Reflexión por el Aņo de la Misericordia

Friday, Sep. 02, 2016

Hay una línea en la película de Karate Kid que dice “la misericordia es para los débiles”. Y a la vez es en nuestra debilidad en donde podemos experimentar la misericordia de Dios de mejor manera.
Para aunar en este punto, cuando realizaba los preparativos para el funeral de mi papá, la pena que mi familia compartía fue interrumpida por breves momentos misericordiosos.
En nuestros momentos más débiles, Dios nos inundó con su misericordia.
Envió su misericordia a través de aquellos quienes llegaron a compartir nuestra pena, pero al mismo tiempo compartierndo recuerdos.
Aquellos quienes estábamos de luto fuimos testigos de la misericordia de Dios. Sus oraciones y palabras nos dieron consuelo, pero fueron sus acciones las que transformaron.
Mientras me sentaba sosteniendo la mano moribunda de mi papá y con lagrimas corriendo le dije que era tiempo de dejar de sufrir y que podía regresar al hogar, la misericordia de Dios entró por la puerta.
Ví misericordia conforme las enfermeras entraban para solventar sus necesidades físicas, entonces se detuvieron y le besaron la frente, le dieron un apretón de manos y le dijeron una a una lo que iban a extrañar más de él.
Sentí la misericordia cuando me dieron un rosario al cual me aferré durante el funeral.
Escuché la misericordia en las palabras de una canción “regresa a mí con todo tu corazón, no dejes que el miedo nos separe”.
Hablé de la misericordia de Dios y fuí bendecido por quienes me escucharon, los recuerdos son un gran lazo.
Nuestras vidas se hacen más pequeñas al paso de nuestros seres queridos y al mismo tiempo nuestras vidas se engrandecen con la misericordia que demuestran aquellos quienes comparten actos misericordiosos.
En momentos de debilidad la misericordia nos fortalece.
En lo más lastimoso de tus penas, está la promesa de una nueva vida. 
Sue Bedard,
Parroquia de St Rose of Lima Parish 

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