Reflexión por el Año de la Misericordia

Friday, Dec. 18, 2015

Me encuentro en la oficina del director (esta vez no porque me haya metido en algun problema), y sentado frente a mí está un estudiante que he visto aqui muchas veces. El es impulsivo, desafiante yperiodicamente me da dolares de cabeza. ¿Debo de mostrarle misericordia una vez más?, ¿ Cuántas veces le debo demostrar misericordia?, ¿Siete veces setenta?, ¿Debo de expulsarlo tal como tres madres de familia me lo han pedido?

No todos tenemos el trabajo de ser maestros, pero como adultos, enseñamos a los jóvenes con nuestro ejemplo. Estamos llamados a ser ejemplo de Jesús, y como tal, debemos de ser misericordiosos pacientes y y perdonar...es mas fácil decirlo que hacerlo. Como Stephen Sondheim  escribio, “los niños pueden no obedecer, pero los niños escucharán”.

Nuestros ejemplos resuenan en los niños. Tenemos historias de nuestra juventud acerca de adultos que nos humillaron o que nos regañaron, quienes reaccionaron fuertemente ya que era la única manera en que sabian tratar con niños, y de aquellos cuyos ejemplos activamente tratamos de evitar, o que desafortunadamente imitamos.

En una homilia el Papa Francisco dijo que el poder de Dios de perdonat es más grande que el poder que usó para crear el mundo. Dice “Debemos abrir nuestros corazones para que Dios pueda entrar con su misericordia y con su perdón”.

¿Perdonamos los errores de los demas imitando la misericordia de Dios?. Si hemos invitado a Dios a nuestros corazones ¿Cómo podríamos hacerlo?

Cuando cursaba 8 avo. grado me metí en problemas con mi director, la Hermana Loyola, y ella me trató misericordiosamente. Si la misericordia de Dios no hubiese estado en su corazón, no me hubiera convertido en director de una escuela Católica.

Asi es que , ¿qué es lo que debemos hacer cuando algún joven nos ha colmado la paciencia?, sea cual sea nuestra desición, debe de ser guiada por la misericordia de Dios.

Gary Green,

Director, Escuela St. Vincent de Paul