Una historia de esperanza: El fruto de nuestro sacrificio de Cuaresma

Friday, Mar. 19, 2021
Una historia de esperanza: El fruto de nuestro sacrificio de Cuaresma + Enlarge
Valérie Aimée Raharison, de 32 aņos, prepara comida en su casa en el pueblo de Miary Betsileo en la comuna de Miary, distrito de Toliara en el sur de Madagascar. Participa en el proyecto Fararano de CRS, que le ha enseņado técnicas de cocina para mejorar la nutrición para ella y su familia. Una técnica simple se llama "comida arcoíris", que es un método simple para mezclar varios tipos de ingredientes saludables de una manera que muchas personas en el sur de Madagascar no suelen hacer, de modo que mejora el sabor y fomenta hábitos alimenticios saludables de alimentos nutritivos.
By Catholic Relief Services

Aunque Madagascar es uno de los países más pobres del mundo, la alegría de su gente es contagiosa y su hospitalidad es enorme. Las pequeñas comunidades que conforman el país están estrechamente unidas, y se apoyan mutuamente para enfrentar dificultades como el cambio climático, el hambre crónica y la desnutrición.

Las sequías se están volviendo más graves y extensas cada año, haciendo difícil que las familias cosechen suficientes alimentos para sobrevivir. Uno de cada dos niños en Madagascar está desnutrido. Pero con nuevas técnicas agrícolas y conocimientos sobre nutrición, esto está cambiando. Los miembros de la comunidad están aprendiendo a mejorar sus huertos, cultivar diferentes verduras y preparar comidas más nutritivas con capacitación y apoyo de CRS.

La familia de Aimée ha cultivado sus tierras durante generaciones. Comparten una gran parcela de tierra y se ayudan mutuamente a plantar y sembrar. Aimée recientemente aprendió nuevas formas de plantar sus verduras, lo que ha le ha dado cosechas más grandes, lo que significa más alimentos y más ingresos para ella y su familia. También está aprendiendo nuevas formas de usar sus productos frescos para cocinar comidas nutritivas para sus hijos. A su hijo Marela, de 2 años, le encanta el plato de yuca y cebolla que Aimée prepara, y se come toda su comida porque tiene muy buen sabor.

Aimée ve que la comida de su huerto está ayudando a que sus hijos crezcan y se mantengan sanos. Ella está orgullosa de su arduo trabajo y puede ver los frutos del mismo. “Lo que me hace feliz es cuando voy a mi huerto y veo que todas las cosas que he plantado crecen,” dice. “Cuando veo flores o verduras, o cuando veo las primeras semillas brotar, es como si hubiera transferido una especie de poder de mis manos a las plantas. Eso me hace feliz”.

REFLEXIONA

Alimentar a quien tiene hambre puede tomar muchas formas diferentes. ¿Cuál es una manera de practicar esta obra de misericordia?

¿Alguna vez has tenido hambre? ¿Cómo te sentiste?

For questions, comments or to report inaccuracies on the website, please CLICK HERE.
© Copyright 2025 The Diocese of Salt Lake City. All rights reserved.