Reflexión por el Año de la Misericordia

Friday, Mar. 11, 2016

Jesús nos enseña: “ve y aprende el significado de las palabras ‘Porque me gusta más el amor que los sacrificios y el conocimiento de Dios más que las victimas consumidas por el fuego’”. El Papa Francisco ha renovado la petición de Cristo dándole a la Iglesia la oportunidad de crecer más efectivamente en su testimonio sobre la Misericordia. Podemos responder aprendiendo que la misericordia es mucho más que el perdón. La Misericordia abarca una amplia gama de actos incluyendo la lealtad, bondad y compasión. Además nuestros actos son importantes, pero Dios y aquellos a quienes servimos tienen el papel principal dentro de la expresión de la Misericordia.

Hace setenta y cinco años San Maximiliano Kolbe nos dio un ejemplo extraordinario de misericordia en el campo Auschwitz. A través de la gracia de Dios, respondió con un acto de Misericordia cuando uno de los prisioneros, quien había sido elegido para morir, lloró por su  esposa y por sus hijos’. San Maximiliano cambió su lugar con ese hombre muriendo él en su lugar.

Si le permitimos a Jesús ayudarnos a través de estar abiertos al Espíritu Santo, cada uno de nosotros puede expresar el amor de Dios a través de actos simples de misericordia.

Hace algunos años tuve una lección y una oportunidad para crecer en misericordia en una casa de cuidados de ancianos en donde visitaba frecuentemente a un residente. Cuando caminaba por los pasillos, mi corazón se unía a la soledad de los residentes, Sentía que quería darles cariño a todos, ¿pero cómo sería esto posible?

En una velada una voz me llamó desde un pasillo. Cuando me dí la vuelta, una ancianita en una silla de ruedas me saludó. Cuando llegué a su lado me vio y susurró ¿quieres ser mi amigo?

Esa ancianita, el Espíritu Santo y mi ‘Sí’ a su pregunta me cambiaron. Mi experiencia de amor y misericordia se ha extendido en muchas direcciones, incluyendo visitas frecuentes a varias casas de cuidados de ancianos  sirviendo a los ancianos como ministro de Comunión e invitando a otros feligreses a hacer lo mismo.

Robert L. Catlin

Parroquia de Blessed Sacrament