Como Católicos debemos de ser corresponsables de nuestros talentos

Friday, Oct. 28, 2011
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El Reverendísimo John C. Wester, Obispo de Salt Lake City
By The Most Rev. John C. Wester
Bishop of Salt Lake City

A todos nos gusta que nos reconozcan nuestros talentos, nuestras habilidades y nuestros logros. Cuando niños, no nos contenemos al decir: ¡Mira mami! ¡Sin manos! O ¡Mira lo que hice en la escuela hoy!. Conforme vamos creciendo, nos volvemos más sutiles pero no menos hábiles al hacer que las personas se den cuenta de lo que tenemos que ofrecerles. La triste verdad es que muchos de nosotros no creemos que tengamos muchos dones y que al único que verdaderamente estamos de impresionar es a nosotros mismos. Rodeados de anuncios que constantemente nos bombardean con sonrisas perfectas, peinados perfectos, cinturas perfectas todos los cuales contribuyen a que nos hagamos una imagen pobre de nosotros. Nos encontramos diciendo "Si pudiera dibujar así, hablar así, jugar deportes así". En nuestro interior no estamos convencidos de que tenemos algo que ofrecerle al mundo, nada que haga la diferencia.

Suena como un escenario deprimente para nosotros, imagínese ¡que creaciones de Dios somos! Después de todo El es quien nos ha dado a cada uno de nosotros los dones y talentos que necesitamos y algunos más! Cada ser humano es único e irrepetible y está lleno de habilidades que nos ayudan madurar como personas llenas. Dudar esto es insultar al dador de los dones. Como una calcomanía en una defensa de un automóvil en los años 60’s nos recuerda "Dios no hace basura!" Dios nos ama a todos y cada uno y se preocupa por nosotros con gran atención al detalle. El nunca nos dejara solos o sin los medios para encontrar la verdadera felicidad en nuestras vidas. La pregunta no es si tenemos estos dones, la pregunta es si creemos que los tenemos.

La Corresponsabilidad o Stewardship como medio de vida involucra que tengamos aun una mayor interiorización para reconocer los dones que Dios nos ha dado a todos y cada uno de nosotros. Mientras lee este artículo lo invito a detenerse y hacer una lista mental de sus dones y habilidades. Yo aquí estaré esperando.

¿Ya está listo? Espero que le haya tomado un buen rato el hacer esa lista de sus habilidades y dones. Cada persona que lee este artículo tiene muchos que resulta difícil el contarlos. Nuestro Dios dador se ha asegurado de eso. Y cuando realmente creamos en este principio básico de la corresponsabilidad, comenzaremos a vivir una vida compartiendo gratitud y seguridad, sabiendo que todos tenemos lo que necesitamos en esta vida para la total felicidad. Más aún, los celos y el estrés de la competencia decaen y nos encontramos realmente disfrutando de los talentos de los otros, realizando y dando complementos y alegrándonos de sus éxitos. Logramos entender el significado de lo que San Pablo acerca de que todos nuestros dones trabajan juntos para la Gloria de Dios. Como el Cuerpo de Cristo, cada uno de nosotros contribuye con sus dones únicos para hacer que la Iglesia este completa en cuanto a riquezas y talentos. Mientras hacemos complementos los unos a los otros estamos realizando ¡complementos a Dios!.

Por supuesto que esta realidad nos exige que aceptemos los dones que Dios nos ha dado, agradecidos porque son únicos en cada uno de nosotros. También implica que debemos compartirlos con toda la Iglesia, de hecho con el mundo, para que así estos talentos se conviertan en parte del todo y sean realmente eficientes. El no reconocer estos dones o el no compartirlos significa que no estamos satisfechos con la Iglesia y que no nos beneficiaremos con el plan de Dios en el que todos trabajamos unidos como una sola persona, dando gracias al dados de todos nuestros dones.

Mientras nuestra Diócesis se prepara para comenzar el Stewardship o Corres-ponsabilidad como una forma de vida, los invito a revisar la lista que realizaron hace unos momentos. Agradezcan a Dios por ellos y compártanlos como un signo de gratitud con otros. ¡Estén listos para sentirse como niños pequeños que montan su bicicleta sin manos!.

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