgulloso otra vez. Haremos a Estados Unidos seguro otra vez. Y sí, juntos, haremos a Estados Unidos grande de nuevo”.
Antes de las ceremonias de juramentación, la familia Trump asistió a un servicio de oración privado en la iglesia episcopal San Juan, cruzando la plaza Lafayette frente a la Casa Blanca. El servicio se ha realizado en esta iglesia, en más de doce ceremonias de juramen-tación presidencial y ya es una tradición.
En el capitolio, el cardenal Timothy M. Dolan de Nueva York estuvo entre varios líderes religiosos que participaron en las ceremonias de juramentación. El cardenal leyó un pasaje del Libro de la Sabiduría.
Clarence Thomas, magistrado de la Corte Suprema, le administró el juramento del puesto al vicepresidente Mike Pence, entonces John Roberts, el presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos, le administró el juramento a Trump. Parados al lado de Trump estaban su esposa Melania y sus hijos Donald Jr., Barron, Ivanka, Eric y Tiffany.

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