El cambio climático ha tenido un impacto en las tierras bajas de Bangladesh, pero los agricultores están aprendiendo nuevas técnicas para proteger sus tierras y mantener a sus familias sanas.
Monpura, Bangladesh es una hermosa isla rodeada por el río Meghna. Al sur, la vista de la playa se extiende hasta la bahía de Bengala. Al oeste, hay bosques y jardines donde pasean venados salvajes.
Sin embargo, entre tanta belleza, los ciclones en los meses de verano y otoño causan muchísimos daños destruyendo casas, inundando las tierras y rompiendo carreteras y diques. Los habitantes de Monpura, como Noornobi, que vive con su familia de 11 miembros, buscan nuevas maneras de salir adelante.
La familia de Noornobi era pobre y vivía en una pequeña choza con techo de lámina y paredes de heno. Sus tierras se inundaban seguido, lo que hacía difícil poder cultivar todo el año. Noornobi trabajaba pescando en el río, pero no ganaba suficiente para que su familia pudiera comer bien.
Cuando Noornobi se unió al Proyecto Mutki de Catholic Relief Services, aprendió a proteger sus tierras de las inundaciones y a cultivar con fertilizantes orgánicos y libres de químicos. También aprendió a criar pollos y patos para vender. Con la ayuda de su padre y su sobrino Abdul, Noornobi ahora cultiva más de la mitad de su tierra con una variedad de verduras como tomates, chiles, berenjenas y lal shak (una especie de espinaca roja) y las venden en el mercado.
“Hemos mejorado gracias al cultivo de vegetales… poco a poco empezamos a tener ganancias”, dice Noornobi. Con esas ganancias la familia pudo comprar una casa más grande. Noornobi también ayudó a sus hermanos a abrir una tienda para mantener a su familia y a pagar los estudios de Abdul, que quiere ser ingeniero, y de su hermana Nihar, que sueña con ser maestra.
“Si puedo cuidar bien a mi familia… estaré agradecido”, comenta Noornobi. Y lo que desea para su comunidad es que todos puedan mantenerse “bien alimentados trabajando duro en el campo”.
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