Reflexión por el Aņo de la Misericordia
Friday, Jan. 29, 2016
By Special to the Intermountain Catholic
El 31 de enero , cuarto domingo del Tiempo ordinario, la lectura del Evangelio es Lucas 4:21-30, en la cual Jesús va al templo y lee sobre el profeta Isaías. Una vez que Jesús proclama “ Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”, el texto hasta el versículo 30 ofrece caminos de exploración y entendimiento. Aun quienes escucharon las palabras experimentaron luchas; se nos dice que quienes escuchaban a Jesús pasaron de estar sorprendidos a cuestionar ¿No es éste el hijo de José?.
También intrigantes son las historias de Elías (1Reyes 17:7-24) y Eliseo (2Reyes 5:8-14) en donde Jesús se dirige a las masas (v 24-27) definiendo ‘ : «¿Por qué estás tan molesto?¡Mándame a ese hombre, para que sepa que hay profeta en Israel!»
Jesús ministro de Misericordia se lo ofrece a todos.
Tanto la viuda como Naamán luchan y sus conversaciones son puestas a prueba. Con tan solo la suficiente harina y aceite para una comida, se le pide a la viuda que haga un pastel para Elías. Naamán un muy alto comandante de la armada, tuvo tanto su orgullo como sus tácticas puestas a prueba varias veces antes de finalmente acceder a remojarse siete veces en el rio Jordán para curar su lepra (simbolismo del bautismo).
Finalmente ambas, la viuda y Naamán proclaman su devoción a Dios; Naamán se pone de pie ante Elías para decir: “Ahora sé que no hay otro Dios más que el que está en Israel”, mientras la viuda le dijo a Elías: “La Palabra del Señor sale de tu boca”.
Con el mundo haciéndose más pequeño cada día, ¿podrían esas lecciones no ser más relevantes? No es verdad que la Misericordia, el perdón y la rendición en todas sus formas, dada y recibida, puede ser misteriosa y de consecuencias desconocidas en nuestros lugares nativos?
¿Que es lo Ordinario de estas oportunidades?
Denise Richards
Ministra Eclesial Laica
Parroquia de Christ the King, Cedar City
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