Reflexión por el Año de la Misericordia

Friday, Feb. 12, 2016

Después de haber completado el Programa para Ministros Eclesiales Laicos  en el 2014, recibí la oportunidad de servir en cuidados pastorales en un hospital local. Me acababa de retirar después de 20 años como proveedor de servicios médicos y bombero de medio tiempo, así es que después de mucha oración sentí que el cuidado pastoral era una progresión natural para mí; después de todo, el hospital me resultaba familia, habiendo tenido la experiencia en traumas, emergencias y muertes cercanas. En verdad me equivocaba al pensar que la transición seria fácil. 

Me costó trabajo. De tener una mentalidad de ‘arreglar todo’ a una de paciencia y compasión, tuve que buscar guías en la Escritura. Encontré tranquilidad en varios versos pero continuamente regresaba a Romanos 10:8 

 “Muy cerca de tu esta la Palabra, ya está en tus labios y en tu corazón.”

Este Año de la Misericordia es una invitación a amar y a expresar la compasión, a llegar más allá de lo que nos es cómodo y de examinar nuestras propias debilidades y fortalezas. Recuerdo que durante una de sus visitas a un hospital en Asís el Papa Francisco dijo: “Nos encontramos entre las heridas de Jesús”. .   Para mí el compartir la cruz de alguien más, aunque sea por un momento ciertamente es una invitación a amar; de hecho es una invitación a pasar tiempo entre las heridas de Jesús.

Muchos de los pacientes que visito son Cristianos, unos cuantos Católicos, algunos quienes dicen ser ‘espirituales pero no religiosos’ y muchos otros admiten ser no creyentes. 

Entonces como es que encuentro la manera de confortarlos si tienen una gran diversidad de creencias? Tan diversas como parecen comparten la necesidad de amor y compasión y de compartir este tiempo de dolor con alguien más. En este Año de la Misericordia, los animo a salir de su confort y dejar que la Palabra este cerca de ustedes, tanto en su boca como en su corazón.

Tom Devereux

Parroquia de St Mary 

West Haven