Traducido por: Laura Vallejo
SALT LAKE CITY — En el área histórica del Cementerio Católico Mt. Calvary, existe una parte con pasto en la cual existen varias tumbas sin marcaciones. El terreno por debajo del pasto contiene las tumbas, cerca de 575, a estimación de John Curtice, director del cementerio.
El Cementerio Mt. Calvary fue establecido en 1897, cuando la diócesis de Salt Lake City recibió una donación de la ciudad de 19 acres adyacentes al cementerio municipal. El terreno se convirtió en el Cementerio Católico Mt. Calvary, la calle 1100 East marca la división entre los dos cementerios.
Después de que la tierra fue donada, “transfirieron todos los entierros, lo entierros Católicos, del cementerio de Salt Lake al cementerio Mt. Calvary en un gran movimiento,” dijo Curtice, quien cree que esos restos que fueron depositados en una gran tumba masiva son lo que ahora forman parte del área histórica del Cementerio.
Curtice dijo que más tumbas fueron agregadas de 1897 a 1901.
Durante los siguientes 127 años esas tumbas fueron muy poco mantenidas, así que las lápidas se llenaron de pasto o se hundieron en el suelo. Ahora, armado con una donación de una persona anónimo, Curtice está trabajando para localizar las tumbas en el sitio de dos acres en el área histórica del cementerio, para poder identificar a quienes allí descansan.
“Tenemos a 575 almas olvidadas, y podríamos terminar con 500 ‘John Does’. Pero contamos con una lista de los nombres así es que de alguna manera podemos localizar en donde se encuentran,” dijo Curtice.
Para localizar las tumbas, Curtice ha contratado una compañía de Utah que utiliza un radar de penetración. GPR Services Inc. utiliza una máquina que escanea el terreno y emite una señal de ondas y envía impulsos que reflejan diferentes índices, dependiendo de la densidad del material que la señal encuentre. Por ejemplo, una lápida enterrada, aparece como una hipérbola, dijo Kevin D. Wiederhold, presidente/dueño de GPR Services, Inc.
Wiederhold comenzó trabajando en el proyecto a mediados del mes de octubre. El primer día se encontró con muchas reflexiones y cambios definitivos en las capas sedimentarias, indicativos de una tumba masiva.
Originalmente él tenía planeado terminar su reporte para Curtice al final de mes. Sin embargo, “hay más tumbas de lo que esperábamos,” dijo Wiederhold, quien sigue trabajando para compilar toda la información.
Una vez que reciba el reporte de Wiederhold, Curtice planea hacer que cada lápida este en la superficie y arreglar cada tumba. Además de rendir memoria a todos los que allí yacen enterrados, el proyecto permitirá que Curtice recupere parte del terreno para nuevos entierros.
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