SALT LAKE CITY — El número de católicos y de vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa ha aumentado en el mundo gracias al dinamismo de fe en África y Asia, dijo la última edición del Anuario Estadístico de la Iglesia. Sin embargo, en América se observa una estabilidad en el número de sacerdotes y la necesidad de un incremento en la cifra de sacerdotes es muy evidente en los Estados Unidos. En este país, alrededor de 41 mil sacerdotes atienden a más de 64 millones de católicos; las parroquias han recibido a sacerdotes extranjeros para compensar la escasez. No obstante, existe la confianza que "Jamás Dios ha abandonado ni abandonará a su Iglesia. Dios sigue suscitando vocaciones a su servicio", dijo el padre Javier Virgen, Vicario de la Oficina de Asuntos Hispanos. Entonces, ¿Por qué está creciendo el número de sacerdotes en África y Asia mientras las cifras en los EE.UU. se encuentran estancadas? Una encuesta a seminaristas de EE.UU. y Canadá – realizada por la Secretaría de Vocaciones y Formación Sacerdotal de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos – señaló a una cultura materialista como el impedimento más grande para el aumento de vocaciones en Norteamérica. "El ambiente materialista en el que se vive hace que los jóvenes se enfoquen en una profesión lucrativa", dijo el P. Virgen. Los valores de servicio y generosidad son nublados por el egoísmo y el individualismo, añadió, "No hay decisión para darse a los demás". Además existe la falta de apreciación por el celibato. De acuerdo con el P. Virgen, los mensajes de la moda, música, revistas y otros medios les dicen a los jóvenes: "Déjense llevar por el placer". "Pero el celibato no solo se reduce al sexo", dijo. "El celibato es un compromiso de amor, generosidad y entrega a Dios". También "Es un símbolo y sacrificio que se ofrece para estar consagrado a la comunidad", dijo el padre Langes Silva, Vicario judicial de la diócesis. El compromiso del sacerdote sin el celibato posiblemente no sería tan dedicado, añadió antes de recordar que San Pablo recomendó una vida dedicada a Dios a estar casado. Sin embargo, existen personas dentro del clero que opinan que el consejo de San Pablo ya no es adecuado para las circunstancias actuales de la Iglesia. "La promesa del celibato es una norma disciplinaria, lo que quiere decir que la Iglesia la puede cambiar. Pienso que se va a debatir mucho", dijo el P. Silva. Entre los disidentes a un cambio respecto al celibato está el P. Virgen, quien dijo que este voto es "la manera de entregarse en cuerpo y alma usando talentos, cualidades y dones por amor a Dios al servicio de los demás". El materialismo y desestimación hacia el celibato no son los únicos responsables de la falta de generación de sacerdotes. El número de hombres que considerarían llevar una vida sacerdotal depende considerablemente en cómo los sacerdotes son percibidos. "(Éste) tiene un puesto muy relevante en la sociedad… Es alguien activo socialmente, sumamente preparado no solo en espiritualidad, sino también en ámbitos de la vida profesional: educación, finanzas, sociedad de familia y política", dijo el P. Silva. El sacerdote también debe ser una persona "feliz, realizada, que irradia y está entregada", dijo el P. Virgen. Algunos sacerdotes le han dado una luz negativa a la Iglesia con escándalos de finanzas y abusos sexuales y de substancias, dijo el P. Silva. Por otro lado, un sacerdote comprometido es una herramienta muy eficaz especialmente a la hora de generar vocaciones para la vida sacerdotal. La Secretaría de Vocaciones reveló que más del 70 por ciento de los seminaristas encuestados recibieron la invitación personal de un sacerdote para considerar el sacerdocio. Pese a esto, aquellos considerando una vida sacerdotal o religiosa encontraron motivación principalmente en sus familias. Los padres de familia deben "educar a sus hijos en la fe cristiana e invitarlos a responder a la vocación a la que sean llamados", dijo el P. Virgen. La comunidad también tiene el compromiso de orar "por las vocaciones y suplicarle a Dios por más obreros para su mies", dijo. Mientras tanto, en anticipación a una crisis, obispos, hermanas y hermanos religiosos, académicos y grupos individuales han comenzado a debatir la posibilidad de incluir a las mujeres como candidatas a recibir el sacramento de la orden sacerdotal, al igual que a hombres casados, dijo el P. Silva. Pero el cambio que posiblemente veremos será que "El compromiso del laico va a aumentar y va a asumir responsabilidad en todo tipo de autoridad", dijo el P. Silva.
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