Por Gina Christian
FILADELFIA — Mientras continúa el Sínodo sobre la Sinodalidad, esta reunión global brinda una oportunidad para que los líderes católicos compartan ideas e iniciativas, algunas de las cuales coinciden con los objetivos del Avivamiento Eucarístico Nacional que se está llevando a cabo en Estados Unidos.
En una conferencia de prensa del 12 de octubre para el Sínodo sobre la Sinodalidad en el Vaticano, el arzobispo Andrew Nkea Fuanya de Bamenda, Camerún, manifestó que en su arquidiócesis “la adoración perpetua se lleva a cabo en todas las parroquias” como parte de la celebración del “Año de la Eucaristía”.
“Debido a que declaramos el Año de la Eucaristía, cada parroquia está construyendo una capilla de adoración perpetua”, reveló el arzobispo Fuanya. “Es increíble . . . cuánto tiempo pasan los jóvenes ante el Santísimo Sa-cramento”.
Señaló que estas capillas de adoración perpetua “donde los jóvenes van a adorar a Jesús” les brindan “una experiencia increíble”, no sólo en su diócesis sino en otras en todo el mundo.
Los católicos en Estados Unidos dijeron a OSV News que estaban de acuerdo: este tipo de capillas en sus propias parroquias han cambiado vidas.
En julio, la Iglesia St. Joseph en Greenwich Village de Nueva York inauguró la primera capilla de adoración perpetua de Manhattan, que fue bendecida y dedicada por el cardenal Timothy M. Dolan.
El padre dominico Jonah Teller, quien es vicario de la parroquia de St. Joseph, dijo que la respuesta inicial ha sido “excelente”, con “cientos de personas (anotándose) para convertirse en adoradores” en la capilla.
Incluso cerca de la medianoche, el padre Teller ve a menudo “dos, tres, o cuatro personas allí”.
“Es una gran alegría saber que hay personas de toda la ciudad que tienen . . . un lugar hermoso, tranquilo, y pacífico al que pueden entrar en cualquier momento”, expresó el padre Teller.
La adoración eucarística proporciona un espacio para una auténtica intimidad con Jesús, donde “grandes depósitos de gracia” recibidos de los sacramentos son “trabajados en nosotros”, dijo. “Estamos llamados a no ser colegas de Dios, sino amigos de Dios. Y eso implica pasar tiempo con Él y dejar que trabaje en nosotros”.
Kate Scherer Domínguez, que vive en Rochester, Nueva York, dijo que la adoración eucarística ha tenido un impacto profundo en su vida.
“He cambiado internamente, lo que ha cambiado mi vida, mi matrimonio, y mi maternidad”, señaló esta esposa y madre católica de 32 años.
Cuando en julio se inauguró una nueva capilla de adoración perpetua en su parroquia Paz de Cristo, Domínguez “se inscribió de inmediato para una hora santa semanal”, e incluso llevó a sus hijos con ella.
“Ahora que ha comenzado el año escolar, sólo traigo a mi bebé”, dijo. “Las gracias que Jesús derramará a través de esta capilla de adoración perpetua en las vidas de las personas en Rochester serán hermosas. Las vidas cambiarán al pasar tiempo habitual con nuestro Señor. La mía cambió”.
“Entras y te sientas con Jesús, y él cambia tu corazón”, acotó MaryKatherine Bushey, quien ayudó a iniciar una capilla de adoración perpetua en la parroquia de St. Mary en Schwenksville, Pensilvania, en 1997. “Sé las cosas por las que he pasado, que han sido momentos muy difíciles; no podría haberlo hecho sin ese tiempo con él”.
Bushey admitió que las horas santas nocturnas que ha mantenido regularmente a lo largo de los años a veces han sdo un desafío.
“No me entusiasma escuchar la alarma a la 1:20 a.m.”, manifestó. “Pero cuando entro en esa capilla en el silencio de la noche, solo con (Jesús) . . . hay paz”.
Bushey, quien coordina el programa de adoración de su parroquia, dijo que un compañero adorador nocturno le dijo que inicialmente había pensado que estaba “haciendo algo bueno para Jesús”, pero se dio cuenta después de su primera hora santa que “era (Jesús) quien me estaba haciendo el favor a mí”.
En la parroquia de St. William en Filadelfia, los feligreses instaron al administrador parroquial, el padre Francesco Maria D’Amico, reabrir su antigua capilla de adoración perpetua, que había estado cerrada durante tres años debido a las restricciones de COVID-19.
Además, el testimonio del beato Carlo Acutis, cuya vida estuvo marcada por una profunda devoción a la Eucaristía, ayudó a impulsar la reapertura, dijo el padre D’Amico.
“Dado el hecho de que el mundo es post-cristiandad ... la adoración es parte de un proceso que puede ayudar a las personas a convertirse en evangelizadores”, dijo el padre D’Amico, quien recientemente coordinó una gira de conferencias por Estados Unidos para Antonia Acutis, madre del beato Carlos Acutis.
El obispo Andrew H. Cozzens de Crookston, Minnesota, que dirige el Avivamiento Eucarístico Nacional (un esfuerzo de tres años de los obispos estadounidenses para reavivar la devoción a la Eucaristía), dijo a OSV News que “el silencio de la adoración” permite una experiencia aún “más profunda” de catequesis y de la Misa”, lo que a su vez inspira el deseo de pasar más tiempo en adoración.
Haciendo referencia a una serie de comentarios recientes del Papa Francisco, el obispo Cozzens dijo que la adoración “crea en nosotros este fuego para la misión”, tal como lo experimentaron los dos discípulos que encontraron a Cristo en el camino a Emaús.
“Cuando estamos con el Señor, nuestros corazones comienzan a arder”, expresó el obispo Cozzens. “Puedo decir ciertamente, según mi experiencia, que si catequizas a los jóvenes, si los invitas a confesarse, y luego los pones frente a Jesús Sacramentado, entonces se producen encuentros poderosos, encuentros que cambian la vida. Y una vez que experimentan esa paz y esa presencia que proviene de estar con él, quieren estar con él aún más”.
Además de revitalizar la fe entre los jóvenes y adultos jóvenes, la adoración eucarística puede “traer fuego misionero a toda la parroquia”, señaló el obispo Cozzens.
La adoración eucarística también puede llevar a quienes están alejados de la Iglesia Católica a regresar a la fe, acotó.
“Para algunas personas, la adoración no es algo ame-nazador”, dijo el obispo Cozzens. Si bien es posible que algunos no se sientan listos para recibir la Comunión, se dan cuenta de que “puedo venir y sentarme en silencio y estar en su presencia; hablar con él de corazón a corazón y dejar que él obre en mi corazón”.
Dijo que “ese puede ser un lugar de sanación para la gente”.
“Cuanto más nos acercamos a Dios, más compartimos lo que él ama; y lo que él ama son los demás”, dijo el padre Teller. “Y eso nos impulsará a servir también a nuestros hermanos y hermanas”.
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